EL SUPERMAN DE PANA

A día de hoy, salvar el planeta es de izquierdas. Pero no siempre ha sido así. Superman lo salvaba en su momento y era de derechas. ¿Seguro que Superman era de derechas? Por supuesto. La izquierda no usa gomina. De derechas, pero se le intentaba hacer pasar como el baluarte de los débiles, el defensor de los oprimidos, el enemigo de los tiranos y el salvador de la gente de la calle en la contingencia de cualquier tipo de crisis: meteorito, misil, plaga, azote extraterrestre... Luego era conservador, monógamo, estirado, clasista, bipolar y travestido como un juez de Kentucky, pero los niños no se lo tenían en cuenta mientras pudiera congelar bolas de fuego con su aliento. Con estos referentes, el PP de Andalucía acaba de sacarse de la manga espacio-temporal un Superman de pana para salvar a su propio planeta por esas tierras del sur. Barbarela Soraya Sáenz de Santamaría y el Capitán Arenas (movedisas) le pasan el testigo de la visión de rayos X en las urnas al Superman de pana Juan Manuel Moreno Bonilla. ¿El de Málaga? No, que es de Barcelona. Un personaje remoto entre los andaluces y, como Superman, de pasado misterioso (averíguale tú el currículum, que no se lo sacan ni los muchachos de Diario.es) y superpoderes: puede ser un experto en liderazgo en las Administraciones Públicas y ponerse una chaqueta de pana al mismo tiempo, un blindaje y un camuflaje típico de la Marvel de la Faes para engañar a la gente en cualquier acto público y en cualquier viñeta. El Clark Kent que hasta ahora organizaba reuniones y dirimía protocolos en la mesa (C3-PO hacía lo mismo en la Guerra de las Galaxias), el Clark Kent que hasta ahora era Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad de Rajoy (dime tú si eso no es ciencia ficción en el PP), proclamado superhéroe andaluz contra los esbirros de Dolores Jóker Finiquito de Cospedal y contra la rubia presidenta de la junta (Susana Yo No Soy Nada Díaz), como un gitano de caracolillo echándoles el mal de ojo clínico. Otro superpoder de Moreno Bonilla. A saber lo que nos va a costar a los malagueños el aire acondicionado para su Palacio de Hielo por Benalmádena. A saber en qué acaba esta lucha entre el Mal y lo Pésimo. ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, son los calzoncillos por fuera de Rajoy. Con otro tío dentro.