domingo, 31 de mayo de 2020

UN MINISTRO CONCRETO


He intentado abstraerme del currículum del señor de arriba, José Manuel Rodríguez Uribes, y me ha sido imposible. No he podido. El hombre es Ministro de Cultura (y deporte) pero es Filósofo del Derecho. No entiendo nada absolutamente de Derecho y mucho menos de Filosofía, pero ser Bolero de Ravel de los Corchos o Cronista del Mamparo debe de ser algo parecido en cuanto a la profesión que pones en tu DNI, algo que solo sirve para enseñar. Supongo, ignorante de mí, que con esos andares lo han elegido para Ministro de Cultura (y deporte) porque les gustó el golpe de cadera con que torcía las esquinas. Otro criterio podría haber, por supuesto, pero es que en las declaraciones del ministro concreto se le nota el golpe seco de cadera y el Filósofo del Derecho del carnet. A lo mejor el hombre vale para lo del (y deporte). A lo mejor lo de Cultura es la primera parte del oficio que se deja y ha pasado de ser Filósofo del Derecho a Bolero de Ravel de los Corchos y por eso no hay quien entienda cómo puede estar el ministerio más abstracto del mundo en manos de un ministro tan concreto y vuelan las ironías e incluso me sobrepasan en los subtextos, pero vete tú a hablarle de sutilezas al Cronista del Mamparo. Con lo que se la aprecia a la Cultura en este país, oiga usted, y ponernos un ministro tan poco Faulkner.

LA CÉLULA CON ASAS


Pareidolia: fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio es percibido "erróneamente" como una forma reconocible. Vale, pero es la célula con asas. Al microscopìo.

jueves, 28 de mayo de 2020

miércoles, 27 de mayo de 2020

QUE TU MIERDA COBRE VIDA...


No recuerdo qué grupo la cantaba (Leiva), pero me hizo gracia cuando mencionaban esta letra el otro día en la radio (Leiva): "Que tu mierda cobre vida y te dé un beso" (Leiva). Dedicada a la rubia de arriba. Nunca pensé que esto de la lucha de clases, incluso la histórica, podía ser sencillamente un calentón.

-Las ganas que dan de reventarle su puta boca de marquesa contra el boquete de un cagadero proletario -dijo el nieto del fusilado.

Relato de ficción, señor fiscal.

Y muy bien por Leiva.

lunes, 25 de mayo de 2020

UNA SERENDIPIA INFAME


En la misma página de eldiario.es y a la misma altura, de repente, como una revelación, este bendito país de mierda en todo su esplendor. Las empresas de los despidos y de las subvenciones por el virus jugando en Bolsa para forrarse con nuestro dinero y justo al lado los médicos defendiéndose del virus con Bolsas de basura. Juro que lo único que está manipulado de este catch es el tamaño de la mancheta del periódico, arriba.

domingo, 24 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (Y 72º DÍA DE CUARENTENA)


Ayer de nuevo aplausos sin "Vamos". Tampoco hicieron acto de aplauso madre e hijo enfrente. Juan el Loco se quedó como casi siempre en su banco sin aplaudir, en pantalón corto y con las piernas estiradas. En su cabeza a pájaros, los aplausos son los pececitos que le exfolian los pies. Ictioterapia por palmas. Y lo de "cabeza a pájaros" es literal en su caso. Piensa más en los pájaros que en otra cosa, aunque esa otra cosa sea complicada de verdad y le lleve a discutir durante horas con funcionarios invisibles del ayuntamiento. El otro día me explicaba que los gorriones saben perfectamente donde cagan. Las palomas no, pero los gorriones miran y apuntan. Lo tenía comprobado. Con reflexiones así aplaudirle a los sanitarios es distraerse.

Sin embargo, los gorriones y los mirlos siguen agradeciendo la luz de cada nuevo día, cada uno a su manera, con puntería o sin puntería. Si a Montserrat Caballé, que en paz descanse la mujer, le hubiera tocado ponerse mascarilla durante la pandemia, le habrían colocado un pañal de bebé y ni siquiera eso habría amortiguado sus gritos. En cierta ocasión me devolvieron a toriles un "chiste" sobre ella. Se hablaba sobre ludopatía. Alguien jugaba a todo, incluso a comprar yogures por si le salía el premio en el reverso de la tapa, pero nunca le tocaba...

-¿Y qué haces con las tapas sin premiar?
-Le estoy cosiendo un vestido de lentejuelas a Montserrat Caballé.

Creo que me hizo más gracia en su momento. De cualquier manera, a toriles. Puede que sea impresión mía, pero están tardando los chistes de crucero sobre la pandemia y el coronavirus. Se ven y se oyen chistes esporádicos, pero todavía no son de velocidad constante. Son bromas de solo la puntita, no sea que. Bromas de tanteo con las que siempre puedes pedir disculpas a posteriori, no era mi intención por lo más remoto... Si mandas tu coche de radiocontrol a la farmacia a por condones, ¿cuenta como un paseo tuyo? Hablo de chistes que superen las cordilleras de muertos y dramas sencillamente porque es su trabajo... Quizá esté aquí el problema... En hablar de chistes autónomos, independientes de su cómico, de su huésped provisional... El gag como la unidad mínima de la gracia, el chiste como su línea recta y el sketch como su plano... La comedia ya sabemos que es la cuarta dimensión más el tiempo que tarda la gente en reírse sin prejuicios. ¿En qué momento exacto se suicidó Hitler? Cuando leyó la factura del gas. Esas cosas.

En la geometría de Euclides el ángulo recto hierve a 90 grados.

Intento de Literatura Efímera. Escribir porno en Braille sobre una barra de hielo a 0 grados exactos. Si el ciego consigue leer tu texto hasta el final, es que fracasaste en ponerlo cachondo.

Los Efímeros, a diferencia de los Macabeos y de los Corintios, tenían una esperanza de vida muy corta. De constitución física débil y desorganizados socialmente, comían cualquier cosa que se encontraban en el suelo y, al caer la noche, solían mofarse de sus enemigos intrépidamente, o eso pensaban ellos.

Alguien escribirá un cuento sobre un Rastreador obsesionado con un caso de repercusión internacional y pistas de infección en los lugares menos frecuentados del mundo. Al final, con la Estatua de la Libertad semienterrada en arena acotada de playa, el Supercontagiador era él.

Yo no. Digo lo de escribir ese cuento. Solo con apuntarlo arriba y saberme el final ha dejado de interesarme. Tengo otras ideas de las que no tengo ni idea que me interesan más.

No sé si se notan ya los acantilados de Dover.

Estoy calentando para saltar al agua.

Mañana lunes, Fase 1 en Lavapiés y ningún pronóstico fiable sobre lo que nos espera en el Canal de la Mancha, mucho menos en "La Mancha en Madrid", taberna en la calle Miguel Servet, descubridor de la circulación sanguínea y la calle con peor circulación del barrio.

Últimamente, tampoco iba mucho por allí. Un par de veces con Fabiola. Murió en un accidente de tráfico y ni siquiera en la Mancha, sino en Jaén. Culpa de la lluvia. Ningún pronóstico, como decía.

Creo que a Fabiola le habrían gustado estos días escritos del coronavirus. Me habría perdonado la vida libérrimamente, pero se habría reído. Imposible imaginarla con mascarilla. A Gertrude Stein sí, mira, pero a ella no. Porque el retrato de Gertrude Stein se pintó con mascarilla primero y luego Picasso intentó borrársela ¿no? Fabiola también amadrinaba artistas. Chistes, canciones y artistas. Incluso le escribió un tango a Lavapiés. Es cierto. Una vez amadrinó en falso a un argentino y se lo trajo a comer a casa. Fue un desastre. No creo que el tango venga de ahí. Que si argentino, que si uruguayo, que si francés. A Gertrude la pintaron en París. Picasso era de Málaga. Fabiola nació a caballo entre Granada y Málaga. Eso es Jaén. Fabiola se mató en Jaén. Un día de lluvia. La Mancha en Madrid, calle Miguel Servet, pronóstico indefinido. Los fantasmas no llevan mascarilla. Cuéntame otra vez el último que me contaste, que me hizo mucha gracia pero se me ha olvidado... Por eso puedo acordarme tan bien de la sonrisa de Fabiola.

Fase 1 mañana, Fabiola.

Arriba, ¡ostras! Exclamación antigua de sorpresa. ¿Pero esto va a acabar realmente así?

El peor adjetivo que le puedes poner a una ostra: "antigua".

Le preguntaron a un crítico sobre cómo había recibido el público el estreno de cierta obra de teatro:

-Con entusiasmo, pero no indescriptible.

El horror, porque estas páginas están llenas de aplausos descritos. Matías Prats tenía horas y horas de radio con "aplausos descritos". Micrófono en ristre, me lo imagino estos 72 días asomado a un balcón en blanco y negro y describiendo al pueblo de Madrid en el muy castizo y bullanguero barrio de Lavapiés...

Dinal de este fiario.

sábado, 23 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (71º DÍA DE CUARENTENA)


"Héroes del Covid-19", la escultura apadrinada por Isabel Díaz Ayuso (IDA) para simbolizar y representar la lucha de la Comunidad de Madrid contra el coronavirus, es una espantosa estafa de mierda, así que yo creo que es perfecta. Vamos, es que lo clava. Y cualquiera del equipo de gobierno de la Comunidad puede verse no sólo representado, sino realzado por el artista. No en vano, el abuelo del escultor recibió el premio Nobel por sus estudios de la Fosforilasa y la biología de los virus, así que todo encaja. Me gusta saber que la cadena de transmisión que ha ido desde el científico Severo Ochoa al escultor Víctor Ochoa ha sido Radio Olé y que ha mantenido su autenticidad en todo momento. Desde la biología del virus a su simbología ribonucleica para culminar en el sindiós del epítome fecal aéreo en Fosforilasa, que ya era premonitorio hace tres años cuando lo realizó el artista al tuntún y cuando los gitanos empezaron a robar ese mismo  material por las noches desenroscando fosforescentes de las paradas de autobús del ayuntamiento y brincando por los descampados... Para las esculturas en Fosforilasa, mucho mejor eso que el cobre.

