DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (53º DÍA DE CUARENTENA)
Supongo que, tarde o temprano, a todos nos toca alguna vez la china de poner nuestra vida en manos de un político, ¿verdad? A quién no le ha pasado incluso más de una vez, claro... Porque son cosas que pasan, hombre, tranquilo... De todas formas, no es lo mismo que depender de si un camionero ha dormido bien cuando te lo cruzas en la autopista o de si el farmacéutico entiende mal la letra del médico en la receta y te vende el veneno exacto que acaba contigo en cinco minutos... Pensándolo bien, usted perdone, se trata de poner tu vida en manos del tipo de persona que más desprecias en este mundo: un político. De uno de ellos o de dos o de dos docenas... De lo que decidan estos tarados mañana en el Congreso pensando en sus propios intereses, codicias y luchas de poder, depende tu puta vida... Porque puede ser que la caguen activamente negándose con sus votitos a prorrogar el Estado de Alarma para luchar contra la pandemia por sus cálculos políticos de políticos infames... Vale que les hemos dado esa capacidad y esa autoridad a políticos menos malos, pero también a verdaderos cretinos, perturbados, imbéciles, tontos de baba, parásitos, soplagaitas, canallas, cerdos, hijos de la gran puta y alimañas diversas de delincuentes para arriba y recogidos como auténticas mierdas con pedigrí de todo el barrizal de porquerías ideológicas, complejos de inferioridad y psicosis de castración del que proceden.
Tan ricamente.
¿No eras tú el que renegaba del Estado de Alarma?
Si veo que Pablo Casado y Santiago Abascal están en contra de seguir con el confinamiento, aquí está tu fiel vasallo, oh, señor, confíname cuanto quieras y líbrame de los malignos.
Ayer en un capítulo de los Simpson un brasileño profesor de samba estaba inventando un baile nuevo muy sensual. Cuando le preguntaron cómo era, dijo: "Al lado de mi nuevo baile un polvo es una misa".
Antes que opinar lo mismo que Casado, Ayuso, Cayetana, Egea, Ortega Smith o Abascal, cualquier confinamiento ordenado por un gobierno de izquierdas me va a parecer una dulce orgía democrática con todos y cada uno de los Derechos Fundamentales en los suaves prados de la solidaridad más reivindicativa y libertaria.
Si no se prorroga el Estado de Alarma mañana, y si nos buscan después de tres meses, echándonos de menos porque no hemos ido a comprar a los comercios por fin abiertos de la calle Serrano, nos encontrarán muertos en nuestras casas crustáceas. Marisco rojo para todos.
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