jueves, 5 de enero de 2012

LA RISA DEL BANQUERO (2)




Desde el principio de los tiempos se comía lo que había estado vivo unos minutos antes, se bebía el agua en el cuenco de la mano o en una pieza de barro, se moraba al azar si te apetecía o te asentabas en la casa que tú mismo construías junto a otras o en el paisaje que más te gustara; desde el principio de los tiempos la libertad era una realidad física, no un concepto o una idea al modo de las religiones como comenzaron a propalar los brujos, los primeros curas; desde el principio de los tiempos la noche era la muerte y el sexo era la vida, el miedo tenía dientes, garras o forma de lanza, de flecha, de precipicio, de correntada, de rayo... En una intemperie de dioses y milagros, un hombre podía defender su vida y la de los suyos sin rendir más cuentas que ante su propia conciencia, su sentido de la justicia, su dignidad y su valor. Un estado mental en el que la verdad lo era todo porque ahí radicaba la esencia de la vida: la verdad de la fuerza, la verdad de la inteligencia, la verdad de los depredadores, de los ríos, del aguacero, del fuego, de un techo, de una herida, de un coito, de una pelea, de una muerte. La verdad esencial de las cosas y hombres para comprenderlas, valorarlas y actuar en consecuencia... Desde el principio de los tiempos el engaño y la mistitificación quedaron para los cuentos en la hoguera... ¿En qué momento comenzamos a aceptar los engaños frente a otras luces? ¿En qué momento comenzamos a vivir en casas de otro? ¿En qué momento comenzamos a trabajar para otro? ¿En qué momento comenzamos a trabajar sin trabajar? ¿En qué momento comenzamos a comer muertes de hace años? ¿En qué momento se nos sofisticó tanto la sed? ¿En qué momento una tarjeta de plástico empezó a devorarnos la autoestima? ¿En qué momento dejamos de castigar la mentira? ¿En qué momento comenzamos a aceptar la compañía de canallas? ¿En qué momento se jodió la verdad de las cosas que necesitamos políticos que nos libren de políticos, policías que nos libren de policías, ladrones que nos libren de ladrones, mujeres que no quieren ser mujeres y niños desnaturalizados como un yogur de cero plus y la imaginación en tu cartera? ¿En qué puto momento se fue al carajo esta bendita especie de mierda?