lunes, 12 de diciembre de 2022

SÍNDROME DE ESTOCOLMO CON MARRUECOS EN LAVAPIÉS


Yassine Bono, arriba, portero de la selección marroquí de fútbol. Con la que nos ha liado a nosotros (y a Portugal), pero me cae bien el tío. Nació de casualidad en Canadá, también de casualidad se hizo hincha del River argentino, y el terruño definitivo de sus amores es Casablanca. Los azares de miles de marroquíes repartidos por el mundo con las leches de la emigración. En Lavapiés no hay porteros tan buenos como él (todavía, vamos a ver si sale alguno en los Dragones), pero sí con historias parecidas e igual de rocambolescas. Vale, nos echaron del mundial. Vale, mira que dieron por saco festejando toda la noche. Pero ni un solo problema, oye. Qué manera tan cojonuda de pintarles la cara a los racistas de VOX. Qué manera tan hermosa. Por eso y por alguna otra razón más, síndrome de Estocolmo aparte, voy con Marruecos contra Francia. Arriba los leones del Atlas, abajo los gabachos. Pero ni un paso más allá. Si clasifica Argentina, estoy con la albiceleste. Y si Croacia, con Modric. Pero la papeleta que se le presentaría a Bono si le toca enfrente a Messi va a ser de las que hagan historia. Ojalá la veamos. Solo esa estampa, quizá ese penalti, ese momentillo, valdría por todo este ortopédico mundial infame.