sábado, 29 de febrero de 2020

MECANISMOS MENTALES

Phiip K. Dick, en un banco de su casa en Point Reyes Station, en la década de los 60.

Hace un par de días contesté a una llamada de un banco. No sabía que era un banco, claro. Era una señora triste obligada a hacer cierta promoción. Me pilló contento, así que contesté educada y hasta jovialmente que no quería saber nada de su oferta, aunque me costó tres o cuatro minutos. La señora acabó riendo. Arriba, una foto de Philip K. Dick que he copiado hoy de El País. Me parece magnífica. Me recordó la llamada de la señora. ¿En qué extraño banco partido está sentado el bueno y paranoico de Philip y qué señora le sacó la foto? Creo que a esto se le llama comunión. Una forma antigua de religión que la iglesia de los mercaderes ha perdido de vista. Todos tratamos de hacer reír, de una forma u otra. Pensad en la "u" que separa forma de otra.

viernes, 28 de febrero de 2020

ANDALUCES, LEVANTAOS, PEDID BIRRA Y QUE NOS DEJEN EN PAZ

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Al fondo, explosión nuclear en Palomares mientras en Sevilla, en la Junta de Andalucía, el PP pacta con VOX la expulsión de todos los menores sin papeles y la derogación de la Ley de Memoria Histórica. Lorca sigue en la cuneta, a Machado lo citan los fascistas y el precio del aceite de oliva lo lleva un belga en Bélgica. Feliz día de Andalucía.

martes, 25 de febrero de 2020

VIEJAS MAJORETTES FASCISTAS CON EL CARMÍN CORRIDO


Uno por otro y el otro por el uno, deberían darme lo mismo estos dos engendros. Alonso por las infinitas cosas repugnantes que le he oído decir y que le he visto hacer (a ver si se demuestra la pasta que distrajo "supuestamente" cuando fue alcalde de Vitoria) y el otro, el de la baba en las comisuras, Iturgaiz, por ser sencillamente un ser abyecto. Absolutamente abyecto. La mano escamosa que tiende a Vox para las próximas elecciones en el País Vasco pertenece al mismo cuerpo que la lengua infecta de parásito con la que insultó como un canalla a Ada Colau en Europa. Ahora palanganero de Pablo Casado. Otra vieja majorette aparcada en Europa y recuperada de urgencia para desfiles fascistas en suelo español. Que los parta un rayo. Satán, reza por nosotros.

miércoles, 19 de febrero de 2020

EL ALCALOIDE


Más conocido como Carapolla, arriba, Martínez Almeida también es Alcaloide de Madrid, un estupefaciente enano de jardín metido a enano de ciudad (con perdón a todos los enanos reales por la comparación odiosa), lo que viene siendo un Nanoalcalde, esto es, alcalde ínfimo, alcalde minusculísimo, o directamente alcalde de mierda (relato de ficción, señor fiscal) con el súper poder de infligir vergüenza ajena y asco manifiesto a distancia sólo con pensar que un pellejo de escroto con gafas como él, con su triste capacidad cerebral y empática, haya llegado a ser el "regidor" de todos los madrileños. Por lo que dice, por lo que hace, por lo que sugiere y por el sudor tóxico a monaguillo chivato y becario faldero que destila el meapilas reaccionario que quita versos de Miguel Hernández de la Almudena para ningunear la Memoria Histórica y hacer méritos ante las morsas hediondas de su partido fascista. ¡Me caso en Soria!

Gracias, Vergara.

lunes, 17 de febrero de 2020

MELANCOLÍA (JUÁS)




Hay unos bots (o como sea que se llamen: tostadoras replicantes, rusos dopados, cien navajas suizas con un ataque de break-dance sobre cien teclados de ordenador...) que entran en el blog de manera inopinada e inopinante algunos días de la semana sabe dios con qué motivo. El número de visitas aumenta "significativamente", pero para mí no significa absolutamente nada ya que las huellas de su presencia (tengo detectores de movimiento y procedencias) sólo indica la visita de descerebrados, las tostadoras que decía antes... Pero tienen algo bueno las navajas suizas: que no pueden visitar todas la entrada más reciente, parece, y se dispersan aleatoriamente por los contenidos del blog, años atrás, a rebotar o lo que sea que hagan las navajas suizas cuando se masturban. Van muchos años ya como para que me acuerde de todo lo que escribí, así que la foto que tienen que hacerse en la entrada con el título (queda todo registrado) me ayuda a recordar textos antiguos, unas veces para bien y otras de vergüenza ajena de tan patético como me pongo con el tran tran de injusticias y crueldades que ha sobrellevado este blog a lo largo de su excéntrica existencia... Hoy he releído una con el título de "Alargafiestas (4)". La entrada y la chica de arriba son de Octubre del 2011, hace más de nueve años, y este que sigue era el texto que la acompañaba y por el que sigo poniendo la mano en el fuego y brindando con whisky. El otro día leí por ahí la mejor definición de melancolía: "La felicidad de estar triste". A eso le añado yo una carcajada y lo que sigue como digo, como dije:  


