lunes, 10 de octubre de 2022

UN TIBURÓN MUERTO EN UNA CHARCA


Estoy convencido de que Mario Conde está a punto de abrir algún pub o algún negociete de cara al público y necesita un poco de casito publicitario en la tele. Así que lo mejor para ir abriendo boca mediática podría ser una entrevista formal en un programa con formato de prestigio, clásico pero no rancio. "Salvados" estaría bien. La Sexta, nido de rojos, fuera de toda sospecha, y con Gonzo, paisano, encima. Mordido el suculento anzuelo por el logo verde (acercaos a contemplar cómo sobrevive hoy en día el dragón apaleado), piensa mi chica que el banquero se preparó concienzudamente una autoentrevista delante del espejo, con su olor a gomina, after shave, narcisismo, prepotencia, y, sobre todo, autopreguntas y autorespuestas en una cadena discursiva que ayudara a anular luego las preguntas reales del periodista gallego. Lástima que sus temibles y estáticas miradas de depredador ante el cristal se las jodieran luego los eficaces chicos de edición, pero había que intentarlas siempre, quien tuvo, retuvo, brindis al sol y montera a la espalda, con despecho, absolutamente, le estoy diciendo la verdad... En efecto, durante unos cuarenta minutos se sucedieron las sonrisas irónicas de Gonzo (no me creo nada) y las feroces verdades del Ecce Homo (demasiado poder para un "chaval" de cuarenta años) que crucificó la Audiencia Nacional. Su relación de amigo íntimo con el rey emérito (más el carnet de videoclub con su padre) y su panorama de influencias en la sima de huesos de la época: por qué éramos caníbales, a quiénes me comí y a quiénes mandé que se comieran, medios de comunicación y casa real incluidos. Condena a veinte años de cárcel y a devolver lo robado. No ha cumplido ni lo uno ni lo otro. Parcialmente no es cumplir. Y ahí está el tío todavía, dando entrevistas campanudas. Como decía Tom Waits, un tipo peligroso de los de cuello blanco capaz de hacer pasar el ojete de una rata por un anillo de bodas y forrarse en la metáfora. Exbanquero y expresidiario. Un charlatán del Oeste. Brillante, pero charlatán. Y del Oeste. De Tuy. Rutilante y ambicioso abogado del estado en su juventud, cuidado conmigo después de la paliza. Tuve una vez un amigo abogado, pero no ejercía, así que cuenta poco. Anteriormente transaba muertos. Yo antes también era existencialista. Luego nos hicimos guionistas los dos, que no necesita título. Tampoco los banqueros necesitan título. Todos saben que algún día serán ex. Expresidiarios, digo. No duran mucho dentro, los hijos de la gran puta. Relato de ficción, señor juez, por si acaso. Algo le queda al tiburón muerto en una charca para que todavía demos un rodeo.

2 comentarios:

  1. Creo que el pub lo quiere montar con Macarena Olona de socia. Así que cualquier día la vemos también a ella en algún prime time de la Sexta haciéndose una autoentrevista.

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  2. Es cierto. Los dos de la misma charca o parecido. El mismo olor a cadáver.

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