LA GRACIA QUE TIENEN LOS NOTORIAMENTE CORRECTOS
Nuevo ordenador. Nuevo programa de ilustración. Nuevos pinceles (los viejos me lloran con el nuevo sistema). Pero la misma cabeza. Con la de Guillermo Zapata, también expuesta y sangrando. La mía más en metáfora. La suya como la de San Juan Bautista. Por bromista. Esta mañana en la SER trataban de diferenciar lo cómico de lo humorístico. Peridis en concreto y contra Zapata. Como si el aire se pudiera cortar en filetes... El otro tema que debería haber intentado fastidiar el colega es el de La Gracia. Sólo por probar. Porque ¿cuándo ha hecho GRACIA Peridis? A mí no. Nunca. Así que fijaos bien en la gente que arremete contra los que osan hacer un chiste de judíos o practicar el humor NEGRO en misas negras en los bares, en la oficina, en twitter... Fijaos bien. Qué gracia tienen los puñeteros siempre. Pero qué tíos, qué tías, más graciosos. El don.
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Lob, hoy paso por tu casa pero no para dejarte un mandao de picardías ni una pulla envenenada ni un volatín porque Carmena reine en Madrid. No. Hoy vengo alicaído y con el corazón en un puño porque una amiga mía que se llama Sofía, que es poeta y sevillana, y una gran fotógrafa y un montón de cosas más, bonitas unas y épicas las otras, está pasando por una situación dramática, casi insoportable. Y es que Manolo, el marido de Sofía, está en prisión desde hace unos días, por atraco a mano armada (las armas eran una pistola de plomos estropeada y un fingido maletín de explosivos, en realidad unos folios arrugados) a una sucursal bancaria de Sevilla. La desesperación por no poder procurarse el sustento de los suyos le llevó a este acto extremo, desquiciado, propio de una víctima de esta perversión que vivimos y que algunos llaman "crisis" (nombre tan bonito y tan griego tiene la maldad en estado bruto). Y ahora Sofía se ecuentra totalmente desamparada, en la miseria más cruel, sin tener asegurado lo que ha de comer mañana, con un hijo que preparaba oposiciones a abogado del Estado abandonando los estudios para intentar traer a casa algún dinero, cosa que hasta ahora se queda en el intento. Y la angustia, la desesperación, el llanto, la negrura de quien habita el vientre odioso de Moloc, es el estar de esta mujer menuda, inteligente, que hace una poesía telúrica y carnal, que pare fotografías de belleza inusitada, que es maquetadora editorial, correctora de textos y muchas habilidades más (es también licenciada en Historia de Arte). Y resulta que no tiene para comer, para pagarse unos litros de gasolina que necesita para salir de la finca en que vive la reclusión de la miseria..., y así poder visitar a su marido en prisión preventiva.
ResponderEliminarTiene Sofía un blog "EL CUARTO CLARO" (Sofía Claro), y acaba de hacer una entrada terrible y sobrecogedora, en la que describe los acontecimientos de estos trágicos días de su vida. Al final te dejo un enlace.
Me suplica mi amiga que la ayude a soportar este mandoble canalla de la suerte... Y a mi se me ha ocurrido utilizar los blogs de gente chachi para aventar este ápice de desdicha, fiel reflejo y contabilidad de la inmunda situación que malvivimos.
Si alguno de vosotros la puede ayudar (alguna ocupación que le ayude a salir del pozo, incluso una pequeña cantidad de dinero...) le vendrá como agua de lluvia en medio del bochorno (bochornoso, sí) que la abrasa. De Indignación, de pesadumbre, de miedo.
Salud.
http://www.sofiaserra.com/2015/06/necesito-ayuda-urgente-por-favor.html?m=1
Gracias, Fred.
ResponderEliminarGracias Lowon.
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ResponderEliminarMecagoentó. Venía yo a hacer un comentario idiota (y lo hago: los límites del humor me quedaron claros cuando vi "Ocho apellidos vascos") y me encuentro con el comentario de Fred y visito y leo el blog de Sofía.
ResponderEliminarNo tengo ni una duda moral, pero tampoco tengo ni un jodido euro con el que ayudar. Mecagoentó.
Qué pena, joder... Espero que en el blog encuentres ayuda. Mis amigos están todos también jodidos y no veo en mi cabeza a nadie que pueda darte trabajo, Sofía. O dinero. Malos tiempos para los buenos, pero lo de tu marido atracando un banco de esa manera ha sido demencial. Puro Dostoievski. O Kafka. O Sábato. Estoy pensando... Puedo hacer las caricaturas que tú me encargues y las cobras tú. Me las mandas al correo electrónico que yo te pase en privado y vas tirando. ¿Vale?
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