El científico en principio asturiano Severo Ochoa se hizo pronto estadounidense tras escapar de España cuando la Guerra Civil y ni por el forro pensó en rectificar su pasaporte con los años, salvo para morirse bilingüe en Madrid y que lo enterraran nostálgico en Luarca. Se queda a investigar en España y lo hacen bedel de una churrería, que también llevan batas blancas. Qué bonito que les pongan sus nombres a los hospitales a esos médicos y científicos que intentamos joder con tanto empeño en sus carreras: Severo Ochoa, Gregorio Marañón, Ramón y Cajal, Virgen de la Concepción, esa gran ginecóloga... Este último hospital debería ser un Materno, como su propio nombre indica, pero sólo se utiliza para el trapicheo de piezas de recambio de Lavapiés, mayormente. Algo así como los almacenes de chatarra de Desguaces la Torre, solo que en la Concha le borran mejor el número de bastidor a las prótesis.

Deriva la cosa en hospitales, y es tal vez el inconsciente el que me lleva. El lunes es el Día D de nuestra cabeza de playa en la Fase 1 y tenemos todas nuestras lanchas de desembarco llenas de deberes infantiles, migas de bizcocho y cables de ordenador... Digo que la cosa deriva en hospitales porque es probable que a todos nos acaben derivando a hospitales si no contenemos el primer impulso de asaltar las playas de Normandía cuando veamos la más pequeña de las terrazas con su pequeño camarero alemán de Móstoles o de Leganés defendiendo su blocao o café con churros 2'50 €, mantengan la distancia de seguridad entre ustedes durante la invasión, los drones con megafonía tapicera de la policía municipal harán las veces de acoso aéreo de la Luftwaffe, disculpen el hilo musical, no aglomerarse, no aglomerarse...

Supongo que hay más cosas en la Fase 1, pero la reunión con amigos y el acceso a las terrazas sin que te fusilen en ambos casos me parece suficiente cine de aventuras como para pensar en el cine existencialista francés. Entre otras cosas porque todo ha pasado muy rápido y porque apenas me acuerdo de cómo hemos llegado hasta aquí, y casi hablo en "plural mayestático", últimamente "plural futbolista". Cómo hemos llegado hasta aquí y devanarte los sesos para extraer algún tipo de moraleja que te ponga mirando en la dirección correcta de cara al futuro, aunque sólo sea para pensar que no has perdido casi dos meses y medio de tu puta vida en esta cuarentena... Tú y todos, perdona... Ya. Muchos no han perdido su tiempo: muchos han perdido su misma vida... Así que ya basta de moralejas y de psicodramas baratos, que no tienes estudios para eso. Sigue con lo de las terrazas y los bares, que se te da mucho mejor y tienes experiencia, Pimpinela...

Experiencia... Vale... Pero me sale el indio y ya va siendo hora de que acepte que a mí lo que se me dan bien son las moralejas... Precisamente las moralejas y vivir del cuento, y que esto del Diario ha sido un volatín pendenciero-intimista completamente fuera de contexto porque me pudo la angustia y la ansiedad al principio y ya no supe parar... Hasta hoy, más o menos, que pongo pies en pared... Salvando la evidente distancia y la obvia diferencia de talento con Iriarte, con Samaniego, con La Fontaine, con Esopo, con Fedro o con Perrault,  comparto con ellos el oficio de Fabulista y la argucia de ponerle voz impostada a los animales para que se expliquen mejor. Hoy en día, y salvo alguna cosa, eso es trabajar de guionista de televisión. Con perdón de quien me quiera perdonar, y con las honrosas excepciones de algunos presentadores, actores y actrices, más de un animal ha sido felicitado por sus amigos y yo estoy acostumbrado a vivir en la sombra mientras me paguen y me sirva para ganarme la vida con ello. Al menos me la ganaba hasta ahora. Desde el principio del confinamiento y bastante antes, de este teclado mismo del que se han ido deshojando los días de la pandemia, no han parado de surgir bocadillos (de cómic) las 24 Horas y a mucha honra. No sé si vale como nueva categoría laboral, pero aquí he estado currando como un reponedor cómico de supermercado o un honrado transportista de chistes tecleando en Google a las cuatro de la madrugada para averiguar cómo se llamaba la madre de una tonadillera, por ejemplo, y pueden mirar el tacógrafo cuando quieran. Digo esto porque creo que he sabido compaginar a partes iguales la angustia con la ansiedad, aunque mi patetismo haya sido mejorable en algunos momentos, pero sin hacer más mérito ante el virus que componer, imagino que como todos, la figura de Don Tancredo en la puerta de toriles con que iban dando la cifra de muertos y contagiados de cada día. Un Don Tancredo con teclado y con Word, pero Don Tancredo. Y ni siquiera "Perfect", digo el Word, que me han temblado las canillas y la barra de espaciamiento cuando tenía que escribir ligero (en Andalucía es sinónimo de rápido) y lo primero que me salían eran dos lagrimones de hijo en el frente y tu madre viendo Tele5 en Málaga...

Así que con la entrada de Madrid y Lavapiés en la Fase 1 daré por terminado este Diario del Coronavirus y mi doble vida de Montaigne con nariz de payaso y la de Joaquín, el del Betis, en un taller literario. La secuela de los rebrotes y repuntes del virus en Lavapiés que la escriba sandiós.

Sin moraleja.

Mañana Domingo, vísperas, 72º Día de Cuarentena, nos asomaremos a los acantilados de Dover.

viernes, 22 de mayo de 2020

¡UN ESTATUTO DEL TELETRABAJADOR YA!


DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (70º DÍA DE CUARENTENA)


Se aprobó ayer in extremis (Bildu en un extremis y Ciudadanos en otro extremis) una nueva prórroga del estado de alarma. Mentalmente estamos fuertes, pero si nos carraspea una cajera de supermercado nos echamos a llorar. En Madrid tenemos que sopesar los pros y los contras de pasar a la Fase 1. No digo por fuera, que bastante han presionado, manipulado y mentido los reaccionarios corruptos de la Comunidad para que lo hagamos el lunes 25 de mayo, digo pasar de fase por dentro... Mala mezcla el ansia con el miedo, y luego los cientos de miles de descerebrados con los que siempre hay que contar en la capital del reino y no siempre en fin de semana y matándose en las rotondas. Según todas las apariencias, en la Fase 1 tendremos que seguir comportándonos como hámsters en sus ruedas, ahora con un poco más de calle y la posibilidad de juntarnos con otros hámsters en otras casas a comentar si somos pronadores o supinadores en el footing de Tántalo de la ruedita y volver a sentirnos héroes por haber dejado libre un día más la cama que nos correspondería por haber pillado el virus a tontas y a locas, fíjese, ni idea de cuándo ni dónde ni cómo he podido contagiarme, ya me gustaría a mí haberlo disfrutado...

Sigo aplaudiendo a las ocho, y ayer me di cuenta de que estaba aplaudiendo hasta con nostalgia de los tiempos en que se aplaudía más abundante y compacto. No hay nada excesivamente pensado en lo que hacemos estos días, pero me parece un disparate echar de menos los aplausos histéricos de cuando palmábamos mil al día.

He dicho "palmábamos", otro disparate.

De acuerdo. Si volvemos a palmarla igual o peor en el rebrote, ¿con qué cara de vergüenza saldrás a aplaudir? Habrá que emborracharse para los aplausos, entonces. Como el padre que sigue aplaudiendo a su hijo en el partido de fútbol de los domingos cuando mete su segundo gol en propia meta, el gilipollas.

jueves, 21 de mayo de 2020

ADIÓS A TODA UNA CULTURA DEL ALCOHOL EN LA CALLE


DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (69º DÍA DE CUARENTENA)



Ya nos entendíamos poco antes, así que ahora con las mascarillas obligatorias en todas partes la comunicación humana va a ser de antología. Ni que decir tiene que se terminaron las sonrisas y los precios abusivos de las clínicas dentales. También han acabado con el superpoder de leer los labios que tenían los sordos: ya empezaron a deprimirse con los aplausos con subtítulos, así que darles la espalda ahora con las mascarillas por delante será su hundimiento definitivo. Por supuesto que también se perderá mucho placer en las felaciones (activas o pasivas), la gente dejará de silbar abiertamente, y al que todavía le queden ganas de besar se le quedará la lengua de trapo, como a los borrachos. Y, si nadie le advierte, cualquier día de estos Teodoro García Egea querrá probar a escupir olímpicamente un hueso de aceituna con mascarilla y del tirón se arrancará la cabeza de cuajo, de atrás hacia delante, por campeón. Ahora que lo pienso, no tiene por qué advertirle nadie.

¿Cómo sabrán los taxistas que circulen por Madrid que estás gritando "Taxi" en la acera y no "Brandenburgo"? Con la mano levantada y la mascarilla puesta, habrá taxistas que se fíen de su sexto sentido y otros que no.

Por otro lado, del lado de la esperanza, afortunadamente hubo ayer una asociación de ratas pestilentes que denunció al Congreso de los Diputados por intrusismo. Algo es algo.

Los fachas son los nuevos zombies deambulando entre lamentos por sus mausoleos del Barrio de Salamanca. Alguien les abrirá las puertas del cementerio para que salgan a comer cerebros rojos. Después de tantos años en la tumba, habrá que ver cómo caminan por los barrios de la droga adulterada y los comunistas en patinete eléctrico. George A. Romero debería resucitar también y rodar con ellos una película gore de franquismo cómico.

