sábado, 30 de marzo de 2013

A CORREAZOS CON EL ESCRACHE


Es de noche. A Pedro Picapiedra lo acaban de desahuciar. Cabreadísimo, aporrea la puerta de su casa y grita contra la responsable de su situación: "¡Vilmaaaaaaa!". ¿Escrache? No. Dabadabadú. Vuelve a ser de noche. Imponente ciudad amurallada. Un grupo de hombres se aproxima furtivamente a su puerta principal empujando un extraño objeto de madera. Llaman al timbre y salen corriendo. ¿Escrache? No. La Ilíada. Madrugada del 6 de junio de 1944. Unos doscientos cincuenta mil chavales aparecen en la playa donde Hitler se ha hecho su chalet en Francia. Por sorpresa, hacen sonar las bocinas de sus lanchas deportivas. ¿Escrache? No. Desembarco de Normandía... Así que no debería faltarnos perspectiva histórica para comprender que a grandes males grandes remedios. El escrache es tan "profundamente antidemocrático", como dice Rajoy-Chamberlain, como fueron bandas de forajidos nuestros maquis en la guerra civil. Así que menos escrúpulos contra los fascistas. Otra cosa es quedar ahí, en dibujos animados frente a una puerta, como Pedro Picapiedra, y otra sobrevivir a la masacre de la playa de Omaha y entrar en París sobre un tanque de nombre "Don Quijote". Todo se verá, pero lo que está claro es que el pesimismo y la apatía no son opciones. Y por seguir dando por saco: si supieras la dirección del tipo de arriba, Francisco Correa... Si conocieras el piso, el ático, la casa dónde vive el tipo que te lo ha robado todo... El sinvergüenza que te ha dejado sin hospitales, sin medicinas, sin colegios, sin trabajo, sin casa... ¿No harías algo? Sí, probablemente lo denunciarías a la policía, claro. Mejor la policía, que está para eso. El problema es que con los otros, los ladrones votados, la policía son ellos. Y es profundamente antidemocrático delatar ladrones votados y contarles a sus vecinos con quién están conviviendo, como es profundamente antidemocrático grabar en secreto las conversaciones del enemigo (caso Watergate: Nixon a la calle) o de los abogados de los enemigos (caso Gürtel: Garzón a la calle). O nos quitamos de encima los remilgos de la DEMOCRACIA ROSITA o nos vamos a encontrar con el peluche destrozado por los lobos y con nosotros mismos en un campo de concentración tratando de recordar en qué momento pudimos pelear y no lo hicimos. La Democracia no es rosita. La Democracia es lo más heavy que inventaron los griegos. El escrache es llevar el ágora a la puerta donde haga falta. Secuestrado el parlamento, o drogado, o comprado, la soberanía siempre descansa el pueblo. ¿O no estamos ya lo suficientemente cansados?