martes, 8 de noviembre de 2022

VAMOS A MORIR TODOS


Si me permitís, quisiera abundar algo más en el personaje de la entrada anterior, que he estado mirando en Wikipedia y de repente tengo algo en común con él... ¡El bullying! Sí, señor.  Me zurraban de pequeño por llevar gafas, así de simple. Bueno, y por destacar con la mierda de las notas. Lo de siempre. A Elon Musk, arriba, lo corrieron también a hostias de pequeño en los múltiples colegios por lo que pasó. Le dieron las del pulpo al chaval, a saber por qué. Probablemente, era más inteligente que sus matones. Y más chulo. Yo no era nada chulo, a lo mejor irritante, terco, un test dummie parlante... Pero, al igual que yo, Eloncito Musk no sabía pegarse, me da por pensar. Y aprendió kárate, el tío. Cojonudo, ¿no? Pues no lo sé. Yo tampoco sabía dar puñetazos en condiciones y no había academia de kárate por allí cerca. En Málaga la otra opción era el atletismo y salir zumbando, que fue la que escogí. La otra opción "donde" Elon Musk (Sudáfrica, Estados Unidos...) era comprarse una pistola, supongo, que era lo más fácil para los niños. Aquí nuestras "carreras" se separan. Hasta luego, Elon... No se compró una pipa, pero la sublimó. Muchas veces. Muchas pipas. Vistas las empresas innovadoras y agresivas que ha creado y dirigido desde que el amigo salió de la adolescencia (tierra, mar y aire, las empresas), la perturbación de esas hostias de chico y el evidente trauma por la falta de cariño (apenas veía a sus padres), esas empresas, digo, son las metáforas, las sublimaciones de las armas con las que se ha protegido el niño Elon desde entonces: sus alzas en los tacones, su fiereza en la máscara del escaparate de Caramelos Paco... Adler ya hablaba del complejo de inferioridad como el principal motor de la personalidad, así que ahí lo tenemos, si me dejáis seguir especulando a mala leche. Elon Musk, el dueño del mundo. Un tipo listo, chulo, acomplejado / acomplejado, chulo, listo, el dueño del planeta, el más rico del mundo, casándose con todo lo que se mueve, divorciándose de todo lo que se mueve, comprándose los juguetes más caros, cargándose los juguetes más caros, un tiparraco perturbado, dolido, armado hasta los dientes, y que solo está pidiendo que le hagan caso en el recreo. A su foto vestido de superhéroe me remito... Vamos a morir todos. 

 

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