NI UN SOLO ADJETIVO BUENO, OYE...

Quería actualizar la caricatura que tenía de Feijóo y en ello he estado con los pinceles, percatándome al tiempo de que a Nuñez Feijóo, con los años, se le está poniendo cara de mueble. De la poca gracia que tiene, un trasto viejo, de familia rancia, agrisándose año tras año. Amustiándose la pieza. Si no fuera tan mediocre, trapacero y desleal, hasta tendría su punto de actual jefe inútil de la oposición, un peluche meado por los perros y completamente inocuo, un trasto apartable con mal olor y poco más. Pero a su condición de cachivache indeseable, hay que añadirle su asquerosa falta de escrúpulos para desenvolverse en política (véanse sus tratos con el traficante Marcial Dorado o sus vergonzosos escarceos traidores por Europa para hundir al gobierno de coalición) y además ser un cagaliendres mindundi para pararle los pies a la perturbada miserable de Ayuso, que es su empleada y cualquier día descabeza a la Mariblanca en Madrid y se pone ella, aunque sólo sea para vender el ABC, más piedras, y que no le quiten ojo a la tonta de la cara de mármol subida en un pedestal como suele. Creo que eran los estilitas los santones que se subían a una columna para no bajar nunca, siglo V o por ahí. ¿Qué hace la Mariblanca subida a una columna en Madrid hoy en día? Para que no la guinden, fijo.