Estemos en la Fase 0 o en la Fase 3.242 y a los 30º de temperatura que nos vamos a chupar hoy, ninguna gana de salir ahí fuera a pegar un sello de cerveza con la puta mascarilla en una puta terraza de vigilancia provisional. Con amigos y sin amigos.

Un infectado por cada cuatro trabajadores del Ramón y Cajal. Mi amigo el celador aguanta bien a día de hoy. Bueno, a día de ayer.

-Esperando la segunda ola -me dijo-. Como los surferos.

Y aquí estamos los demás, con nuestros flotadores de patito de internet, ahora sólo con cara de medio gilipollas. Gracias también a la mascarilla.

miércoles, 20 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (68º DÍA DE CUARENTENA)


Los alemanes están estudiando retrospectivamente a su paciente cero y su cadena de contagios. Ni se sabe las sesiones de videoclub que le llevan dedicadas poniéndoles nombres científicos a sus compañeros de reparto de virus y estudiando fotograma a fotograma las secuencias de las infecciones, las únicas que les interesan, al parecer. Fue una mujer que estuvo en Wuhan y que volvió a su puesto de trabajo ya coronada, aunque asintomática. Charló con sus compañeros, compartió ordenadores y hasta contagió a uno de ellos sólo con pasarle la sal en la mesa. ¿Qué conclusiones sacaremos de todo esto? Pues que seremos mucho menos educados en las comidas, lo primero, y que como pilles el virus vas a hacer más flashbacks delante de los médicos que en "Amanece que no es poco".

Esto se va a llenar de médicos-salmón remontando tu historial médico hasta que tocaste aquel pasamanos en la gestoría a mediados de febrero o hasta que le diste el primer beso a Manolita, allá por los quince años. ¿Qué es de Manolita ahora? ¿Podemos localizarla? Manolita murió. ¿De lo mismo que usted? Perdón, quiero decir... No. Manolita murió de un infarto. Perdóneme que insista: creo que es necesario localizarla y hacerle la autopsia al cuerpo por si da positivo...

Claro que dio positivo el beso en su momento. La adolescencia es así. Y claro que le hice también la autopsia a su cuerpo muerto cuando me dejó inmediatamente por otro. Anda y que no le di vueltas buscando el fallo orgánico de lo nuestro y qué cojones se le había pegado por culpa del otro guaperas con moto, pero supongo que esa es otra cadena de contagios.

No hace mucho me preguntaba si los ciegos de la ONCE seguían vendiendo sus cupones. Con sus perros pueden estar perfectamente en la calle y esos bastones suyos les garantizan una distancia de seguridad más que correcta. Pero parece que no y los ciegos también se han quedado en casa. Alguien pensó que habría muy poca gente en la calle para que les comprara la suerte y que su eslogan de toda la vida tampoco les iba a ayudar mucho: "Te puede tocar a ti".

Están de moda las fotos de grandes calles desiertas. Dentro de poco serán estampitas de souvenir en sus expositores de venta para turistas. Así estaba la Castellana sin nadie. Así estaba el Paseo del Prado sin nadie. Así estaba la Gran Vía sin nadie... Bueno, esta imagen ya salía en una película de Amenábar, pero hubo que trucarla, claro... ¿Y nos creemos que a estas fotos de ahora no han tenido que trucarlas? A más de uno lo habrán puteado por joderles el plano o lo habrán retenido los ayudantes para que no se cruzara mientras sacaban la foto. Y a más de uno y a más de dos se les habrá aplicado el Photoshop urbano pertinente a posteriori para que no les joda la ortodoxia pandémica.

Hoy el Partido Popular por fin va a votar que no a la prolongación del Estado de Alarma. Si el gobierno convocara un referéndum para decidir sobre el oxígeno y esos rojos de mierda estuvieran a favor, los fachas votarían en contra. De producirse un rebrote en Madrid, por poner un caso, propongo medicalizar la sede del PP en la calle Génova y que los nuevos infectados hagan sus cositas sobre la moqueta de su planta noble. Y puestos a hacerle autopsias a mi Manolita, que se la hagan a Fraga Iribarne, que nunca le dio un beso a nadie, pero babeó de puerco franquismo este bendito país de mierda.

martes, 19 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (67º DÍA DE CUARENTENA)


Oído en la radio: "¿Se puede ser romántico en otras cosas aparte del amor? Por ejemplo, en la política... Claro, claro... También en la política... El romanticismo es..." Luego le preguntaba la presentadora a la oyente que cuáles eran sus aficiones y la mujer contestó: "Hacer puzzles". Básicamente a lo que Se dedicaban Lord Byron y Delacroix, señora. También un poco Jack el Destripador... Hay veces que madrugo y que pongo la radio sólo para confirmar que estaría mejor dormido. O con la radio apagada.

En Lavapiés de madrugada, últimamente como en Marte, aunque sea un decir. A lo lejos, los tragaluces de las buhardillas de guardia de siempre (para mí, luz de escritores), pero con el silencio marciano que llegó a mediados de marzo al barrio y que lo envuelve todo por la noche, una atmósfera de respiración contenida hace tiempo y empezando a pudrirse, un aire como de mercería abandonada y a oscuras, aún peligrosa. Estate callado, no te muevas, no des señales, no te signifiques... Ponte cósmico... Callamos, aguantamos la respiración y hurtamos el cuerpo porque todavía nos podemos pinchar con algo y a la mierda el traje espacial sin movernos ni un milímetro de nuestra desgraciada circunstancia de miles de solitarios expectantes después de haber apagado la radio. Ningún contacto con la Tierra. Puzzles. Puede parecer que no, pero de madrugada es más pandemia que durante el día, que puedes hablar de Delacroix con la cajera del Ahorramás y su mascarilla moruna. ¿Esta balsa de la medusa también es suya? Una bandeja de lomo de bacalao. Pues sí.

En Madrid la policía sigue denunciando caminantes de Erasmus (por otros barrios que el suyo), botellones del MIT de Massachusetts detrás de una tapia que los vuelve invisibles y fiestorros domésticos multitudinarios con puente aéreo ascensor-portal para los invitados que vayan llegando hasta completar el aforo de 20 sólo en la cocina. Denuncias a miles este fin de semana. La generación más preparada de la historia comportándose como Los Albóndigas. ¿No hacéis botellones con Rosalía a todo trapo en La Gomera? Lo que se están perdiendo vuestros municipales...

Cuando llegue la Fase 1, al menos oficialmente, el rebrote nos va a coger a todos haciendo la conga en Marte; sin demasiada mala leche, sólo por devolver la recibida por los abuelos muertos y las asociaciones de vecinos que no dan abasto a remediar tanta incompetencia con los más expuestos, espero que a los políticos de Madrid les pille a todos sin escafandra y todavía parloteando de discriminaciones de parte del gobierno totalitario central...

También dicen que a los fachas que se manifiestan en el Barrio de Salamanca sólo se los puede matar de un golpe en la cabeza con una cacerola de plata, casi como a los hombres lobo, pero a ver dónde encontramos los pobres una cacerola de plata como no sea yendo al Barrio de Salamanca donde se manifiestan los fachas de los que se dice que sólo se los puede matar de un golpe en la cabeza con una cacerola de plata, casi como a los hombres lobo...

lunes, 18 de mayo de 2020

LA ÚLTIMA LECCIÓN DE ANGUITA (Por Pascual Serrano)


Si en estos momentos viniese un extraterrestre a España, o sencillamente un extranjero que nada conociese de nuestra política, y viese las reacciones en medios, redes, mentideros políticos y ciudadanos ante la muerte de Julio Anguita pensaría en su liderazgo en alguna organización política de millones de seguidores.
Este nuevo observador no podría imaginar que, cuando era el líder de una organización política, apenas le votaron ni el 10% de los ciudadanos, la tercera parte de la gente que votaba a Aznar y luego a Rajoy, que ese al que ahora aplauden su coherencia en los periódicos era machacado y destrozado cada día por los medios cuando era coordinador de Izquierda Unida, calificado de iluminado por sus adversarios políticos y, no olvidemos, traicionado cada dos meses por compañeros de su propia organización.

Cualquiera que ahora tenga menos de treinta años no entenderá cómo ese político tan admirado y coherente, y con un discurso tan incontestable, tenía una influencia irrelevante en el sistema por el cuál se decide qué políticos nos gobiernan.
La unánime reacción de aplauso y reconocimiento de la clase política, mediática y la ciudadanía ante la muerte de Julio Anguita será la última lección que nos habrá dado el líder comunista: que existe algo miserable en este sistema político, o quizás en la naturaleza humana, que logra neutralizar al hombre que con su  pensamiento nos muestra la verdad, la dignidad y la necesidad de levantarnos y que en vida de poco o nada le sirve en las urnas. Hay que reconocerlo y decirlo, la decencia de Anguita genera muchas loas y brillantes obituarios, pero en este país por cada uno que le hubiera votado, cien lo habrían hecho a un prevaricador, un estafador, un ladrón o un criminal. Es lo que ha estado sucediendo desde hace cuarenta años. La sociedad española, esa que ahora le aplaude como si todos ahora fuesen seguidores de sus principios, lleva muchos años matando a Anguita con nuestra hipocresía, nuestra insolidaridad, nuestro nihilismo, nuestra frivolidad y nuestro conformismo. Ojalá nos despertara tanta sensación de vergüenza propia como admiración.

