lunes, 22 de enero de 2007

TUBINGAS (1)


Tubinga: Dígase del pensamiento que se atorra y expresa en frase con olor a quemado.

Tubinga (2): Pueblecito alemán do raigó Hölderlin ya pirado.

Me gusta oir hablar de dinero por las mañanas. En la tele, en menos de media hora, han intentado regalarme unos treintamil euros. No necesitan conocerme: saben que soy bueno. No necesitan garantías: saben que merezco esa pasta. Son unos tipos sonrientes, trajeados, solícitos. ¿Te hace falta guita, chaval? ¡Aquí estamos nosotros! Llámanos. Ponte en contacto. Libera tu odio.

A nadie le pasa de todo. La próxima vez que lo escuches: tarrazo. A quien sea.

¿Cómo describiría Proust la suave y blanda consistencia de esta niebla lamiendo helada los tejados que diviso desde mi buhardilla? Mira la hora que es. Proust estaría frito, colega.

Mandar un correo electrónico a Fenosa. ¿Estáis al tanto de la que habéis liado en la Caverna de Platón? El chaval, muy loco. Quejas de los vecinos. Saldréis en los papeles.

Correo electrónico a Obélix: Ya puedes pasarte a recoger las torres de la ciudad deportiva del Real Madrid.

¿Cómo describiría Faulkner el zureo subnormal del palomo hormonado que no para de cagarse en mis tejas? He oído el disparo. Gracias, tío.

Teruel está más al sur que Madrid. Comprobadlo. Da miedo.

Correo electrónico a los hombres y mujeres del tiempo. Con tetas, se tapan las Baleares; empalmados, tapáis las Canarias. Enseñar el culo tapando Madrid tampoco es una solución.

Argumento para película gore: los primeros que se despiertan los lunes son los muertos de carretera del fin de semana.

Si alguien le hubiera dicho a los nazis que llevaban todo el rato una palangana en la cabeza, la guerra se habría terminado mucho antes.

¿Cómo describiría Balzac el algodón hidrófilo y chorreante en el que se están clavando las antenas de todo Lavapiés? Contigo no estaba hablando, Faulkner. Casi me das, chalado.

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