Sé que este país está hecho con las cáscaras de un suelo de barra, que los policías son muñecos, que el dinero abstracto no es dinero, que la realidad que nos provocan es la acuarela de un mono; sé que este país está hecho con las raspas de un poeta, con el pollo asado que pinta en la pared un hambriento, con los abrazos de los que se buscan las navajas mientras se abrazan; sé que en cada beso puede ocultarse una manera de callar al otro, que cada pesadumbre visible es la sucia ligereza del prójimo que la ve; sé que los modales del caníbal se llaman envidia, que la convivencia es el juego de mesa del mono de las acuarelas, que la piel de los políticos se escama con el roce de la indiferencia, que los malnacidos y los poderosos y las corbatas comparten con la muerte su prestigio solitario; sé que la risa es un don y que el hábito de la alegría la suscita; sé que el tiempo es un acuerdo entre amaneceres y sé, para acabar, que el amanecer es el único humor paulatino que cabe celebrar entre tanta mierda... Por todo ello, queridos, este brindis al sol. Con el permiso de Sábato, Sartre, Ciorán, Bacon y Goya, y hasta sin él, el optimismo de un alargafiestas. Que los Dioses protejan a esas honestas tetas de arriba y que a su dueña no le falte un querer.

sábado, 15 de febrero de 2020

DON BENITO


-Entonces, ¿tú de dónde eres?
-De Don Benito, ¿y tú?
-¡De Donostia!
-Joder, yo te lo decía en serio...

miércoles, 12 de febrero de 2020

CONTRA LA EUTANASIA: LA IGLESIA INMATRICULA EL VALLE DE LÁGRIMAS


El tipo de arriba fue ayer el calzoncillo abanderado del PP para oponerse a la Ley de Eutanasia en el congreso. José Ignacio Echániz, un diputado con pedigrí de antecedentes en este blog, utilizaba el "argumento" de que los rojos querían ahorrarse dinero cuidando enfermos y que por eso querían matarlos. Por "ahorrar" en paliativos y tener dinero extra para gastárselo en Venezuela, drogas y langostinos, poco menos que dijo. Él, que dejó a cientos de pueblos de Castilla-La Mancha sin ambulancias cuando era consejero de Sanidad con tal de que su jefa, la Cospedal, fuera la reina cruel de los recortes y la principal adalid de la privatización de cualquier centro público de salud. Los mayores verdugos de la gente protestando por que a unos pocos se les quiera dar el derecho a escapar del sadismo del sistema. Hasta las heces de mierdas así, valga la redundancia, junto con todos los curas, obispos y arzobispos que también se oponen a la eutanasia y a que se denuncien los casos por violación de niños, los mismos que ya han inmatriculado el Valle de Lágrimas para recalificarlo de terreno rústico a urbanizable. Sólo un deseo cristiano para ellos: cuando Dios Padre los llame a su seno, que no hayan dejado de sufrir religiosamente lo indecible hasta el último y postrer momento. 

lunes, 10 de febrero de 2020

GISTAU


Antes de que el tren de Málaga a Madrid o viceversa estuviera a solo tres gintonics de mi madre, el viaje se paliaba con literatura. Y si no habías elegido bien la novela de mano, espurreabas neuronas sobre la revista de Renfe. Con la mancheta "Paisajes" y en papel satinado, no podía haber algo impreso más aburrido hasta que la desesperación te llevaba a la página del horóscopo, la orilla final donde tu cerebro moriría sin remedio... Y allí, de repente, la Sorpresa... Ironía, sarcasmo, cinismo y una firma: David Gistau. Ese tipo sabía reírse y sabía hacer reír. ¿Y qué cojones estaba haciendo allí? Alegrando Ciudad Real. La casualidad quiso que nos encontráramos unos meses más tarde en Antena 3. El mismo David Gistau embarcándose con unos quince guionistas más en un macroproyecto de macroprograma en Late Night destinado a que naufragara con todos sus galeones y todos sus marineros en una galerna también en La Mancha, Canal de, al poco de zarpar. Qué ratos más buenos con Ricardo Cantalapiedra y Jaime Barella, joder... Nos fuimos todos alegremente al carajo, yo el primero (que conste), pero nos quedó la amistad suficiente para que David me pasara el manuscrito de su primera novela, "Ruido de Fondo", y que nos tomáramos la cerveza necesaria en Lavapiés. Su boxeo, su viaje de polizón en un mercante, su Francia... Luego lo seguí con todo el cariño y el orgullo en sus columnas cojonudas por La Razón, El Mundo y Abc, tuvo cuatro hijos y murió ayer de la lesión cerebral que sufrió en noviembre y de la que no tuve ninguna noticia. Puta vida. Me cago en Dios. 

