LA NATI MISTRAL DE DUBLÍN

Si Nati Mistral se hubiera subido al escenario con Felipe González no se le queda al gorila obsolescente una cara de gilipollas más intensa que la que se le quedó a Mariano Rajoy con la saeta que se marcó Bono en Dublín. El cantante de U2 como Celia Gámez y Lola Flores juntas hasta arriba de fino La Ina con España, el flamenco y que se una toda Europa como si fuera la Unión Europea para hacer un parque temático de la Tortilla de Patatas en la misma Bruselas, que nos hace falta y nos quieren mucho. No se arrancó con ningún Happy Birhday, Mr. President Rahoy, porque no tenía ninguna peluca rubia a mano, aunque poco le faltó a la folclórica... Vale, que España es muy bonita y tal, pero que Bono le haya servido de llavero a Mandela podría habernos servido a nosotros para algo más que de paje de crucero hasta arriba de endorfinas de paella, tirándole pétalos al tiparraco que ha sumido al país en este desastre civil y biológico. ¿Qué le habría costado cantarle cuatro verdades al fascista, coño, con toda la atención sobre su glam de folclórica apoyá en el quicio de la mancebía de Dublín? With or without you. Me gustaban Los Héroes del Silencio, pero no soportaba a Bunbury. Me gustaban los U2, pero no soportaba a Bono. 1,2,3... Catorce. Por eso he pintado a The Edge, porque no me da la gana pintar a Nati Mistral y que luego ponga Rajoy el póster en su galería de lameculos de caza mayor, donde la Lagarde, la Merkel y otras cantantes de borrar el nombre de las calles y quedarse con el de Rajoy Joshua Tree, con los Morancos, el verdadero Joshuaaaaaa! al que se estaba refiriendo el de las gafas como la luna de un sexshop de los chinos.