DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (27º DÍA CUARENTENA)
El cese del confinamiento ya me está pareciendo un cuadro que le hubieran encargado a Antonio López, así que prefiero cambiar de tema.
Si Jesucristo hubiera sido un cangrejo, lo habrían crucificado en un asterisco. Y hoy, concretamente, lo habrían crucificado veinte veces: por ir por la calle sin perro y por llevar la mascarilla en los huevos.
Cuando pienso que los fachas de este bendito país de mierda adoran su figura me pregunto por el momento en que empezó a joderse el mensaje, Zavalita, si cuando demostró que tenía superpoderes o cuando dijo que bastaba con arrepentirse de boquilla delante de un cura para ganarse el cielo. Porque con la pobreza no se ganó a los pobres ni por asomo. Ahí están hoy todos los fachas pasando el mal trago de un Jueves Santo sin sangre y echando de menos crucificar al pobre superhéroe como Dios manda.
En Cataluña, el fatídico bedel amargado que tienen por presidente está vigilando con lupa a los militares que ha mandado el "gobierno español" para desinfectar hospitales, residencias de ancianos y estaciones de tren. Los vigila con lupa y con micrófonos por si dicen alguna palabra en castellano y tener un motivo de peso para expulsarlos muy ofendido. ¿La estupidez puede empañar unas gafas?
Ayer trajo A. dos mascarillas de la farmacia de la calle Argumosa. Llamaron para avisar de que ya habían llegado. En el plástico que las recubría sólo se veían ideogramas chinos, ¿la marca? XiangZhiEr y algunos números en español...
Los trajeados líderes de la ultraderecha y los de la derechaultra están intentando hacer cábalas con las cifras de la pandemia que proporciona el gobierno. A falta de un recuento más eficaz de datos, los muertos oficiales les están estropeando el sudoku. Ellos quieren más. O colocados donde les conviene. No les gusta el reparto. Ni el guión. El presidente escribe mal. El presidente improvisa. La coalición de izquierdas no previno absolutamente nada analizando las cifras falsas que proporcionó el gobierno chino acerca de Wuham y cada decisión que toman ahora es letal para los españoles... No ha sido suficiente el terremoto. Al gobierno le siguen moviendo la silla y ni siquiera esconden sus puercas manos.
Alguien bromeaba en Twitter que de tanto lavarse las manos le había aparecido en el dorso de la izquierda un sello de discoteca del año 2004.
¿Son cosas mías o el ritmo de vídeos y chistes en wasap va decreciendo? No puede ser sano recibir como buena noticia la cifra de seiscientos muertos diarios, aunque sean menos que los de ayer... Qué bonito haber muerto en un día de récord y qué putada haber muerto en un día de bajada, como un traidor...
Hoy me chuparé un momento el dedo índice durante los aplausos para comprobar la dirección del viento. Si estamos aplaudiendo estoicos, si estamos aplaudiendo cínicos, si estamos aplaudiendo desesperados...
A estas alturas y con los ministros hablando del final de la cuarentena en términos de escalamientos y desescalamientos como si fueran sinónimos, la lucha de clases será por ser el primero en tomarse una cerveza en una terraza. Unos esperan a la vacuna, otros esperan a Bakunin, pero nadie hace nada mientras tanto porque "no hacer nada" salva vidas. Por supuesto, no hacer nada como con los casi cinco mil abuelos muertos en las Residencias de Mayores de la Comunidad de Madrid porque nadie hizo nada salvo privatizarlas en su momento y repartirse el botín...
Las impresión de las mascarillas chinas de ayer fue más fuerte que ver la Gran Vía sin gente en la tele, de modo que hoy aplaudiré, pero también me chuparé el dedo, a ver qué pasa...
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20:04 - Vengo de aplaudir. Momento de pánico tras los primeros segundos. El vecino del "¡Vamos!" ha aparecido en su balcón, pero aplaude distinto. ¿Seguro? ¡Está lloviendo! ¡No aplaude distinto! Sigue sin gritar "¡Vamos!". Otros días ya lo habría hecho. Espera, espera... Angustia. Putos fachas. Nos están desmoralizando. Más angustia. Aplaudo codo con codo con A., asomados a duras penas a la ventana. Me chupo el dedo un segundo, disimuladamente. Cuando lo saco fuera, tiro una figurita de metal del poyete. El vecino sigue callado. Aplaude, pero callado. Joder, joder... Arranca de repente a sonar la tambora de todas las tardes, calculo que en la desembocadura de Doctor Piga, hoy también un poco "tarde"... El vecino por fin hace bocina con sus manos, estira el cuello y le grita al cielo su "¡Vamooos!" de siempre... Exactamente el de siempre... A. me dice sonriendo que mañana le acompaña ella... Y todo está bien... Sin novedad por Lavapiés, mi general. Aguantamos todos. ¿De qué general estás hablando? Yo qué sé. De pronto estoy contento.
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