lunes, 29 de mayo de 2017

SEÑALES MIXTAS


En el PSOE desde mucho antes del nacimiento del primer Cachopo en cautividad, Adriana Lastra, arriba, no ha tenido un trabajo de verdad en la vida, sólo pegatinas de su partido. Dicho esto, la mujer me cae bien... Todo lo bien que te puede caer alguien fisionómicamente. Luego piensas que toda su educación sentimental se ha graduado en esa telaraña maloliente del socialismo yet set y se te caen los palos del sombrajo. Porque ahí sigue la muchacha. Encima, con el santo de cara de haber dirigido la campaña con la que ha ganado su madelman proscrito, Pedro Sánchez. Dado el cabreo que tenía la militancia, me parece a mí que también habría ganado si el jefe de la reserva de hoteles y apuntar la hora libre de la pista de tenis hubiera sido Fofito. Con Iceta, el socialista feliz, de las pocas que aún conserva en el rostro un puntito de decencia. A ver si es que la asturiana quiso trabajar desde pequeña y fue el partido el que no la fue dejando, no la fue dejando, hasta hacerla diputada. Faenas de la puta política. Pero de todo se sale... Como dicen de algunos caballos en las revistas de carreras: "Señales mixtas". Seguir. Y mira que podía haber tirado puntada con su apellido...

1 comentario:

  1. Pa tener el cuajo de defender a don Pedro desde el PSOE mafiosillo de Asturias (si alguien dice Principado de..., le retiro el saludo), hay que tener eso: cuajo. Adriana se crió entre el otro macroclientelismo pernicioso de la patria y, pese a la compañía, se la jugó a una carta (de ganar, los mafiosos no iban a perdonar ni a la mamma suya). Hay épica en esta chiquitina, y con gente así se puede desfruncir el ceño una miajilla. Otra, la senadora María Luisa Carcedo, asturiana de pedigrí minero (aunque nunca di una chapa por su virtud), también demostró coraje e incendió algunas "casas del pueblo" astures con sus soflamas anti aparato (digestivo).
    Respeto para estas mujeres, que no nos pueda el escepticismo capador.

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