LAS CARAS DE BÉLMEZ EN LAS CUEVAS DE ALTAMIRA
Estaba cantado. Uno de los elegidos por sorteo para visitar las Cuevas de Altamira en su reapertura al público ha sido un reportero de La Razón. El regreso a la caverna. "Mi caaasa...", fue lo primero que dijo el enviado extraterrestre. La cueva de los orígenes. Los comienzos pintureros. El pelo de la dehesa y etcétera. Juro que sólo he tenido que buscar las convexidades fascistas de la piedra para que los rostros surgieran como de la nada. Ese aminoácido de la derecha que fue adquiriendo pelo en los dientes y cejas en forma de yugo para hacer retroceder a la especie hasta el mono... de libertades. La Razón en la Cueva. El útero materno de los concebidos para el odio con pezuñas. Ha sido tirar un flash y me han salido las caras de Bélmez de la Santa Cruzada del paleolítico. Qué cosas con estas antorchas del lápiz óptico...
Apariciones escalofriantes.
ResponderEliminar¡Buen trabajo, Lowon!, pero mejor no sigas...
ResponderEliminarJajaja...la cueva del terror
ResponderEliminarLob. ¿y qué tiene que ver Chiquito de la Calzada con la carcundia nacional? Lo digo porque lo has pintado en el ángulo inferior izquierda. Y a Chiquito, ni tocármelo.
ResponderEliminarSalud.
Eh, a mí no me digas nada... Habla con el Homo Genovensis, que quiere pintar a De Guindos y le sale el Condemor de la Caverna...
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