EL SOLFEO DE LAS GAVIOTAS EN LA ARENA

Faltaba por aquí el retratito de Álvaro Pérez, el ratón conseguidor de la Gürtel. "El Bigotes", como su propia fatuidad indica. O indicaba, que ahora se depila más de paisano, como si Bismarck quisiera ir a por pan sin que lo señalen en la tienda. Pero de su pasado de ratón hiperactivo seguro que le ha quedado una cabeza llena de trampitas con queso y las huellas de las patitas de media clase política en este país. Su libro de registros. Los papeles de los roedores. A su ratón jefe, Francisco "Gürtel" Correa, se le ha quedado incluso peor cara. Chico, lo que afecta al metabolismo que te pesquen en plena incubación de cohechos, sobornos y malversaciones de glóbulos rojos públicos. Que se te queda la tez clorótica, con diagnóstico de trullum tremens. Me gustaría ver a qué se parecen sus huellas dactilares en comisaría. Esas manazas que han ido directas al pan, ahora en finger prints de cacos de frac mil rayas y puro de bodas. De las otras patitas que decía antes, me imagino el solfeo en la arena de miles de gaviotas por las playas de España. Sí, he dicho gaviotas. Y que un director de orquesta, Emilio Aragón o similar, trate de interpretar esa partitura y que le salga el Carmina Burana, versión ibérica. Carpanta soñaba con un pollo asado. A mi me da por estas cosas.