Gracias a Pascual Serrano y a eldiario.es

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (66º DÍA DE CUARENTENA)


Para pasar de Fase 0 a Fase 1 parece que necesitamos Rastreadores para seguirles la pista a los que en un futuro den positivo en los test de contagio. Primero identificarlos y luego perseguir a sus amigos, familiares, camellos y amantes para prevenirles (?)  y hacerles a su vez el test de contagio. Nunca va a estar mejor empleada la palabra "contactos". Ni la pesca en las "redes sociales". Rastreadores implacables, sabuesos de novela negra, como aquel que era capaz de seguir una gota de agua en el océano (Dashiell Hammett). Por eso puede que no se necesiten entonces profesionales de la medicina, sino Cobradores del Frac, paparazis o sicarios con experiencia. En Lavapiés, por ejemplo, hay un tipo al que no hay que pedirle prestados más allá de cinco euros si no quieres verlo convertido en tu sombra al día siguiente. Hagas lo que hagas, allí está, y sabe adónde vas y de dónde vienes con SU dinero. Encuentra otro tipo así, enséñale a cambiar el concepto "5 euros" por el concepto "Infectado", y te rastreará lo que ha hecho cualquier pobre diablo con SU virus tan minuciosamente que dará miedo. En qué panadería se ha gastado 0'50 virus, a qué colega le ha devuelto 1'50 virus y en qué mesita de noche se ha dejado 20 viruses de vellón en vez de contagiar gratis a su parienta.

No teníamos suficiente con la "Policía de los Balcones", que ahora vendrán estos interrogatorios con flexo a nuestra agenda de "contactos" y el seguimiento literal (Followers) de los maderos de la salud (Healthy Cops) por dondequiera que se te ocurra publicitar tu figura en sociedad o abrazarte desconsolado a una farola. Kilroy was here. Kilroy was infected. Danger, don't touch. Gracias por su colaboración.

Colaboracionistas todos si nos pregunta un Healthy Cop: "¿Ha tenido usted "contacto" con Kilroy últimamente?"

¿No están siendo demasiadas coincidencias con los primeros capítulos del libro "Monte su Propio Estado Totalitario"?

Oh, ya deja de pensar... Son paranoias. Pero sí que deberían dejar de tocarnos los huevos con las terrazas, los aforos y las distancias físico-sociales de seguridad de su puta-madre... ¿A quién voy a contagiar con la boca llena de cerveza aunque no lleve mascarilla? ¿Puedo beber y contagiar al mismo tiempo? ¿Con cuántos sofistas entrenados durante meses de confinamiento puede discutir al mismo tiempo un camarero aterrorizado? ¿Se nos entenderá bien con la mascarilla? ¿Tendremos que quitárnosla para que queden las cosas claras? Dejad de confundirnos. El virus nunca trabajará a nuestro favor. Sería mejor que os limitarais a poner aspersores de cerveza en los parques, o vaporizadores, y que acabáramos ya con este estúpido juego de premios y castigos. Te queremos, Gran Estado. Necesitamos nuestro Soma. Aldous Orwell, te hemos leído y sabemos lo que va a pasar. Denunciaremos a quien haga falta. La guerra es la paz. La Fase 1 es más bonita que la Fase 0 para desescalar. El Neolenguaje es chachi. "Sueño que me desconfino". Que lo cante Juan Luis Guerra. Mataremos a quien impida que pasemos de fase. Dadnos nuestra cerveza. Que abra el Corte Inglés. Nunca me fié de Kilroy.

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(20: 25 p:m: Mierda de aplausos, pobres, tristes, de final. Ni siquiera ha aparecido "Vamos". Lo grité yo, pero el eco de silbido entusiasta abajo, invisible, por la fuerza quizá procedente de alguien joven, tampoco apareció. Creo que esto de aplaudir a las ocho está tocado de muerte... Aguantaremos lo que podamos)

domingo, 17 de mayo de 2020

DOS MESES Y MEDIO SIN PASAR POR LA PUERTA DEL SOL Y LAS GANAS DE JUGAR






DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (65º DÍA DE CURENTENA)


El periodo de incubación del virus parece que es de 12-14 días. Pongamos que son doce días exactos: es exactamente mi vida, yo elijo sus números. ¿Y qué estaba haciendo exactamente hace doce días? ¿Alguien lleva un diario? Era el 5 de mayo, bodegón de bogavante. Vísperas de que se aprobara otro nuevo estado de alarma, prórroga del anterior, y con todos los tarados fascistas amenazando con oponerse en el congreso. Inquietud, mala leche, borboteos de rabia... Pero no anoté lo que comí, lo que bebí, lo que salí a la compra o lo que no salí. En definitiva, no sé qué cojones exactos hice con mi vida. Pero de lo que hice exactamente ese día -perdonad la "exactitud" recurrente- dependerá que hoy, tal vez a las 13:43 exactas, note un dolorcito en la garganta, una presión en los pulmones, una inexcusable pulsión de ir al excusado, y en tres días esté muerto por fumador perenne y atleta remoto, un cadáver solitario en alguna nevera del Estado de Bienestar. A eso me refiero. A que hoy somos la luz de lo que hicimos hace doce días. Hoy estamos reflejando la luz o la negrura de un roce, una uña mordida, un picorcillo de ojos que te rascaste sin darte cuenta y un nudillo de meñique que no frotaste con el jabón necesario hace doce días. En ese momento exacto, insisto, ya diste la luz de estrella muerta con la que te están viendo y oyendo (eres un púlsar de mierda, además)  todos los que piensan que estás vivo y presente. Actual. Contemporáneo. Animado. Y estás muerto.

Un ejemplo sencillo:
-¿Te acuerdas que te dije que me había encontrado a Diego sin mascarilla en la calle cuando volvía del banco?
-Sí.
-Como hace diez, doce días...
-No sé.
-Bueno... ¿Y también que te dije que seguía trabajando en el invernadero del Ayuntamiento?
-Sí.
-¿Con las plantas que más le gustaban?
-No... ¿Qué plantas?
-Sí. Me habló de que menos mal que ya no lo controlaba el encargado y que se entretenía mucho dentro con los potos, los bambúes y los ficus...
-¿Y...?
-Me  mató cuando dijo la palabra "ficus".
-¿Eh?
-"Ficus". Fricativa, oclusiva, saliva, gotita de. Fricativa más oclusiva igual a gotita de saliva. La dijo sin mascarilla. Hace doce días exactos. "Ficus".

Cada uno tendrá su "ficus" o su sospecha de "ficus", y todos tenemos a diario el fantasma de un "ficus" de hace doce días.

A cambio de esta exacta paranoia que comparto, también comparto los langostinos de arriba. Son de hace nueve años y parecen recién cocidos, ¿verdad? Estrellas muertas.

Feliz domingo, fricativos todos.

Cabrones.

sábado, 16 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (64º DÍA DE CUARENTENA)


Aparte de mis acampadas con los niños del albergue, felizmente aislado del mundo la mayor parte de muchos veranos y ya han pasado años, lo más parecido a una cuarentena que he vivido creo que fueron mis paperas de pequeño. Recuerdo haberme tirado días y tardes enteras de rodillas dibujando caras de señores con chistera sobre una silla de asiento circular en el cuarto que compartía con mi hermana. Supongo que sería la fiebre, pero no recuerdo ni la fiebre ni otra cosa, salvo que me venían a ver de lejos y que no me tocaban ni con un palo. Eso y la obsesión por aquellos señores con chistera sin parar en mis hojas pautadas de libreta. ¿De ahí me viene mi aversión por los banqueros? Puede ser. Y que quedé inmunizado contra ellos, por supuesto.

El Marqués de Salamanca fue un banquero.

El tiempo que estuvimos trabajando en el documental de Manolo Tena frecuenté parte del Barrio de Salamanca y aquí sí que puedo decir que fue por exigencias del guión. A pesar de haberlo hecho sobre todo en una calle que orillaba al Parque del Retiro, con lo mucho que purifica y asilvestra esa cercanía, juro que por allí hasta las asistentas que bajaban al perro con el pico de la falda blanca asomándoles por debajo del anorak y los conserjes de mono azul de mantenimiento de los edificios "señoriales" cuando salían a echarse un pito, se comportaban con un aire y con un meñique cursi en los andares y estares que no he conocido en ningún otro barrio de Madrid, los Austrias incluidos. Algo untuoso y suficiente se les pegaba en la piel a las "personas normales" que trabajaban para ese Barrio-Urbanización de herederos millonarios venidos a menos, aristócratas rancios y banqueros con el monóculo en el culo de ahorrar incluso lo que cagaban. Ni en los bares con apariencia estándar se libraban de la pose, no digo ya de los precios hinchados. Y los comercios, de verdadero pasmo... Zapaterías a quinientos euros el zapato solo, joyerías de perder el reloj propio si entrabas, fruterías de ir a adoptar un kiwi, peleterías redundantes de zorras para zorras, tiendas exclusivas de muebles exclusivos para gilipollas y galerías de arte de pagar la pastizara por la mierda con monóculo de antes, ahora firmada y en el escaparate. Manolo es que vivía en Ramón de la Cruz y su hermano tenía la productora en la calle que dije antes, así que pocas maneras había de escapar de allí como no nos fuéramos todos de excursión a Benquerencia de la Serena, Badajoz, cosa que hicimos a la que tuvimos la mínima oportunidad... Las caras de señores con chistera de mis paperas de pequeño como las máscaras de chinos mofletudos que sacaba Terry Gilliam en "Brazil", los Barrios de Salamanca de cada uno.

