miércoles, 20 de marzo de 2013

ALGÚN DÍA PAGARÁN TODOS LOS CULPABLES


Esta semana del aniversario no he podido evitar encontrarme con el careto de Aznar, de cuando su presidencia de gobierno, y con sus vergonzosas palabras al inicio de la segunda guerra de Irak. Sus mentiras y su maldad. El rostro siniestro y de cera de un ser endemoniado, y a la postre un genocida, y su discurso macilento, enfermizo, de loco. Sé que algún día pagará por sus crímenes, espero que con la cadena perpetua que dicta el Tribunal de la Haya en casos como el suyo. Lo mismo que pagarán todos los responsables de esta destrucción del país, sistemática y al dictado, y de la venta como esclavos de todo un pueblo reducido a la miseria. A lo mejor ni siquiera hay que esperar a que los pomposos jueces de los rizos blancos tomen cartas en el asunto. A lo mejor es la gente la que se erige de tribunal popular, como en las revoluciones con fecha y celebraciones que en el mundo han sido. Con sangre y con un vuelco y con un juicio a todos los asesinos y traidores y cómplices que hayan ido por ahí tan ufanos y riéndose de lo bien que cumplieron las órdenes genocidas de Alemania contra su propia ciudadanía. Si Aznar hubiera matado a cien mil españoles, y no iraquíes, estaríamos hablando del mismo caso. En Caramelos Paco creo que venden pelucas rococó. Por atenernos al protocolo de arrancarles las cabezas como a una ración de gambas, legalmente... Y en metáfora, que somos civilizados. Pero conseguiremos que paguen con cárcel, ah, amigo, y muy mal haríamos las cosas si nos morimos sin verlo. Cárcel para el abyecto y para toda su ralea en el mismo partido. Así, buscando una foto buena para ensañarme con el sicario actual de economía, el que vive en los aviones a Europa, el del apellido frutícola (no el taurino), el de aspecto de seminarista en una verdulería, no me podía creer la que me encontré del menda, tan a gustito consigo mismo y con sus medidas de exterminio, sonriéndose como si fuera en tanque y tú descalzo. A éste que digo y pinto arriba, cárcel, sí, pero en régimen ordinario para que pueda disfrutar de la compañía de los presos más alegres y comunicativos en el patio. "Lo que son" mismamente los presidiarios condenados por robar estos años para darle de comer a sus hijos porque el que te cuento los dejó en el paro.