domingo, 2 de septiembre de 2012

LOS CONTABLES DE AL CAPONE


A José Ignacio Goirigolzarri lo eligieron este mes de mayo presidente de Bankia y del Banco Financiero y de Ahorros (pudridero de las Cajas). José Ignacio Goirigolzarri, para que lo suyo no tenga nombre o sea difícil. Un contable al servicio de la Organización. El que va a gestionar todo el dinero que han conseguido de este gobierno de amigotes de mierda. El típico ratoncito de los números que siempre hace de contable del malo mafioso malísimo en las películas y que suele estar atrapado en sus redes por algún asunto sucio que la banda usa para extorsionarlo (pederastia, coprofilia, canibalismo, malversación de fondos públicos, etc). Ese tipejo asustadizo y servil que suda su miedo aferrado a un maletín y al que la banda protege en coches blindados y almacenes del extrarradio porque tiene la clave del "negocio". Ese minihombre que también suele buscar la policía para incorporarlo al programa de testigos protegidos (a la americana; a la española, soplón a secas). José Ignacio Goirigolzarri tiene todo el aspecto de poder representar ese papelito sin ningún problema, con la salvedad de que con esa cara de comadreja amaestrada (actor's studio de Deusto) también funcionan los perversos científicos nazis en los campos de exerminio o los jefes megalómanos y bajitos de la SS, y por su biografía de oro, me da a mí que el amigo de los usureros es de los segundos. Goirigolzarri se hizo con la jubilación anticipada del BBVA a los 55 para cobrar tres millones de euros al año. Ahora acaban de caerle 4.500 millones de nuestros bolsillos para que los administre. Tiene carta libre tanto de la policía corrupta (el gobierno) como de la banda de criminales (Consejo de Administración de Bankia) y ahora va a "solucionar" el problema de liquidez de los malos. Entre otras instituciones que tiene que "gestionar" en el BFA está la entidad conocida como "Hipotecarias Mi Casita". Sin bromas. Como en un tebeo de un imitador torpe de Ibáñez para que nos riamos todos... Y no tiene puta gracia. Al contable le han dado todos los números secretos en Suiza y todas las llaves de las urbanizaciones tapaderas de la banda, y ya está en funcionamiento. La alimaña ha salido de su maletín de piel de Serrano y corretea por las Torres KIO. Es feliz moviéndose entre la mierda de la crisis. Olisquea contenta todas las estafas que tiene que ir enterrando mientras reparte juego entre los suyos y elimina a los intrusos y curiosos que ronden el almacén. Con Eliott Ness Garzón fuera de juego no hay quien la amedrente. Adora la carne de pobre, pero no le hará ascos a un periodista, un indignado, algún político despistado y marginal que se atreva a pedirle cuentas al contable de la banda de Al Capone.

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