Iba a lamentarme por la muerte hoy de Julio Anguita, pero creo que ya lo he hecho de algún modo. Le había cogido cariño a ese hombre. Siempre representó el idealismo de la izquierda para mi. Su punto quijotesco. De acuerdo, de vez en cuando era como era, pero todo lo que tenía de orgulloso y enfático lo tenía también de honesto y lúcido. Cuando se ponía de mármol para que lo citara la historia tenía su punto de pedantería, sí, pero ese mármol también amedrentaba a los fachas, que sabían que en cualquier momento podía lanzarse de cabeza contra ellos. Era bravo y también le tenía alergia a los señores con chistera, los profesionales de la política, del capital y de la corrupción, tantas veces de la mano. Descanse en paz El Califa. ¿Podrán reunirse más de diez personas en su funeral en Córdoba? ¿Habrá misa? Los rojos podemos equivocarnos en nuestras convicciones lo mismo que los beatos de derechas, pero reconoced que, después de muertos, si el rojo se ha equivocado, el cielo sólo puede ser una sorpresa agradable; y si toca lo otro, para un rojo el infierno es una pista americana más. Los que sí arriesgan de la hostia son los beatos de derechas, porque el cielo al que aspiran sólo puede ser de pago y no por méritos de bondad, que han sido y suelen ser malos malvados malignos de por vida, por eso invierten tanto en curanderos con sotana y charlatanes de púrpura que cobran por enseñarles el piso piloto en tonos celestitos. Pensad que si los fachas tienen razón con su Más Allá encima van al puto infierno. Y ellos sí que no están entrenados después de tanto conserje y de tanta asistenta...

Parte de los aplausos de hoy irán por Anguita. Murió un político íntegro. Todos los demás deberían agachar la cabeza en señal de respeto y vergüenza. No lo harán. Incluso los hijos de puta de los fachas se descolgarán con algún elogio. Como diría Pérez Reverte, lanzadas a moro muerto. Viva Córdoba. Unas bravas para todos, Rosa (Aguilar). Busque usted La Internacional en spotify.

UN SELFIE PARA LOS MANIFESTANTES DE NUÑEZ DE BALBOA...



Nuestro abuelo salió a correr por vuestra zona y nos mandó esto... Sus nietos estamos por ahora en casa respetando la ley y cuidando la salud de todos, pero ya saldremos, ya...

HOY MÁS QUE NUNCA...


Vas a pinchar un enlace, se recoloca hacia abajo la pantalla de improviso y el puntero del ratón marra en un icono del paisaje como cuando al tirador le mueven el codo por accidente. Y se abre el banner con el anuncio de una universidad con fotos de felices alumnos... Antiguos alumnos... Alumnos muertos. Por los tonos vintage, los degradados celestiales y los sepias, felices antiguos alumnos muertos. Si esa es la primera impresión, la cagaron los publicistas. Pero luego aparece el rótulo con el destacado "ve más allá" y todo encaja perfectamente: los publicistas la cagaron y el anuncio es espantoso. Casi un: "Ve hacia la luz, Caroline". Y tú vas a estudiar en el Más Allá, ahora que no puedes salir de casa... Tras las risas y el catch para subirlo al blog, recordé la valla publicitaria gigante que tuvo que retirar Iberia del cementerio de Chacarita en Buenos Aires y que veían todos los pasajeros cuando su avión descendía para la maniobra de aterrizaje: "Con Iberia ya habrías llegado".

viernes, 15 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (63º DÍA DE CUARENTENA)


Todos los periódicos abren con fotografías de las manifestaciones de ayer en el Barrio de Salamanca. No son cuatro, pero tampoco cuatrocientos. Los suficientes como para no estar todos paseando en tan poco espacio, así que sí, se están manifestando contra el Estado de Alarma incumpliendo no ya el mismo Estado de Alarma, sino las órdenes de las autoridades sanitarias. Sí, las mismas que nos recomiendan no fumar y que luego también se benefician de nuestros impuestos, pero a lo gordo: si te contagias la culpa es tuya, te has saltado la ley y tendremos que arriesgar vidas para salvar tu puta vida de egoísta en un hospital que acabáis de colapsar tú y los que son igual que tú de mierdas... Más o menos.

Así que quiero tomarme esta actitud de los millonarios desde un punto de vista positivo. Mis queridas marquesonas y mis queridos parásitos rentistas de Loden han salido a la calle libérrimamente porque quieren morir como los sanitarios, en solidaridad. También quieren ser delincuentes por un ratito como lo son siempre a sus ojos los comunistas que piden pan y trabajo para los pobres. Y, por supuesto, ellos quieren luchar contra la Dictadura del rojo de Pedro Sánchez como los adolescentes cuando se rebelan contra sus padres, y los de estos sí que fueron efectivamente Dictadores de los de fusilar, no de los de mandar una separación física de dos metros entre unos y otros, por favor...

Aunque parece que el que estaba haciendo su propia cacerolada golpeando con un palo de golf en una señal de tráfico no fue tan así, qué lástima, y el palo de golf era una escoba. La imagen era magnífica. Como ver a Luis XVI con su pelucón y su bastón de ballet dirigiendo una partida de verdiales... Un palo de golf para protestar contra su derecho vulnerado a comprar cuando le dé la gana en la tienda que tiene Cartier en la calle Serrano... Pero está casi comprobado que era una escoba, cachis la mar. La arrancaría de las manos yertas de otro conserje-almirante de inmueble caído por la Libertad de las Fortunas.

Pero si después de todo y después de toda la cuarentena pasada, acabo contagiándome con un coronavirus salido expresamente de las puercas fauces de una de estas alimañas fascistas del Barrio de Salamanca, sigo mirándolo positivamente, prometo curarme en breve, coger un taxi lo primero, arremangarme bien, y no parar de dar hostias a todo el que me encuentre desde la calle Nuñez de Balboa hasta el último bolardo del final de Ortega y Gasset... Ya conocen el itinerario. Están avisados. Positivamente.

 Y ahora vamos a lo malo: nunca celebramos castizamente San Isidro, pero hoy cómo apetecen unas tontas y unas locas y una copita de aguardiente en la Pradera de San Antonio, me cago en el misterio. Tanto más cuanto que nos vuelven a echar para atrás en lo de pasar la Fase 0 y no salimos de cajones. Diréis que no tiene toda la culpa la perturbada perversa de Isabel Ayuso, pero algo le toca en la gestión genocida de las Residencias de Mayores, algo le toca en todo el legado de recortes que perpetraron los suyos (y que defiende la tarada como si deconstruir El Escorial fuera una hazaña gloriosa) y algo le toca en la manera enfermiza, ególatra, desquiciada y niñata con que ha llevado la pandemia desde el principio contra el gobierno, contra los sanitarios y contra todos los madrileños. De no dar crédito...

Pienso en su corrupción de apartamentos de lujo y pienso acto seguido en las pizzas a granel con que están malcomiendo los niños pobres de Madrid... Y no, no es que crea que tiene la culpa la peligrosa inútil con ínfulas de Isabel Díaz Ayuso, es que hay que parar un coche Z de la policía nacional inmediatamente y denunciarla por Delitos de Lesa Humanidad.

Esa mujer no está de mi parte en la lucha contra el coronavirus. Esa mujer es el virus por muchas banderas que se ponga detrás para salir en la foto mientras está pensando en la manera en que Aznar, Esperanza Aguirre o Casado la van a premiar con su próxima galleta para perras.

Relato de ficción, señor fiscal, incluso en un diario, como si pudiera quedar alguna duda de que lo que estoy escribiendo no es más que una opinión personal objetiva e irrefutable acerca de la condición abyecta y canalla de una pija no elegida por la mayoría de los madrileños y que, sin embargo, puede regir nuestros destinos a su antojo de descerebrada de derechas, sin educación ni empatía para con la gente corriente que no puede beneficiarla ni en su bolsillo de codiciosa rapaz liberal del Manual de la Señorita Pepys ni en su autoestima enfermiza de pija pobre con complejo de inferioridad, juro que jamás volveré a contar mi dinero en un Starbucks...

Esto es San Isidro, que me ha cogido de medium hostia, y me tiene verbalizando.

San Isidro Labrador, pájaro de mal agüero, no le pegues más al niño que ya ha aparecido el peine.

Los aplausos de ayer bien, tirando a muy bien, sorprendentemente. Nos juntamos dos "Vamos" fuertes y el chaval del silbido entusiasta de abajo acompañó a los dos, sorprendido también, imagino. A ver si van a ser los fachas de Nuñez de Balboa que han empezado a contagiar... entusiasmo renovado. No hay nada cómo escuchar los pedos del enemigo para saber hacia donde apuntar tu sorna.

Como algunos perros labradores, San Isidro Labrador es un santo muy mariñeiro, de ahí las almejas de Santa María de la Cabeza de arriba.

Feliz día.

14 DÍAS DE CUARENTENA PARA SAN ISIDRO A SU LLEGADA AL AEROPUERTO


LA REBELIÓN DE LOS PIJOS (Por Joaquín Bosch)



