DE REPENTE, EL PASTEL
No pudo ser. Faltó un minuto para que fuera, pero no pudo ser. Quizá si el Atlético hubiera tenido la bala en la recámara que gastó Diego Costa en egoismo (9 minutos de ego para dejarle sin un refresco en los minutos finales), Sergio Ramos no enchufa tan nítido el empate, no habríamos padecido el matadero de la prórroga (medio Atlético con tiros en las piernas) y ahora mismo tendríamos un insólito campeón de Europa. Faltó poco más de un minuto para que ocurriera. El multimillonario Real Madrid con la décima y el proletario Atlético sin nada. Metáforas de la crisis aparte, en juego mereció ganar el Real Madrid, claro, pero quién está hablando de fútbol cuando el gol de la prórroga lo metieron cien millones de euros de cabeza en la efigie de Gareth Bale. Los del lado de los pobres rogando por la lotería de los penaltis (le habrían tocado a Fabra, pero a lo mejor también a algún atlético) y de repente cien millones de euros rematando de cabeza con la puerta ya batida, Courtois que no llega tras el paradón primero, y gol... Desolación para unos, alegría carísima para otros, y, de repente, en las gradas, el pastel: Florentino Pérez saltando de su asiento junto al empleado que tiene en el gobierno, Rajoy con una media sonrisilla de contención como un caniche de visita, y lanzándose a celebrar el tanto con... Aznar, que estaba unos asientos más a su derecha, en la sombra. El pastel en toda su dimensión. El rey dormitando en un sofá cama, Rajoy retocándose los labios, y la Burbuja del Ladrillo haciéndose un give me five con el Señor de Mordor...
... Juro que me pasó toda la vida por delante. La caída del camino de Damasco. El equipo del régimen, con Franco, y el equipo de este otro régimen: la plutocracia más siniestra alegrándose de la victoria de sus gladiadores de pago sobre los siervos de la gleba. Como si a esos les gustara el fútbol. Como si Rubalcaba no fuera también del Real Madrid. Una revelación, como digo... De las que te afectan la cabeza... ¿En qué puto espejismo andabas, colega? El multimillonario de los cien millones brillando como un descapotable y Juanfran arrastrándose por el campo con dos tiros en los tobillos... Se acabó para mí el Real Madrid. ¿Qué culpa tendrán Casillas, Sergio Ramos, Isco...? Estamos hablando de la ruina de este bendito país de mierda, no de fútbol. Estamos hablando de símbolos y de pasteles, de repente, sin disimulos, a la vista de todo el mundo. Anoche a mí también me dieron dos tiros en los tobillos para que no fuera hoy a votar, pero me cago en dios si no llegamos a los penaltis con estos bandidos.
Tus dos tiros en las piernas, metonimia; el resultado del partido, metáfora; yo, una sinécdoque.
ResponderEliminarY seis millones de parangones...
EliminarNo me gusta nada el fútbol, menos si es un movimiento capaz de levantar a las masas de tal manera que luego ya no se pueden mover para otros asuntos vitales...
ResponderEliminarPero te confieso que me dio rabia que se hiciese felices a ciertos espectadores.
Besos.
No soy futbolera pero reconozco que hay que saber mirar, para ver el politiqueo que existe tras cada efemérides de masas que se platea.
ResponderEliminarA Gareth Bale le has puesto belfo de Alicia Sánchez Camacho: ya no la quiero.
ResponderEliminarEres un sentimental, Fred. Yo creo que son relinchos diferentes, hombre...
ResponderEliminarComo usted no usa Feacbook, y muy bien que hace, le copio lo que he pegado en tal muro: Hace algo más de dos años, en este mismo muro, escribí un post titulado "El fin", en el que interpretaba la derrota del maravilloso Barça de Pep Guardiola frente al miserable Real Madrid de esa rata cuyo nombre no volveré a escribir como un signo indiscutible del fin de la civilización. Pero lo que se perdió ayer fue aún más importante. La derrota del valiente Atleti de Simeone frente al equipo de la mafia blanca certifica el fin de la supervivencia. Guardiola nos enseñó el camino de la civilización, pero Simeone nos quiso demostrar que aún era posible resistir. Hoy ya estamos todos enterrados.
ResponderEliminarMe uno a la iniciativa del sr. Núñez. Lo único que me extraña de esto es que cayeras ahora de la burra, hermano... ¿De qué pensabas que se trataba? El que solo vea fútbol en esto, es que anda muy ciego...
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