martes, 29 de septiembre de 2015

EL PARIPÉ NARANJA DE LOS GUAPITOS DE CARA (PLEONASMO)


Lo mismo que un multimillonario no sabe empatizar con los pobres más que por la vía de la caridad y el paripé, un guapo no sabe reorganizar el mundo en contra de su belleza más que por la vía de la drogadicción, y/o inmolación (santidad suicida). En el primer caso podríamos tener a Bill Gates. En el segundo, tal vez Jim Morrison, tal vez Evita Perón. Con estos mimbres premeditadamente maniqueos, el sentido de la justicia social que pueda tener un guapo multimillonario es el que cabe en un juego de mesa con el bonito pijo hasta arriba de Neruda pinchado en vena. Ahora imagina a este mismo tipo metido en política. Imagínalo disfrazado de persona y hablando en un mitin de pobres, feos, maltratados, enfermos y desahuciados. ¿No escuchas el sonido de los dados en el cubilete? Es la impresión que me da cada vez que veo al guapito de cara de Albert Rivera, el santo solvente. Es la impresión que me da cada vez que veo a la guapita de cara de Inés Arrimadas, la santa pija. Les damos penita. Se drogan con nosotros. Les divertimos. Nuestros derechos son su pasatiempo. Y ahora están en pleno psicodrama de inmolarse por nosotros con risas por lo bajini. Si todavía no has localizado al pardillo de la timba, no lo dudes: el pardillo eres tú.