LA PAMPLINA DE PAMPLONA

Son una pareja personajes de tebeo, "Bárcenas y Barcina, Choperros en Acción". Cada uno con sus habilidades. Con sus trucos. Bárcenas desciende en helicóptero con dos cheques en forma de esquíes y te baja la curva de la crisis cantando yoleré. Barcina se hace un ático con los bolis que regala Caja Navarra y el humo que sale de esa chimenea caligrafía preciosamente en el cielo: "Tengo el clítoris como un espárrago". Juntos y por separado, viñeta a viñeta, Bárcenas y Barcina van subiendo el nivel de podredumbre de este país hasta el punto máximo de vileza cementofacial. Más Barcina, Yolanda, que todavía es un personaje en libertad. La comisión de investigación del Parlamento de Navarra le pide que dimita y ella dice que la comisión de investigación del Parlamento de Navarra la exculpa. A su delegada de Hacienda la pillan con el carrito del helado trapicheando para sus amigos y ella dice que no le hace el juego a Bildu. Pide austeridad y se sube el sueldo. Le pegan un tartazo en Toulouse y ella lo llama atentado. Cobra 3.400 euros de dietas en un día y a ella le parece poco, que los albañiles de Pamplona van en mejores cochazos que el suyo... Como personaje suma el tánatos de Betty Boop, el ojo abierto de las siestas del Demonio de Tasmania, la lencería de Mae West en su cara de santurrona, la caradura de un Moai de la Isla de Pascua y el rango de lapa camafeo de poltrona o, mismamente, de lapa de peana de la Virgen del Carmen si a San Francisco Javier le diera por travestirse en tela marinera. Que pidiera nueve años de cárcel para los ecologistas del tartazo naif (contra un tren de alta velocidad) ya demostraba que estábamos en presencia de una alimaña vengativa. Que ahora no dimita "por no seguir la hoja de ruta de Bildu" cuando es a ella a la que han pillado con la hoja de ruta de Lucrecia Borgia* (falsificando documentos incluso), demuestra que la alimaña ha empezado a gastar más laca en su cerebro que en su pelo. Y que esa película está a punto de acabarse. La de pija guay por los Sanfermines del encierro de Barbie con su marido Puchito, el arquitecto (fijaos, por Dios, en las pintas de corredora pamplina de ella)... 

...Su casoplón de 2 millones de euros porque ellos lo valen, o sea...

...Y el trono de presidenta selfie que le pusieron el Corte Inglés y Caja Navarra bajo el culo. Mientras llega su momento Maria Antonieta en un balcón de la calle Estafeta, va el tartazo digital de arriba. Merengue de mierda de gaviota de photoshop. Atentado de lápiz óptico. Nueve años y un pixel para el ecologista terrorista de Lavapiés, el mismo que ya pintó en su día la caricatura limpita de debajo de la defecación pastelera. 

(*) Lucrecia Borgia, otra farmacéutica como ella.