EL MAKING OFF DEL HEREDERO
Ayer fue el día de la Banda de Rita. Una fecha señalada en el calendario para que las marquesas y las condesas saquen sus caniches a la calle personalmente y se pongan bajo palio en las plazas a ver cómo anda de necesitada y pintoresca la gente, mismamente el vulgo. Aunque también fue el día de la Banderita...Ahí los duros voluntarios de la Cruz Roja (todo mi respeto) echaron los restos para conseguir pelas del paisanaje. Por fin, este año vamos a importar caridad. Se veía venir y ya lo decía Machado: "Mi infancia es un patio de Sevilla donde florece el limosnero". Fletando macarrones y galletas campurrianas estuvo, cómo no, la Casa Real. La de los caniches gordos. La nota destacada de la munificiencia de los Borbones -que ninguna mujer horrible aspire a heredar el trono- fue el paseíto campechano que se dio el "subrey" don Felipe desde la Carrera de San Jerónimo al Ministerio de Exteriores en el Palacio de Santa Cruz. Por codearse con los súbditos, marcarse una charleta informal con el paisanaje (a más de uno se le vio cómo le sangraba la nariz, del susto) y dar una imagen de cercanía y solidaridad en estos tiempos tan difíciles. Pero, claro, "el heredero a la Corona por la línea de sucesión del Tetris" hizo el paseíto rodeado de cuarenta guardaespaldas peatones y veinte de paisano en moto, por parejas, como los de la Nanghretta o los sicarios de Chávez. Peripatético, todo el asunto. El año pasado se recaudó un cuarto de millón de euros. Este año, a como están los bolsillos, se supone que mucho menos. Con todo, ya se podía haber desprendido "el ínclito legítimo de la siguiente pantalla" de alguno de los muchos palacios de los que gozan él y su familia por la patilla en lugar de hacer el paripé (paripetético) y provocarle taquicardias republicanas a ningún madrileño en ese trayectito, con el año que llevamos entre porras, cabezas abiertas y calabozos. Creo recordar que el cuento de "El Príncipe y el Mendigo" acababa bien. Es de esperar, dada la escasa tradición monárquica que hay por el Mississippi. Pero me da en la nariz que a algún Mark Twain con los que se cruzó ayer el príncipe azul se le pasó por la cabeza la revolera de soltare cuatro frescas "al que ya le ha encargado el cetro a IKEA", cuando no la muy comprensible iniciativa de pedirle los cuartos a él directamente, chaira mediante, o incluso proponerle unos aperitivos por Lavapiés, a escote, si su majestad tiene a bien juntarse de verdad con el pueblo últimamente subllano y conocer de primera mano regia lo que vale un peine, su hipoteca y una cervecita con orden de desahucio... Y lo he pintado en making off (sin instrucciones esta vez; la foto de arranque es de Google) y con la propia cara de estar recordando un chiste buenísimo de su cuñado, el honrado Urdangarín. Y sí, al príncipe le vas a pedir tú que te dé un palacio de los que le sobran o que invite a la peña a una de bravas. A un heredero le vas a coger tú en un renuncio... Precisamente ahora que la calle ha empezado a ser una Zarzuela de las de verdad, con sus banqueros matones, los policías de la porra, los empresarios alimañas, los desahucios, los parados, el abuelo sin residencia, la abuela sin independencia, la prima de riesgo, el hambre, los niños robados, los alemanes a las puertas, los colegios sin calefacción y la barra de pan a cinco veces lo que costaba. De Mark Twain a Dickens. De Bretón de los Herreros a Dostoievsky. Los Endemoniados. La novela anterior se titulaba "Los Indignados". De Los Indignados a Los Endemoniados es una involución lógica, ahora que todo es reacción de la mala. Como en la Guerra de las Galaxias. Para atrás hasta localizar a Darth Vader de paisano. El Poder de los Mercados. La Memoria Histórica puteada. El Bipartidismo Podrido. La Transición Falsa. Los Reyes que impuso Franco... Y el menda de arriba feliz, contento de "habernos regalado con su presencia" en un día tan señalado. Para dar ánimos. Arriba, pobres de la Tierra... En pie famélica legión... Que soy colega...
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