TITO BERNI, CUANDO LA CÁRCEL VA EN EL SUELDO
Tito Berni, arriba, empezó fuerte para reunificar Yugoslavia, pero se quedó en intermediario de chanchullos empresariales usando su acta de diputado del PSOE. Cualquiera puede tener un pase mágico como ese, aunque tienes que dedicar tu vida a lamer culos y medrar en la acera de los parásitos, que todos los partidos tienen un camino parecido. Por comparar, en poesía transitan por ahí los poetas mediocres de pastel vomitivo con palabras como cisne, amanecer o nácar, una vulgaridad de sensaciones; en política por ahí van los políticos de mierda vomitiva con conceptos como putas, drogas o mordidas, otra vulgaridad de sensaciones. Pero si te va la marcha coprófaga, no dudes en afiliarte a un partido, aunque te tachen de mediocre. Eso sí, vete preparando un careto marmóreo cuando te pillen abrazado a alguna prostituta o cenando de traje y corbata con sanguijuelas de traje y corbata. Para ser un político así tienes que asumir que la cárcel iba en el sueldo, chaval.
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