Ser rico debe ser muy duro para la supervivencia. Y más cuando se reside en el barrio de Salamanca de Madrid, con un precio medio por vivienda de un millón de euros y unos niveles de renta que se encuentran entre los más elevados del país. ¿De qué sirve tener un montón de dinero si no puedes salir a gastarlo? ¿Cómo se atreven a decretar un estado de alarma que impide ir a exhibirse al club de campo? ¿Acaso la libertad de los elegidos no consiste en poder ignorar a las autoridades sanitarias? La protesta de la calle Núñez de Balboa está llena de contrastes y de historia.
Durante la guerra los aviones franquistas arrasaron buena parte de los distritos de Madrid, pero recibieron órdenes expresas de no bombardear el barrio de Salamanca. Así, los acaudalados que habían respaldado y financiado el golpe militar pudieron regresar a sus inmuebles intactos, mientras el resto de la ciudad tuvo que afrontar una muy ardua reconstrucción. También en los bombardeos se pueden manifestar diferencias de clase social.
Ese apoyo de los más ricos al dictador fue generosamente recompensado con todo tipo de prebendas, adjudicaciones, concesiones y chanchullos, en el marco de la corrupción estructural del régimen. Era prácticamente imposible consolidar una fortuna sin el beneplácito de los gobernantes. Tras la muerte de Franco, la Transición implicó una apertura en lo político, que posibilitó la entrada en las instituciones de partidos democráticos. En cambio, la continuidad de las élites económicas fue absoluta, más allá de permitir algunas incorporaciones interesadas para mantener su influencia, a través del mecanismo de las puertas giratorias.
Igual que el barrio de Salamanca no podía ser bombardeado, tampoco podían ser cuestionadas las prerrogativas de nuestras élites económicas. Ni en la dictadura, ni con posterioridad. Por eso se mantuvo esencialmente una estructura tributaria que en la práctica supone que las grandes empresas y las grandes fortunas del país apenas paguen impuestos, a diferencia de sus equivalentes en los principales países europeos. Como ya anticipara Antonio Machado, la mentalidad del señorito en España está vinculada a considerar que la patria son sus intereses y no el bienestar de todas las personas.
El egoísmo de clase, la falta de liderazgo moral y la ausencia de empatía hacia los distintos sectores sociales se ha evidenciado sobre todo en situaciones difíciles. Lo pudimos observar durante la última crisis económica, cuando se incrementaron las mayores fortunas del país, aumentaron enormemente las desigualdades sociales y surgieron amplias bolsas de pobreza extrema. Ahora mismo nos encontramos de nuevo en un momento muy delicado, ante el impacto económico de esta pandemia. Habremos de decidir cómo repartimos las cargas, sacrificios y privaciones. Y el gran misterio estriba en si alguien se atreverá por fin a poner el cascabel al gato de nuestras minorías más acomodadas.
Ese es el contexto de las protestas del barrio de Salamanca. Hay demasiadas ventajas que conservar. Desde mi respeto al derecho de manifestación, incluso en estado de alarma (si se adoptan las medidas de protección adecuadas), no puede sorprender que gran parte de la sociedad haya percibido algo más que una mera revuelta callejera. No puede sorprender que haya percibido insolidaridad, clasismo, prepotencia, frivolidad irresponsable, carencia de valores comunitarios, soberbia de casta intocable o desprecio por las normas sanitarias. No puede sorprender que haya percibido ese sentimiento arrogante de quienes se creen por encima de las leyes y del sentido común. Es demasiado impactante la comparación con el valeroso esfuerzo de nuestro personal sanitario para salvar vidas y de tantas otras personas que se están dejando la piel en sus actividades laborales.
Nos lo podemos tomar con humor. Esas algaradas presentan aspectos absurdos, ridículos o surrealistas. Pero nos equivocaremos si no captamos su profundo significado simbólico: la calle Núñez de Balboa es solo la avanzadilla y pronto presenciaremos un despliegue infinitamente superior. Está en juego si nuestras élites económicas amarran o no sus privilegios. El conflicto puede ser muy intenso, porque la experiencia les ha enseñado que la mejor defensa es un buen ataque. Y el áspero debate colectivo que se avecina no será ninguna diversión.
Al empezar una actuación memorable, John Lennon dijo con sorna que quienes ocupaban los asientos más baratos podían aplaudir y los que estaban en los palcos podían hacer sonar sus joyas. En el barrio de Salamanca han seguido ese espíritu y han irrumpido en la vía pública con la cubertería de plata, los palos de golf y el atuendo pijo algo desfasado. Exigen libertad para ir a comprar a sus tiendas selectas. Es una regla humana que nadie renuncia a sus privilegios sin oponer resistencia.

Gracias, Don Joaquín, gracias, eldiario.es

jueves, 14 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (62º DÍA DE CUARENTENA)



Es el único chiste que he escuchado de viva voz en todo este tiempo de cuarentena y me lo contó Jose, el carnicero de la calle Argumosa, cuando les fui a comprar hace ya unos días:

JOSE
Con esto de la pandemia, ¿sabes cómo van a ser todos los niños que salgan dentro de nueve meses?

YO
Ni idea.

JOSE
¡Legítimos! ¡Todos legítimos!

También nos hemos cruzado esta mañana en la puerta del "Ahorramás" con el vecino del "Vamos". Mucho más alto y más fuerte en la calle que en su balcón. Increíble. Y no, no le dijimos nada. Tampoco sé si nos reconoció a nosotros, la parejita de las palmas desacompasadas por tanguillos, los del repique entre moribundos, ella monísima y él una gárgola con gafas... Los mismos que sacaron una bandera republicana con macetas el día de la República...

A propósito de la República, en el Barrio de Salamanca se están saltando las normas del confinamiento de puro fachas con banderas abajo en la calle. Protestan a cientos contra el gobierno. Es el tercer día en que lo hacen, parece. Y sólo algunas detenciones. No dos docenas de camiones y todos para dentro, falangistas, marquesas, banqueros y curas de paisano...

Lo raro es que estos imbéciles supieran donde tenían las cacerolas para hacerlas sonar. Me inquieta. Se lo preguntarían al servicio, supongo.

Tampoco han detenido al Arzobispo Cañizares en Valencia por congregar a multitud de fieles, olé mis huevos de Kinder sorpresa y olé mi capa roja de treinta metros como para que me pisoteen todos los fans de Leonardo di Caprio buscando un autógrafo en estampida... Sería bonito de ver al retaco soberbio sobrepasado por las circunstancias. ¿Cómo lo llamé en una entrada? Por su gusto por los textiles y en honor a una tienda mítica que había por la calle Atocha: "Bobo y Pequeño".

A ver cómo se da el aplauso de hoy. Creo que ya hay una decisión más o menos unánime para ponerle un "bonito broche final" este domingo. Ojalá. Los fachas ya están metiendo sus narices hediondas y este gesto de los buenos no lo merece.

miércoles, 13 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (61º DÍA DE CUARENTENA)


¿De verdad nos dábamos tantos abrazos antes? Yo sí. Pero por correo electrónico. Y los sigo dando. Tampoco ha cambiado mucho mi percepción peyorativa de las terrazas. Si voy a ser la presa que corretea por la acera, las trampas están demasiado a la vista para que no hieran mi orgullo de mamífero veloz y astuto. Si soy el camarero cazador, me faltan maceteros para emboscarme... Un abrazo por correo electrónico es lo mismo que un aperitivo sentado, que no hay depredación verdadera con tanto formulismo, como cuando te ponen un cubata con posavasos, que lo joden... Por eso mis abrazos de Yahoo van todos con mucho énfasis en las faltas de ortografía. Por eso una mesa estándar de terraza no funciona gramaticalmente en la novela de un hedonista. De acuerdo, hay gente que caza sentada, incluso con un sirviente que le aporta la munición, pero eso no es cazar. Eso no es beber. Tampoco es ponerle puertas al campo, pero plastificar borracheras se le parece.

Eso en las terrazas, que no me convencieron nunca. Yo soy más de barra, de pie, de rincón si es posible, en gran angular, con toda la gente reflejándose en mi copa de balón, si fuera el caso, como en un espejo de parking. A velocidad de crucero, en una hora he podido cruzarme con un avión desahucio, una oferta en el Lidl, un sablazo, dos chistes y una falsa muerte, aparte del trantrán de turbulencias con saludos, toque de antenas, gruñidos de complicidad, de advertencia, invitaciones, contrainvitaciones, desplantes, cariños, tapas a toriles o tapas con vuelta al ruedo y brindis a la presidencia. Esos disparos no se escuchan en una terraza ni tampoco se vienen los elefantes a beber tan panchos a tu lado.

No sé en qué fase puede un ser humano entrar por fin dentro de los locales pensados para seres humanos que beben, pero va a tardar más de lo debido, seguro, con perdón de los sanitarios que ahora no quieren que nos juntemos muchos a tal efecto y que, de principio, y en general, nunca han sido demasiado partidarios de que bebamos otra cosa que no sea agua, mucha, la suficiente al día como para ahogar a un gato mediano. Con todo, el Lobby Aquelarre parece que ha conseguido que se puedan sacar las barras portátiles fuera, incluso la música, y que sea verbena todo el año. Y me da qué pensar... Seguro que hay bases científicas sólidas para deducir que el coronavirus se comporta como un ratón de biblioteca y que no sabe hacer nada al aire libre, pero yo he visto músicas y bebidas más allá de Orión que no creeríais: mezclas que han sido capaces de mutar a un estudiante manchego de agrónomos en surfista californiano, mezclas que bien podrían despertar el travesti y el sentido del ritmo que lleva dentro ese tímido ratón de biblioteca que a estas alturas y con tanta foto se le debería ver venir hasta por los andares de los asintomáticos, y todavía no.

Las pandemias son una oportunidad de negocio para cualquier letrista de heavy metal. Con las barras en la calle también las vecinas del visillo van a escribir canciones preciosas con estas romerías por prescripción facultativa en mitad de la acera. A Chaves Nogales le gustaría ejercer de moderador publicitario en esta nueva guerra civil entre Los Borrachos de toda la vida y Los Nuevos Abstemios... "Después de las Fiestas de la Pandemia, Brazatortas de Abajo sigue bebiendo a muerte como siempre, pero Brazatortas de Arriba ha probado hoy el Nuevo Hidrogel Alcohólico en Spray... ¿Qué tal con el Nuevo Hidrogel Alcohólico en Spray, señora?"

-Nos ha quedado mucha cacharrina de anticuerpos, pero con dos chifarrazos -¿ve usted?- se queda todo sulfatado que da gloria el olor que deja...   

Mientras tanto, en Brazatortas de Abajo...

-¡Caballero! ¿Cree usted que les dará tiempo a recoger a todos sus compañeros del suelo antes de que llegue la policía?

-¡Ven aquí, que te voy a contestar!

-No puedo acercarme más, caballero. Es la distancia de segu...

-¡Que vengas te digo!

Pobre Chaves Nogales.