domingo, 9 de febrero de 2020

LIMPIADOR DE POROS

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La publicidad engañosa es un maldito pleonasmo. Basta con decir "publicidad" y sobra. Acabo de fijarme en un anuncio con una chica guapísima mostrando su espalda desnuda. Lo que se vendía era un "limpiador de poros", tal cual. Aquí va otro, arriba. Y otro más, absurdo, abajo (tengo problemas con el programa de ilustración y no puedo ampliar yo). Vivan los colchones como la gran cosa.


miércoles, 5 de febrero de 2020

OJO DE LINCE, FERNÁNDEZ-SANTOS. LA CRÍTICA A "TOTAL"



Total, nada


No siempre es buen negocio en cine partir de una buena ocurrencia. Ni siquiera cuando se trata de cine para la pequeña pantalla, que suele tener mangas mayores que la grande.En efecto, una buena ocurrencia, como punto de partida de una película, exige inapelablemente al guionista y al director estar, como mínimo, en las secuencias posteriores a la altura del comienzo en lo relativo a inventiva. De lo contrario, el relato irá necesariamente cuesta abajo, hacía el naufragio.
Total es un telefilme escrito y dirigido por José Luis Cuerda, que fue emitido la noche del pasado lunes y que representará a TVE en el Festival de Montecarlo. La película tiene algo menos de una hora de duración, y de esta hora, en rigor, sólo se salvan los cinco primeros minutos, en los que Cuerda nos sitúa ante una ocurrente y chusca versión del fin del mundo, para después abrir la caja de las rutinas y abrumarnos a los espectadores con una epidemia de ellas.
La ocurrencia inicial, aunque de brocha gorda, despierta la voracidad visual del espectador y le crea bastantes expectativas. De otra manera, la singularidad del comienzo le abre el apetito de más singularidades, pero éstas nunca llegan. Peor aún, se percibe en el guión y en la dirección de Total un esfuerzo perfectamente inútil por darnos como cosas originales lo que sólo son tópicos; por damos como insólito lo sabido; por darnos como gracioso lo soso. Y quienes han despertado nuestra voracidad nos dejan con la boca abierta y sin nada dentro, defraudados e insatisfechos.
La originalidad del arranque de Total no encuentra después un desarrollo hacia arriba, no crece, no hace engordar los kilos del interés del espectador, y éste se va desinteresando poco a poco del tinglado. La correcta, simplemente correcta, realización e interpretación se queda de esta manera en una corrección sobre el vacío. Total, nada.
En un relato filmado, lo que no crece, muere. Es ésta una ley inapelable de la cartilla dramatúrgica. José Luis Cuerda, una vez que ha captado el interés del espectador en la secuencia inicial, se va por las ramas de un relato mal desarrollado, indeciblemente torpe e ingenuo, sin sentido de la argucia argumental, de factura horizontal, chata, sin inventiva en ascenso, carente de ritmo y de tiempo interior, por lo que, a medida que avanza, desciende inexorablemente hacia las raíces del bostezo.
José Luis Cuerda comete varios errores graves, a mi juicio. El primero es que dispersa en exceso la acción entre una docena o más de personajes, por lo que pierde toda posibilidad de intensificar y vertebrar la acción sobre alguno de ellos cuando lo necesite. Y cuando esta necesidad llega, el esfuerzo de intensificación resulta impotente, se frustra y no hay vertebración posible del cuento, que se agota en salvas de pólvora mojada.
El segundo es que pretende crear un clima de apocalipsis chusca, y ni logra apocalipsis alguna, ni ésta tiene la menor gracia cuando pretende existir. Los planos de dos o tres muros que se derrumban -símbolo apocalíptico muy rudimentarío- están muy mal rodados, carecen de evidencia, son cutres y parecen obra bien de un presupuesto paupérrimo, bien de un equipo de efectos especiales que podría dedicarse a otro oficio, o bien de ambas cosas a la vez.
Pero si no hay clima apocalíptico, menos todavía hay gracia en este supuestamente chusco final del mundo. Hay una concepción del gag exclusivamente verbal, cosa de por sí empobrecedora, pero es que, además, esta concepción del gag como chiste verbal ni como tal se salva, pues los chistes son malos de solemnidad.
Veamos estas tres guindas extraídas entre docenas: "¿Estás con otro hombre?", pregunta, alarmado, el rico amante a su querida, y ésta responde: "Que no, que yo sólo me prostituyo contigo". Y luego, el amante: "Toma 600.000 y vámonos al catre". Y, para remate, la querida otra vez: "¡Ah, no, que luego se aparece tu mujer, y es un corte!". O este diálogo entre dos jóvenes: dice él: "¡Ea, que ya no te quiero! Dóminus vobiscum". Contesta ella: "Et cum spiritu tuo, cuerpo saleroso". O la excelsa frase que cierra el filme: "¡Volver aquí, que os vais a perder el juicio final, gilipollas!". Originales diálogos, pues es imposible que sean peores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de diciembre de 1983

