viernes, 23 de septiembre de 2016

LA RISA INDECENTE DE LOS VASCOS


Edurne Portela. Seria autora del libro serio "El Eco de los Disparos". No le gustó que "Ocho Apellidos Vascos" hiciera reír a la gente. Sobre todo, parece, porque la película no resolvió el problema mental que tienen los vascos con ETA. Que no se puede pasar de la connivencia, la complicidad, el apoyo directo a los terroristas o la ignorancia a unas carcajadas sin más, oiga. Que no está bien, pues. Y no sólo no está bien, sino que es INDECENTE. Y la película, insultante y retrógrada. A tal opinión, esta otra, de Borja Hermoso. Estoy con él. Sin teorizar demasiado sobre el humor, que se pierde la chispa, a lo mejor la risa no sirve para orientarse, pero sin la risa estás perdido. Así que andas un poco perdida, moza. Por más santa y sagrada que sea tu causa y por más que te atormente el eco de la violencia pasada (esperemos). Que te hayas puesto mala viendo a la gente descojonarse de los cines es lo que me pasa a mí cuando veo a la gente descojonarse de un chiste malo, o sea, Edurne, entre nosotras, que se ha perdido la finura, la profundidad y cuarenta años leyendo con el ceño fruncido acerca del humor, de penitencia, o acerca de la Rebelión de las Masas. Habiendo libros tan divertidos como "La Risa" de Bergson y el catálogo del Museo de la Tortura de Toledo, cómo podemos dejar la risa en boca de unos inconscientes en una butaca y en el teclado de dos tipejos gafapastas (Borja Cobeaga y Diego San José) que nunca han metido un gatito debajo de un felpudo y lo han pisoteado. ¿Qué tal un sombrero cordobés de rabino? Lo seria y decente que estarías. Y quítate esa medio sonrisilla de la cara, mujer, que no le pega a lo que escribes ni a lo que sientes tan hondamente. A ver si ahora no vamos a ser coherentes hasta el martirio, cola del pan incluida.