lunes, 13 de enero de 2014

POLÍTICA SADOMASO CONTRA LOS DEMÓCRATAS DE MIERDA


Hace años que en la iconografía febril de los presos de ETA figura una estampita de sadomasoquismo, sexo abertzale, con la abogada Arantza Zulueta entrando en sus celdas vestida de mistress y con el látigo de Sabino Arana en la mano. Dolor, independencia, sumisión, amnistía, condena íntegra, placer. Zaca. Dolor. Zaca. Placer. Zaca. Pringado. Zaca. Gudari. Zaca, zaca, zaca. Frente de Macos XXX. Comando Zaca. Madama Zulú(ETA). Al que pida la reinserción le clavo el tacón de Batasuna en toda la boca. El que se acoja a los beneficios penitenciarios conocerá el bondage de Sortu. ¿Qué es eso de aceptar la legalidad penal española? Ni un momento de debilidad. ¿Para qué estoy yo aquí con este consolador como la manga de la pelliza de King Kong, tallado en madera del árbol de Guernica? Esto ha venido siendo así durante años, gracias a la infame doctrina Parot, y a que en el recuerdo de los etarras la abogada disciplinante aún era una rubita guerrera de Lekeitio (arriba), con más o menos muescas en la cara, pero vasca y tal, oye. De los nuestros y de izquierdas, con lo poco que se hace el amor por aquí, tú... Después de la sentencia de Estrasburgo, a la rubia se le han caido los palos del sombrajo facial y ha perdido mucho de su lascivia carcelaria. Cuando la detuvieron el otro día no logró mostrar su perfil bueno entre los guardias civiles. No encontró la manera de enseñar su tacón de aguja a las cámaras. Reía como una bruja de Zugarramurdi, pero ya no era el mismo puntito. Sin embargo, en esa risa de estramonio abertzale, estaba toda la incompetencia criminal del gobierno del PP: sus detenciones arbitrarias, su fascismo emocional y su intolerable cabreo por estar obligados a aplicar la democracia a los presos de ETA una vez han cumplido su condena, y consentir en que haya una izquierda independentista en el País Vasco al margen del terrorismo. En esas carcajadas malvadas se concentraba todo el código genético reaccionario del PP al ser biológicamente incapaz de aceptar las reglas del juego de la Constitución en toda su esencia. En aceptar que la Democracia tiene estos sapitos. Estos dinosaurios. Y que es su precio contra la barbarie. El precio que hemos pactado entre todos. ¿A quién le gusta convivir con asesinos? No les saludes. ¿A quién le apetece oír las triquiñuelas legales de una abogada de etarras? No las escuches. Y, sobre todo, ¿quién no está ya hasta las narices de ETA, incluso derrotada? Apaga la caverna mediática. Que entreguen las armas y se disuelvan, vale. Pero ¿pedir perdón? Eso no está en la naturaleza del escorpión, ni tampoco en el código penal, así que allá ellos con su mala baba y así se pudran todos en el olvido. De modo que lo que está haciendo el PP sólo es avivar los tizones de la bilis para arañar miserablemente los votos que han perdido con el fracaso de ETA, con la inevitable "reinserción" de los presos, y la incorporación a la vida política activa de todos los radicales epilépticos de Bildu. Lo del PP sólo es mala fe con la democracia y utilizar la "sensibilidad" de las víctimas como mandamientos de un catecismo que nadie ha votado y contra una gente que sí. Lo último, de ayer mismo, las maniobras de Cristina Cifuentes para prohibir, PROHIBIR, una charla sobre "juicios políticos" en Euskadi, hoy, en el Centro Social Potemkin (de la cuerda del 15-M), aquí en Lavapiés. "Contra los Juicios Políticos en Euskal Herria. Por la Democracia y la Paz". Con ese enunciado, no puede usted prohibirle a nadie que se exprese, señora delegada del gobierno en Madrid. Ni aunque los invitados sean Joseba Permach y Amaia Elkano. ¿Que son abertzales? ¿Que parece que son proetarras? ¿Que cantan una cosa mala? ¿Que no piensan como usted? Eso no es enaltecimiento del terrorismo ni humillación a las víctimas, señora Cifuentes. Van a juntarse para hablar de los juicios políticos en el País Vasco, que los hay. Ni pensaba ir, pero lo que sí es fascismo es prohibir el acto. Cosa que probablemente haya conseguido, la otra rubia. O la suspensión de la charla por parte de los organizadores, no sea que tengamos heridos. Veremos a lo largo del día en qué queda la cosa o si no les han dado su medicación constitucional a los antidisturbios. Pero en lo que respecta a madamas, látigos, disciplinas, celdas y toda la parafernalia sadomaso, Arantza Zulueta es la niña de Rajoy comparada con el porno extremo de la delegada del gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes. La de la moto. La del cuero. La de las porras de los antidisturbios hechas con el prepucio expandido en laboratorio de Millán Astray. Humillación, siempre humillación. Y si no es de las víctimas del terrorismo, de ti mismo, que estás a mano. Demócrata de mierda.