UN SELFIE DE BLAS DE LEZO CON NIGEL FARAGE

Nigel Farage, arriba. Político inglés. Por ser uno de los individuos históricamente más perniciosos para los ingleses, creo que sería del gusto del almirante Blas de Lezo, su artefacto preferido para fastidiar a la Pérfida Albión. En su momento, Farage fue uno de los impulsores, un propagandista acérrimo y tóxico, venenosamente eurófobo, de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, aquel desastre sin excusas y sin argumentos. Un cuervo de mal agüero y ninguna moralidad que ha llevado a la ruina al país y que nadie encarceló en su día en la Torre de Londres, con todos los méritos. Pues bien, de aquellas tinieblas del Brexit resurge el menda, vuelve a enseñar las alas el pajarraco, ni culpable ni arrepentido, sin cargo de conciencia, dentalmente eufórico, y es que vuelve a presentarse a no sé qué con los ingleses y que quiere su voto contra Sunak, que no es lo suficientemente malo, parece, y mira que el primer ministro es más malo que pegarle a un padre. Le comentaré la jugada a don Blas de Lezo, que sé que le gusta ver a la Union Jack por el barro. De Blas de Lezo es la frase tremenda: "Todo español (bien nacido) debería orinar siempre mirando a Inglaterra". Con esa tirria, seguro que se hace un selfie con Farage a la que tenga ocasión. Me pido la foto de póster para ponerla en los chiringuitos de Málaga para cuando nos vengan los turistas ingleses a llorar penas en nuestras playas, de ciudadanos no comunitarios, qué penita