El combinado de arriba, filete, huevo y patatas, viene por el chiste de barra:

-¿Lo de siempre, Antoñín?
-No. Hoy no quiero beber nada. Ponme algo de comer...
-¿Tú, comiendo? Bueno, bueno, bueno... ¿Y qué quieres comer?
-No sé... ¡Lo que tengas!
-¿De menú, un bocadillo, un combinado...?
-¡¡¡Vale, joder, ponte un cubata!!! ¡Siempre me acabas liando!

martes, 12 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (60º DÍA DE CUARENTENA)


Nublado panza de burro en Madrid. Unos gorriones en Fase 0 se ponen a retarle a un mirlo en Fase Fa Mayor sobre unos cables. Dos tipos de despertadores que rara vez se pondrán acordes. Hoy tengo bajo el filtro de los juegos de palabras. No sé si estarán abiertos esos talleres. Las ópticas todavía no. Yo sólo tengo una patilla de las gafas renga, con poliomelitis sobrevenida, pero al que se le rompan los cristales estos días, el coronavirus le va a cambiar aún más su visión del mundo. Me las he apañado con una goma elástica de libreta fijada a ambos lados con alambritos en torniquete. Salgo poco. La patilla accidentada vuelve a su ser por la tensión, los cristales se me pegan a los ojos, y hay mañanas que me zambullo literalmente en la lectura, me hago dos largos por las columnas de El País y eldiario.es, y luego me sacudo el agua ante el ordenador como un mastín de los Pirineos de nombre Speedo. El nadador de crónicas. Estoy hecho un Burt Lancaster.

La policía ha tenido que interrumpir 400 fiestas privadas este fin de semana solo en Madrid. Espero que en diferentes casas. También han intervenido en muchos botellones... Esto me inquieta mucho más. Cuando no hay nadie absolutamente por la calle que no vaya cada uno a sus cosas, cuando no hay absolutamente nadie en plazas, avenidas y glorietas que parezca conocerse entre sí más que algún conciliábulo furtivo de tres amigos en triángulo equilátero mosca, quedas tú con dos docenas de coleguitas y os emborracháis en secreto bebiendo, bailando y cantando a berridos viejas coplas de camaradería en alguna placita rodeada de viviendas pero sin vecinos con ojos y orejas cerca... El ejército invisible de los gilipollas conspira a diario para conquistar el mundo. ¿Cómo interceptar sus sofisticados planes? ¿Cómo enfrentarse a su poderoso servicio de inteligencia, mete las cuatro botellas de Larios en la bolsa de la farmacia, corre?

Ayer estuvieron todo el día en la tele y en la radio dando la brasa con las terrazas de Sevilla como si hubieran descubierto unas nuevas en Machu Picchu... Geniales, maravillosas las terrazas de Sevilla, doy fe, pero fue demasiado claqué para los que tenemos todavía el suelo acorchado. Hablo por Madrid, aunque imagino la misma pelusa por Málaga... Que si la primera cañita, el primer aperitivo, el primer brindis en la calle al sol de las tapas... Con todo, no fue tanta la fiesta que cabría esperarse... Con todo, el foco sobre Sevilla estaba justificado por ser la ciudad más grande en Fase 1... Lo más triste fue leer entre líneas ese claqué. Había miedo. Los bailarines estaban asustados. Los tiros de las cámaras hicieron la función de los bravucones que disparan a los pies de los pobres diablos en las pelis del Oeste (otra vez) para que bailen... ¿Habéis abierto las terrazas? Bailad, malditos. Los titulares también daban penita: "Sevilla arranca la Fase 1 con mucha prudencia". Y los Piratas de Mompracem inician con ilusión su nueva colección de sellos... A ver cómo recuperas tu prestigio después de eso. Puede que ocurra algo parecido en Madrid. Pero puede que nos salven los gilipollas, mira. Alguna asociación inesperada entre un nuevo gilipollas y un viejo randa. Por si hay que juntarse para meterle fuego a una ración de chorizos al infierno con el disco ardiendo de los grandes éxitos de balcón del Dúo Dinámico. En un 50 % de mesa de terraza, por supuesto.

Habrá quien esté aprendiendo silbo gomero a toda prisa para ir bien pertrechado idiomáticamente a una terraza de la isla homónima, pero es tarea redundante donde las haya. El silbo gomero lleva siendo el esperanto de las terrazas de bar desde tiempos inmemoriales. Otra cosa es que se quiera aprender el silbo gomero académico, que ahí ya no me meto. Allá cada uno si quiere pedir "patatas" arrugadas en lugar de las papas arrugadas de toda la vida, el camarero va a venir lo mismo aunque le silbes tartamudo o cualquier inconveniencia. Y otra cosa, cuando llegue el hombre, se le pregunta por su nombre amablemente y se le piden las cosas por favor, que es el otro esperanto de las terrazas en España.

No sé si a otros países les pasa lo mismo que al nuestro en estos momentos, pero si hiciéramos el resumen hasta ahora de nuestras líneas direccionales de actuación conjunta contra el "Corona Virus Diciembre 19" y de las "ideas fuerza" de nuestra épica lucha contra la pandemia serían: "Papel Higiénico", "Levadura", "Gloria Gaynor", "Báscula", "Peluquerías" y "Terrazas"... Monta tú un proyecto de futuro como nación con esos mimbres... Pídele tú al Ejército que defienda nuestras fronteras hasta el último hombre, bien alta y orgullosa la bandera que nos une con lo que decía antes... At first I was afraid, I was petrified...

La Comunidad de Madrid vende Virgen de Bartolomé Murillo en buen estado. Mejor de la parte de Bartolomé que de la de Murillo. Y la parte de Bartolomé podría quedarse en Bartolo con un agujero solo si se le mira la firma de cerca. Está un poco deteriorada de por sí (otros dicen que perturbada) y por el mal, ay, uso del aspa como rúbrica válida. Precio negociable, claro está. ¿Sabían que Murillo se mató cayéndose de un andamio? Pues algo parecido ocurre con nuestra presidenta. Todo Madrid lleno de palos de sombrajo y caídas de bombero. Urge.

Si hoy entrara el Ejército Rojo en Madrid y los líderes nazis no vieran otra posibilidad (benditos sean) que suicidarse en sus búnkeres, encontraríamos dos cadáveres adultos, pero imberbes y cogiditos de la mano, en una tienda superguay de Imaginarium: el alcalde y la presidenta de la comunidad muertos con sendos tiros de regaliz fascista en las sienes.

¿Cómo mezclas las jugueterías con la política? Arriba hay un chuletón de verdad en una bandeja de corchopán. La fusión de Kiko Veneno y los hermanos Amador es el principio de todo. Así como el cajón flamenco que puso de moda Paco de Lucía venía de Perú, y volvemos a Machu Picchu.


20:05 p:m:

Pinta mal la cosa para seguir aplaudiendo.
Acudimos al balcón los incondicionales, cada vez menos, y hoy he sido yo el que ha gritado.
El vecino estaba en su puesto del ""¡Vamos!", sí, resguardándose de la lluvia y asomando el cuerpo sólo un poquito, pero aplaudía tan triste que hubo que salir al quite.
No pude remediarlo y grité su parte del guión.
Ni se animó ni creo que le sorprendiera.
Me saludó torpemente con la mano y se metió dentro.
60º día de cuarentena.
Dos meses.
Pinta mal la cosa.

lunes, 11 de mayo de 2020

POR FIN, LAS ETAPAS FINALES DE LA PANDEMIA...


DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (59º DÍA DE CUARENTENA)



Hoy es el día Nacional de las Dos Españas Enfermas. Como con los dos astrónomos, la España que tiene un poquito más de tacón y la España del zapato bajo. La de la Fase 1 de Tacón mirando por encima del hombro a la de la Fase 0 de Zapato Bajo, por un muerto o una cama de más o de menos, como en las películas del Oeste. Y los violentos ganaderos hosteleros contratando Lobbys como manojillos de pistoleros para que amedrenten a los humildes granjeros del Comité de Expertos y que recalifiquen a mejor sus terrenos a punta de pistola pero ya, de Rancho Premium para arriba, Terraza's Luxury here...

Me gusta imaginar esta mañana las terrazas de Cádiz o de Huelva asomando sus primeras sombrillas sin abrir, el peso del lastre sonando en la acera hasta colocarlas como agujas de tocadiscos entre las mesas y las sillas en montonera todavía... Las calles comienzan a girar debajo a 45 revoluciones con los primeros desayunos intrépidos y regresa a la vida la sinfonía de olores de los churros, de las tostadas, del café y del orujo, mientras los parroquianos salen despacio de sus casas, pálidos y temblorosos, pero felices, como en una película italiana en blanco y negro... Hasta que llega el tocotó del helicóptero de la policía y su megáfono: "¡El del orujo! ¡Usted! ¡Sí, el del orujo! ¡Están prohibidas todas las bebidas alcohólicas antes de las diez de la mañana, caballero!"

-¡¡Me lo he pedido antes solo para mirarlo!! ¡Me lo tomo pasadas las diez, lo juro...!

En Almonte, en Isla Antilla, en El Puerto de Santa María, en la misma Tacita de Plata... El olor a Fase 1. El olor a once de mayo... Si se da bien el "desescalamiento" a la postre, buena marca para un perfume o un ambientador: "11 de Mayo", el Olor de la Esperanza... "11 de Mayo", el Olor de los Principios... Si se da mal el "desescalamiento" a la postre, buena marca para un matarratas o una lejía: "11 de Mayo", manténgase alejado de los niños... "11 de Mayo", no usar sin mascarilla protectora...

El experimento sociológico-sanitario es tan televisable que nos vamos a hartar de ver y escuchar a gente entrevistada en terrazas y funerales y al mismo nivel de contento:

-¿Qué tal esas coquinas Fase 1, caballero?
-¡Gloria bendita! ¡Cómo las echaba de menos!

-¿Qué tal esa misa de funeral Fase 1, señora?
-¡Gloria bendita! ¡Cómo las echaba de menos!

