LOS PRESOS DE CANAL 9

Al igual que Franco acabó impunemente sus días en una camita de hospital, me temo que Eduardo Zaplana acabará los suyos apacible y holgadamente, sin pagar por sus correrías mafiosas en política, amén de sus robos prescritos, sus expolios para los amigos, sus manipulaciones parlamentarias y su incalculable siembra de semillas de corrupción por todo el Levante español. Morirá con dos rodajas de pepino en los ojos y bajo una lámpara de rayos uva (el hombre es adicto) y no precisamente en la planta de drogodependientes de La Paz (Madrid), sino en alguno de sus monstruosos hospitales vampiros por lo privado del Plan Alzira (su principal promotor) y a cargo de la extinta empresa nacional Telefónica, de la que es actualmente asesor borroso de algo o adjunto abstracto de alguien, y donde parece que cobra un millón de concretos euros al año, tal vez por su capacidad de gestión... pasada como presidente que fue de la Comunidad Valenciana. Pinto ahora a este villano del Antiguo Régimen porque de su mal gobierno de antaño todavía nos llegan rodando hoy melancólicas cabezas de las Tullerías levantinas. Aparte de la moto que le vendió al estado con Terra Mítica (que todavía sigue petardeando y acumulando multas) y por la que el tipo se forró como si le hubiera vendido a los Estados Unidos el solar entero de Wisconsin, y aparte de los escapes de gas presupuestario que se filtran por entre las desiertas y fantasmagóricas nervaturas de raspa de pescado de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, el zombie de Canal 9 ha empezado a gusanear una cosa mala y tan del todo punto impresentable que ha habido que clavarle un cierre en toda la frente, como en Walking Dead. Matarile al heraldo podrido de los caballeros del maletín circular, y de la circular de maletines, en la Camelot de Camps, Fabra, Barberá, los dragones de la Gürtel, y el propio Zaplana, el mismo caballero que dijo en su día que él estaba en política para forrarse. Como ciertas obras hidráulicas en las urbanizaciones de Seseña, y como Telemadrid, un canal así para qué. Estaba para reírle las gracias a los fascistas, putear a la izquierda, desinformar a los valencianos y almacenar sicarios en desgracia e inútiles útiles (tanto de la política como de la información) en el mayor Tetris de la historia del servilismo. Un monstruo desarticulado e ingobernable que inmediatamente comenzó a perder aceite de audiencia hasta el rigor mortis de antesdeayer. Cerrojazo en la frente del heraldo zombie, ningún responsable de sus andares, y todos los "periodistas de verdad" que todavía no habían sido despedidos (a saber por qué...) a clamar contra la injusticia, las manipulaciones a las que se vieron sometidos y la ignominia de haber tenido que ejercer la profesión en esas condiciones. Sí, ha debido de ser terrible escribir titulares con gusanos en las teclas... Y no haber protestado en su momento. Ni por los gusanos ni por las cucarachas ni por la telas de araña en cada entradilla. Dignos desempleados todos ahora y reclamando una vida nueva al sol, pero que vuelvan a abrir el castillo de Drácula, que son sólo 40 milloncejos de nada readmitir a la servidumbre... Me pasa lo mismo con la dignidad de los trabajadores de Telemadrid o con la de los directores de las sucursales que vendieron preferentes. Los buenos protestaron. Los buenos se negaron. Los buenos fueron despedidos. Porque si se habla de dignidad, el paro no es ningún eximente. El hambre tampoco. Y cuando te cambiaban la expresión "fracaso estrepitoso" por "éxito discreto", lo que haces es apagar la hormigonera Dell, quitarte el lápiz de la oreja, y largarte. El de arriba, por ejemplo, exigía que los cámaras le grabasen siempre de "su lado bueno", aunque no lo tenga ni dormido. Yo, por mi parte, he ignorado la rinoplastia con la que el mítico ha querido mejorar su imagen este año. Una lástima de dinero tirado, pero es que en este blog no sirven de nada los zurcidos históricos, siendo como somos partícipes del irredento rojerío. No por coquetería, ni por vanidad de vanidades y tiro porque me toca, sino "por un asunto médico", como aclaran los de su entorno a las preguntas de los curiosos sobre el nuevo aspecto del ínclito y su nariz como el interruptor de una cabina de rayos uva (y probablemente con su misma función: clic). Por los cinco mil euros que le ha costado la operación, renuncio cinco minutos a mi rencor bolchevique y le pongo la nariz levantada de Brigitte Bardot (el levante, siempre el levante), o mejor la de Michael Jackson, que tampoco estaba contento con su color. Neverland, Terra Mítica, qué más da.  A la espera de petición o comentario del ínclito, y con todo, si queda alguien con vida (íntegra) en Canal 9, suerte con las movilizaciones y que no recibáis muchos porrazos. Al fin y al cabo, los antidisturbios os deben más de un favor de vuestro triste pasado... ¿colaboracionista? Ahora me temo que os toca pasar una temporada rara, como Woody Allen en la guerra, que ninguno de los dos bandos lo quería. Ni de prisionero.


8 de Noviembre 2013.
Eldiario.es

"(...) En RTVV ha habido resistencia a la manipulación, a la censura y a los abusos, sí, pero mucha menos de la necesaria y los que la protagonizaron fueron los primeros despedidos. Por eso no puedo dejar de decir que me avergoncé cuando ayer vi cómo los trabajadores que todavía quedaban en Canal 9 leían un comunicado cargando contra el PP cuando la mayor parte de ellos fueran sus cómplices cuando no sus mismos directivos."

Julia Alvaro - Periodista de Canal 9 durante 23 años