martes, 15 de noviembre de 2011

QUÉ ELECCIONES NI QUÉ PERRO MUERTO...

Por fin nos hemos deshumanizado de puta madre. Sólo somos dinero, números, claves de ordenador y currículums, y ni siquiera vivimos en un país sino en una bandeja a lo ancho sobre la que somos alimento de depredadores y alimañas, mierda de ofrenda a los dragones. ¿Estado de bienestar? ¿Hay siquiera estado? ¿Y son estos dos San Jorges con manitas de conspirador y espaguetis en las comisuras los que nos piden el voto para salvarnos de los bichos? ¡¡Qué elecciones ni qué perro muerto, si lo que aquí hace falta es una... hostia cósmica!! Concretamente un levantamiento armado contra los hijos de puta en cualquiera de sus encarnaciones de poder: políticos comprados, banqueros oportunistas, iglesia cómplice y especuladores en general, por encima de los estados, la corrección democrática y el puto miedo a la violencia en defensa propia. ¿Nos están comiendo el hígado por favor y aún escuchamos a un farsante cobarde que ni siquiera se atreve a decir qué otro órgano se va a zampar en cuanto le demos cuchillo y tenedor? ¿Nos han vendido a los mercados y a los bancos, y aún tienen la cara dura de pedirnos el voto como quien nos pide el perdón? ¿Votarles? ¿Barrer el salón lalalá-larita con la casa en llamas? Por lo pronto, cierre fulminante de fronteras, economía de guerra, juicio de Nuremberg a todos los responsables, cárcel para los culpables, y baraja nueva. Luego, si acaso, un referéndum por si queremos la mierda de la globalización y la casa de subastas que es la Unión Europea, o queremos la mierda de la autarquía y volvemos a plantar olivos y a no tener que explicar en qué consiste una pata de jamón ibérico y que mejor no envolverla en plástico por la cosa de la higiene de un belga o alguno peor... Es que me enciendo, oyess...