En la Fase 2, como todas las promesas de la publicidad, supongo que las coquinas ya vienen con música y los curas de cementerio con monaguillas patinadoras en minifalda.

Ojo, ni se os ocurra pintar en un mapa de España las provincias Fase 1 en azul y las provincias Fase 0 en rojo, que os sale inmediatamente Queipo de Llano en la radio y no es plan.

Y otra cosa... ¿Quiénes son esos cortoplacistas que tienen su segunda residencia en la misma provincia? ¿No tienen más mundo? ¿No saben ver más allá de sus narices? Se morirán en Rivas y esparcirán sus cenizas en Vacia Madrid, como su propio nombre indica.

Lo decía el señor Burns, de Los Simpson: "Gastaría todo lo que tengo en tener un poco más". De Fuengirola a Los Boliches, ojo, Fase 0 los dos.

¡Ah, cómo me gusta el olor a Fase 1 por las mañanas! ¡Huele a... Tu madre borracha!

Y el souvenir de hoy, por supuesto:

"ESTUVE EN LA FASE 1 Y ME ACORDÉ DE TI"

domingo, 10 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (58º DÍA DE CUARENTENA)


Hoy he empleado conchas finas en un guión que ya he mandado por correo electrónico. De casualidad las tenía pintadas de hace tiempo y ahí están, arriba. Creo que ha sido mi único contacto real con el exterior desde que vi a Don Claudio Moyano orinando hacia la Glorieta de Carlos V... Las conchas finas, con su poquito de limón y pimienta... Eso fue lo que me dijeron, al menos... Las probé una vez... Y no valgo para malagueño puro. Me costó un esfuerzo patriótico comérmela entera. Estéticamente, sí, malagueño, malagueño... Pero lo que es practicar a fondo con cosas cruditas en la boca tal que la muy típica y característica Concha Fina, como que no... Los boquerones en vinagre y poco más, a lo mejor una banderilla de Barbate de atún y queso en aceite... Crudo gaditano, en todo caso... Te dan el teórico de malagueño cuando naces, pero las prácticas de la autoescuela las suspendes tú por tu cuenta, incluso las cosas africanas de Picasso o sus gallumbos...

Qué capacidad de camuflaje tienen los domingos cuando pasan por tu espalda como quien le echa un vistazo discreto a lo que estás dibujando o escribiendo. Juraría que ha sido un viernes el que ha pasado. ¿No ha sido un sábado? Ha sido un domingo de primavera disfrazado de tarde de lunes triste de otoño, Ha visto lo que estás haciendo y se ha puesto más triste todavía. ¿Un diario? ¿Un diario de qué? ¿De lo que no vives? Menudo trampantojo de matojo entre matojos en un paisaje de matojos de fondo.

Y que no para de salir el coronavirus en todas partes, oye...

Avisadnos cuando vayamos a pasar de fase.

A estas alturas ya no tengo diez amigos con los que juntarme en ninguna parte y habrá que hacerlos nuevos.

A estas bajuras, creo que antes tampoco los tenía y que ya lo había contado.

Ahora está todo el mundo contando, pero numéricamente. Las empresas, los comités, los enterradores, los expertos, los de la parrilla de salida a la Fase 1 de mañana, que cuentan los segundos...

La única relación poética entre contar de una manera y otra manera es la que se dice de los pianistas, que son los únicos que pueden contar algo interesante con los dedos.

sábado, 9 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (57º DÍA DE CUARENTENA)



El tono escolar de no pasar de Fase aquí en Madrid no es bueno de cara al fin de semana. Los malos estudiantes y los repetidores son los que llenan los bares. Sin bares, lo que van a llenar son las morgues dentro de catorce días, cuando venga el pico de la curva de los suspendidos. Obligar a la gente a quedarse en casa estudiando un fin de semana de mayo sólo ha servido históricamente con los opositores y demás gente triste. Si esto es una selección natural para quedaros sólo con onanistas miopes para dirigir el mundo, lo estáis haciendo de puta madre.

Tener esperanza es chungo. Ahí es donde se crían los miedos y los cobardes. No tenerla es mejor. Deja de afectarte todo lo que te afecta, sobre todo el futuro. Te conviertes en inercia y la inercia bien dirigida puede hacer derrapar una pirámide un buen día de rotación de la Tierra. Lo chungo es que la gente va a esperar un buen día de rotación de la Tierra y eso es volver a tener esperanza otra vez, donde se crían los miedos y los cobardes.

Con un buen pedo de fabada, arriba, puedes saltar dos o tres fases, pero recomiendo el pedo de whisky. Con todo, viva Asturias. ¿Abrirá ya el lunes la terraza del Rompeolas en Tazones? ¿La de La Tortuga?

El futuro es lo que más está haciendo polvo a la gente.

viernes, 8 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (56º DÍA DE CUARENTENA)


Cigarrito y conversación con el vecino conocido de balcón a balcón. Están haciendo mascarillas en una fábrica de confección en Fuenlabrada. Mascarillas corporativas para restaurantes, con logos y toda la parafernalia. Mesón el Cuchifrito, de oreja a oreja. Casa de Comidas Viuda de Mariano e Hijos... Ya dependerá del tipo de letra, imagino. Son mascarillas perfectamente homologadas, por lo visto. Bromeamos con mascarillas que dejen pasar la cerveza, pero no el virus, y él me añade el tabaco. Parece que están probando y que el ambiente es distendido, así que me lanzo y le propongo una línea menos corporativa y más personalizada para los camareros: "Date por besado/a", "No te acerques más" (en letra pequeñita), "No estoy sonriendo", "Pídeme por esa boca", "Si me estás viendo la caries, significa que he desgastado otra mascarilla hoy", "Una cocacola y una mierda", "Asintomático con muy mala leche", "Habla más alto: no puedo leerte los labios", "Feliz, pero no se me nota"...... Y luego nombres: Jaime, Paco, Marta, Fernando, Becario, Cobro poco, Mudo a la fuerza, Sordo por las gomillas, Cuñao, Risitas, Licenciado en Filología, Ingeniero cabreado, Ex Erasmus en Londres, etc.

También le bromeo con que no compre mucha tela antiséptica, o como quiera que se llame el género, no vaya a venir un cabrón con la vacuna mañana y le joda la inversión. La sonrisa creo que se le congeló un instante.

Yo tampoco estoy de demasiado buen humor hoy.  No me sobra para este diario y tampoco me sobra para el ordenador apagado. Esa es otra. Llevo con el ordenador encendido desde primeros de Marzo... De vez en cuando escribo en algún correo electrónico o un wasap que apago la hormigonera. Es mentira. Llevo sin apagar la hormigonera desde antes del Estado de Alarma.

Eso tampoco favorece la jovialidad de mi mascarilla por fuera: "Rezo el Corán... Vas a morir". Ideal para que un camarero que se agache a por una aceituna debajo de la mesa, se la suba hasta la coronilla, como un kipá judío, y que la lean todos.

"Rezo el Corán... Vas a morir"

Aunque las albóndigas lleven un 50% de pantone de cerdo.

Y asomándole por encima del cinturón cinco o seis ristras de salchichas frescas.

jueves, 7 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (55º DÍA DE CUARENTENA)



No sé si Ava Gardner se habría alegrado de la prórroga del Estado de Alarma pese a la oposición de ayer de Charlton Heston, el de la Asociación del Rifle y el cerebro estragado puerta con puerta con Santiago Abascal, que sí que se opuso frontalmente ayer, con lo que odia a los chinos y lo que debió de disfrutar con "55 Días en Pekín", que tuvo rodaje parcial en suelo patrio... 55 días de cuarentena, de ahí la mención y pensar un poquito en Ava Gardner, por si compensa el reparto con Abascal y Heston. ¿Cuándo empezará a sonar la Marcha Real de los Gaiteros Escoceses? Al final de la película, muy marciales... ¿Marcial es un adjetivo positivo? Con Marcial la Fuente Estefanía y Marcial, el poeta latino de Calatayud, el de los Epigramas, por supuesto que "marcial" es un adjetivo positivo...  Lentamente, dejándose oír en la distancia, esas gaitas marciales... Las de la liberación... Tengo que reconocer que con ese sonido de gaitas hasta me puedo echar un cigarro con Heston y hablar de los cientos de rifles que atesoramos en nuestra bodega para cuando lleguen los monos y entierren por la cintura a Miss Liberty... Mientras suene la Marcha Real le dan por saco a Bronston, a Charlton Heston y a Santiago Abascal...

Después del susto de ayer, esa va a ser la música que ponga en casa cuando por fin podamos salir a tomarnos una cerveza en una terraza. ¿Poco épico? Que sean cien cervezas... Con gaitas... Como si ya estuviera oyendo el roncón...

A mi amigo Guillermo le regalaron una gaita escocesa hace años. Son enormes, a diferencia de las bretonas, las galesas, las gallegas, las asturianas... Una gaita sobredimensionada, tipo Cortázar... Y el caso es que Guillermo toca lo que quiera que le pongas en las manos, viento, teclados, cuerdas, un gato, una barra de pan... Antes que otra cosa, Guillermo es músico... Y vive en Almería... No en Almería capital, sino en la parte de dentro, donde el calor, el desierto y las lagartijas pidiendo piedad en Agosto... Pues bien, yo lo vi a las cinco de la tarde en plena canícula salir al balcón por donde el sol se estaba friendo a sí mismo, apoyar un pie en la barandilla, y arrancarse con la Marcha Real Escocesa... Yo lo escuché y no di crédito... Me imagino la sorpresa para los vecinos de la zona, de esos vecinos raleados y a kilómetros unos de otros... Las highlands de repente y allí mismo.

No serán cien cervezas, pero algún whisky de importación va a caer en honor a ese momento.

Ya que la empezaron, las guindas son para terminar esta entrada.