PASAJE DE CHINITAS


Y abajo, la supradicha calle Larios, engalanada como para casarse con un guiri. El nombre, como al de la ginebra, le viene por el Marqués de Larios, prócer, benefactor y probablemente parásito de Málaga, al que la ciudad le está muy agradecida porque si no, a ver cómo se justifica el nombre de la calle Larios sin caer en la mentira, recurrir a la anestesia o drogar al que nos pregunta. Recomendados quedan los churros de Casa Vicente, que se llama así porque ni el dueño ni ninguno de los camareros atiende por ese nombre en la preferencia de llamarse de muchas otras maneras para despiste y desasosiego de niños y foráneos. Lo mismo que en la Tierra de Fuego hace un frío que tira p'atrás, Casa Vicente.