viernes, 15 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (63º DÍA DE CUARENTENA)


Todos los periódicos abren con fotografías de las manifestaciones de ayer en el Barrio de Salamanca. No son cuatro, pero tampoco cuatrocientos. Los suficientes como para no estar todos paseando en tan poco espacio, así que sí, se están manifestando contra el Estado de Alarma incumpliendo no ya el mismo Estado de Alarma, sino las órdenes de las autoridades sanitarias. Sí, las mismas que nos recomiendan no fumar y que luego también se benefician de nuestros impuestos, pero a lo gordo: si te contagias la culpa es tuya, te has saltado la ley y tendremos que arriesgar vidas para salvar tu puta vida de egoísta en un hospital que acabáis de colapsar tú y los que son igual que tú de mierdas... Más o menos.

Así que quiero tomarme esta actitud de los millonarios desde un punto de vista positivo. Mis queridas marquesonas y mis queridos parásitos rentistas de Loden han salido a la calle libérrimamente porque quieren morir como los sanitarios, en solidaridad. También quieren ser delincuentes por un ratito como lo son siempre a sus ojos los comunistas que piden pan y trabajo para los pobres. Y, por supuesto, ellos quieren luchar contra la Dictadura del rojo de Pedro Sánchez como los adolescentes cuando se rebelan contra sus padres, y los de estos sí que fueron efectivamente Dictadores de los de fusilar, no de los de mandar una separación física de dos metros entre unos y otros, por favor...

Aunque parece que el que estaba haciendo su propia cacerolada golpeando con un palo de golf en una señal de tráfico no fue tan así, qué lástima, y el palo de golf era una escoba. La imagen era magnífica. Como ver a Luis XVI con su pelucón y su bastón de ballet dirigiendo una partida de verdiales... Un palo de golf para protestar contra su derecho vulnerado a comprar cuando le dé la gana en la tienda que tiene Cartier en la calle Serrano... Pero está casi comprobado que era una escoba, cachis la mar. La arrancaría de las manos yertas de otro conserje-almirante de inmueble caído por la Libertad de las Fortunas.

Pero si después de todo y después de toda la cuarentena pasada, acabo contagiándome con un coronavirus salido expresamente de las puercas fauces de una de estas alimañas fascistas del Barrio de Salamanca, sigo mirándolo positivamente, prometo curarme en breve, coger un taxi lo primero, arremangarme bien, y no parar de dar hostias a todo el que me encuentre desde la calle Nuñez de Balboa hasta el último bolardo del final de Ortega y Gasset... Ya conocen el itinerario. Están avisados. Positivamente.

 Y ahora vamos a lo malo: nunca celebramos castizamente San Isidro, pero hoy cómo apetecen unas tontas y unas locas y una copita de aguardiente en la Pradera de San Antonio, me cago en el misterio. Tanto más cuanto que nos vuelven a echar para atrás en lo de pasar la Fase 0 y no salimos de cajones. Diréis que no tiene toda la culpa la perturbada perversa de Isabel Ayuso, pero algo le toca en la gestión genocida de las Residencias de Mayores, algo le toca en todo el legado de recortes que perpetraron los suyos (y que defiende la tarada como si deconstruir El Escorial fuera una hazaña gloriosa) y algo le toca en la manera enfermiza, ególatra, desquiciada y niñata con que ha llevado la pandemia desde el principio contra el gobierno, contra los sanitarios y contra todos los madrileños. De no dar crédito...

Pienso en su corrupción de apartamentos de lujo y pienso acto seguido en las pizzas a granel con que están malcomiendo los niños pobres de Madrid... Y no, no es que crea que tiene la culpa la peligrosa inútil con ínfulas de Isabel Díaz Ayuso, es que hay que parar un coche Z de la policía nacional inmediatamente y denunciarla por Delitos de Lesa Humanidad.

Esa mujer no está de mi parte en la lucha contra el coronavirus. Esa mujer es el virus por muchas banderas que se ponga detrás para salir en la foto mientras está pensando en la manera en que Aznar, Esperanza Aguirre o Casado la van a premiar con su próxima galleta para perras.

Relato de ficción, señor fiscal, incluso en un diario, como si pudiera quedar alguna duda de que lo que estoy escribiendo no es más que una opinión personal objetiva e irrefutable acerca de la condición abyecta y canalla de una pija no elegida por la mayoría de los madrileños y que, sin embargo, puede regir nuestros destinos a su antojo de descerebrada de derechas, sin educación ni empatía para con la gente corriente que no puede beneficiarla ni en su bolsillo de codiciosa rapaz liberal del Manual de la Señorita Pepys ni en su autoestima enfermiza de pija pobre con complejo de inferioridad, juro que jamás volveré a contar mi dinero en un Starbucks...

Esto es San Isidro, que me ha cogido de medium hostia, y me tiene verbalizando.

San Isidro Labrador, pájaro de mal agüero, no le pegues más al niño que ya ha aparecido el peine.

Los aplausos de ayer bien, tirando a muy bien, sorprendentemente. Nos juntamos dos "Vamos" fuertes y el chaval del silbido entusiasta de abajo acompañó a los dos, sorprendido también, imagino. A ver si van a ser los fachas de Nuñez de Balboa que han empezado a contagiar... entusiasmo renovado. No hay nada cómo escuchar los pedos del enemigo para saber hacia donde apuntar tu sorna.

Como algunos perros labradores, San Isidro Labrador es un santo muy mariñeiro, de ahí las almejas de Santa María de la Cabeza de arriba.

Feliz día.

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