Una mañana te despiertas con una perla de sarcasmo en la frente, una ocurrencia literaria como la gota de sudor de un dragón viejo, aristócrata y un pelín quemado con los tiempos que corren. Resume una manera de entender el mundo, pero no deja de ser una deposición humorística de apenas una frase, una réplica. Si eres guionista de Downton Abbey, esa perla la pasas al papel inmediatamente y se la adjudicas sin pensártelo dos veces a Violet, la Condesa Viuda de Grantham. Tomando té, en un acto benéfico, paseando por un jardín, la Condesa Viuda de Grantham departe refinadamente con cualquiera hablando de moda, de costumbres, de viajes, y de repente revienta un pasado, destroza una buena voluntad, descuartiza un sentimiento noble. Temporada tras temporada. Arriba, Maggie Smith, Violet, la Condesa Viuda de Grantham. Anoche, un Emmy. Por supuesto. Si no la han disfrutado todavía, no sé a que están esperando. Hay un aristócrata skinhead dentro de ustedes que está buscando a su madre y habrá que darle una respuesta. Aquí van algunas:
"No seas derrotista, querida. Es demasiado clase media".
"Me pregunto si tu halo no te resulta pesado. Debe de ser como llevar una tiara todo el día".
"Los principios son como los rezos. Nobles, por supuesto, pero raros en una fiesta".
"El trabajo de las abuelas es interferir".
"A ningún inglés se le ocurriría morir en la casa de otro".
"Es sencillo evitar a las personas que no nos gustan. Lo difícil es evitar a los amigos".
"De un modo u otro, todo el mundo camina hacia el altar con la mitad de la historia escondida".
"A mi edad, una debe racionar su propia excitación".
"El problema de la naturaleza es que hay demasiada".
"Uno no puede descomponerse con la muerte de cada extraño. Estaríamos en un continuo estado de colapso siempre que abriéramos un periódico".
-Tengo muchas ganas de ver a tu madre. Estar con ella es un recordatorio de las virtudes de los ingleses.
-Pero si es americana...
-Por eso.
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