EL MONAGUILLO LOCO MARTÍNEZ

Pobre Francisco Martínez, que para conseguir sus ascensos dentro de la policía nunca tuvo que aprobar un examen de Detección de Miserables.Y ahí lo veías, como un monaguillo loco, tratando de satisfacer los caprichos y desmanes de sacristanes, curas y arzobispos de franela día y noche, a calzón bajado y a pasamontañas puesto. Todo valía con tal de que el tesorero pijo de las cuentas en Suiza no cantara por Juana Spyri, como en las películas más tópicas de mafiosos y gángsteres, y comprometiera los chanchullos de un partido político fascista convertido en organización criminal, desde el presidente de los fideos y los sobres con su mordida anónima cada mes (M. Rajoy), hasta el escualo hembra de las mantillas toledanas de Día del Corpus en el arrecife de coral o el Ministro Íntimo Rezador... No deberían ir todos a la cárcel por el uso ilegal de los recursos del estado para sus propios tejemanejes de banda de delincuentes. Deberían ir todos a la cárcel precisamente por miserables. Y los que los votan, por cómplices... También por gilipollas.