jueves, 26 de septiembre de 2013

UN EJÉRCITO PIJO DE OCUPACIÓN



Ana Aguiló. Diputada regional del PP. Ayer amenazó a los padres que apoyaran la huelga de enseñanza en Baleares con quitarles la custodia de sus hijos. Lo dijo en una galletita de la suerte de Twitter, pero no estaba borracha. Tampoco era el delirio de una pija intoxicada por la laca o la rabieta de una Barbie a la que acaban de desordenar su armario de complementos. Amenazarte con tus hijos es propio de divorciadas chungas, de divorciados perros, de la mafia... Y de un GOBIERNO ENEMIGO DEL PUEBLO. "Sabemos dónde estudian". "Sabremos si los llevas a la fuerza o no". "Nos obedecerás o te los quitaremos".  Un gobierno enemigo del pueblo y la actitud totalitaria de cualquier ejército de ocupación. Un ejército pijo, con sus brokers comandanten, sus políticos colaboracionistas y sus pelotones jurídicos de ejecución. Por cada pasquín que incite a la revuelta, diez ancianos fusilados, o sin pensión. Por cada radio clandestina que encuentren, la quema de las cosechas y veinte campesinos fusilados, o sin medicinas. Y por cualquier acto de sabotaje de los partisanos, cargaremos un tren con vuestros hijos y nos los llevaremos muy lejos. Para siempre. Los separaremos por sexos, aprenderán religión, los vestiremos de uniforme, y conseguiremos que os odien en cualquiera de nuestros colegios concertados del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo... Una amenaza así, en boca de una "dirigente" elegida democráticamente, no debería quedar sin respuesta... No sé cuál ahora mismo. Por el calibre de la bofetada y por utilizar a los niños en la extorsión, quizá deberíamos pedirle formal y educadamente que pida disculpitas, por fi... O eso o tal vez una respuesta de tono más bajo aún... Y reventar. "Me podrás quitar las medicinas, el trabajo, los ahorros, la casa, la esperanza... Pero a mis hijos no los tocas tú, hija de la gran puta". No sé. Son opiniones. Estamos en democracia y tal.

5 comentarios:

  1. No me lo puedo creer... vaya, me lo creo porque tú lo dices, pero es el colmo de desfachatez, sin el "des"

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  2. Yo opto y voto por la respuesta de tono bajo. Qué le vamos hacer, mis maestros no fueron altos ni, como decía Rubén Blades, rubios, con los dientes rubios, los ojos rubios y la cuenta corriente rubia.
    Lo que dice esta ppijatriz es lo que piensa el resto de ppijoppartido, solo que a esta, como a la "quesejodan", le ha fermentado la ppijodoctrina y le ha saltado el tapón.

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  3. Lob, paime que esto se parez cada vez más a una dictadura, criptopaisano mío. Y no es una caída resién del jaco paulino caminito de Damasco -que por aquellos pagos no da para hacer turismo-, sino que es un bajo continuo que me viene acompañando desde la señora Intemerata. Este puto país siempre fue el Reino de la Tinieblas: el humo de las piras (ahorita leo "El Heresiarca", de mi primo Apollinaire) y los testarazos de los botafumeiros nos han nublado los ojos y no somos capaces de discernir como bípedos evolucionados. Si no, de qué.
    Y hablando de Caín, no he podido este día patear la Garganta Divina, porque un incendio ha hecho peligroso el tránsito y las faldas de las peñas arden como "ocalitera" galaica. Ya no nos quedan ni nuestras Covadongas de último recurso.
    Pa vivir así...

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  4. La respuesta de tono más bajo es la adecuada, sin duda. Ya está bien de tanta mamarrachada. Estos se creen que estamos otra vez a principio de los cuarenta y, aunque todos sus colegas lo sienten así, son estos yogurines del ppsistema los que no saben contener las emociones...Este país, con ellos ahí arriba, es un circo diario, pero un circo que nos está dando por donde amargan los pepinos un día sí y otro también...

    ¡Acaben de pasar estos dos años de ayuno y penitencia...!Confío en que vendrán tiempos mejores, al menos con políticos más responsables si es que ello es posible.

    Saludos.

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  5. Pues mira, apliquemos refrenes: Por la boca muere el pez, por ejemplo. O a palabras necias, oídos sordos. O este otro: más vale ciudadano honrado en mano que diputados mediocres volando...En fin, que no caigamos en la trampa de sus infantiles denuestos, que por mucho que se lo crean no están por encima de nosotros. Y el cáncer seguro que tampoco les respeta.

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