PARA QUÉ SIRVE LA CRÍTICA DE CINE. LA QUE LE HICIERON A "AMANECE, QUE NO ES POCO"


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CRÍTICA:CINE

Ideas sin imágenes

Después del éxito de El bosque animado, uno de los más notables del cine español reciente, José Luis Cuerda debiera habérselo pensado dos veces antes de filmar su siguiente guión, Amanece, que no es poco. La solidez de El bosque animado proviene de la del guión que hay bajo ella, en el que el pretexto literario de Fernández Flórez obtuvo una expertísima traslación a imágenes por el guionista Rafael Azcona. Sobre este suelo, Cuerda pudo caminar cómodamente con su cámara y salir airoso de un trabajo dificil sobre el papel.Ahora, con Amanece, que no es poco, Cuerda se ha propuesto sacar adelante algo más complicado: una película de ambiciones corales en la que se entrelazan decenas de esbozos de personajes y situaciones, con presencia casi constante de varios intérpretes en la pantalla, en la que pretende conjugar sainetes, chistes, situaciones de corte surrealista, y todo ello, además de con tono de búsqueda de autoría y sello propio, adornado con ecos, más o menos lejanos, del cine de Buñuel, Berlanga, Fellini y en aspectos concretos del de Vittorio de Sica en Milagro en Milán.

Amanece, que no es poco

Dirección y guión: José Luis Cuerda. Fotografia: Porfirio Enríquez. Música: José Nieto. España, 1988. Intérpretes: Antonio Resines, Luis Ciges, José Sazatornil, Cassen, Pastora Vega, Ovidi Montllor, Chus Lampreave, Manuel Alexandre, Miguel Rellán, Rafael Alonso, Queta Claver, Antonio Garnero, Aurora Bautista, Gabino Diego, Violeta Cela. Estreno: Proyecciones y Torre de Madrid.

Coro y desfile

No logra Cuerda su propósito, ni podía lograrlo, por dos causas graves. Una consiste en que el carácter coral de su película es sólo epidérmico y aparente: hay, en efecto, muchos personajes, pero no existe en el filme un verdadero engarce orgánico entre sus respectivas funciones, de tal manera que la multitud de tipos y situaciones no componen la piña de un coro, sino un desfile invertebrado, pues sus respectivas historietas no se combinan recíprocamente conformando una sola, sino que se suceden una tras otra sin unidad alguna.La segunda causa es de medida y de graduación. El espectador ríe durante los primeros minutos del despliegue de anécdotas, pero poco a poco la fuente de la risa se va debilitanto y a media película se agota y desaparece. El desequilibrio del guión es grande y candoroso. Con un mínimo de autoprotección, Cuerda debiera haber dosificado recursos, administrado y ordenado gags -casi siempre verbales y no visuales, pues la abundancia de ideas contrasta con la escasez de imágenes- de menos a más.
Pero Cuerda no lo ha hecho así y su filme paga caro este mortal descuido: a fuerza de ver una y otra vez la mecánica interior de los chistes, éstos, por acumulación desordenada, se vacían progresivamente de gracia, la película pierde vértebras y rumbo en sus tramos finales y, cuando debiera elevarse, cae en picado y naufraga.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de enero de 1989

martes, 4 de febrero de 2020

CALABAZA, YO TE LLEVO EN MI CORAZÓN


"Me he duchado vestido y no compensa".
José Luis Cuerda.

Descanse en paz.