LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN, LAS MADRES Y CATALUÑA
El ser humano desciende del mono, pero los nacionalistas creen que no "descienden", sino que "ascienden" del mono, orgullosamente, y no del mono en general, como especie, sino de un mono muy concreto, distinguidísimo e incomparable, el supermono identitario: con su lengua propia, su traje regional y su manera exclusiva y sublime de espurrear la fruta en las fiestas. Todo el camino de los independentistas españoles, a estas alturas del mono universal difuso (el cosmopolita y tan pancho), viene a ser un dicharachero retroceso hasta encontrar el carnet de identidad del supermono vasco o catalán, y sus últimas voluntades por escrito, como en Dickens, pero en euskera, en catalán, en valenciano, o lo que hablara Amadís, el Mono de Gaula. El poder notarial que te da la sima de los huesos del reino de Aragón o el separatismo paleontológico para empezar a hablar. Esa monada histórica a la que podrían optar también alegremente los malagueños de la Axarquía, los escoceses de White Label y las ardillas del Retiro. Pero se ve que por ahí siempre ha habido una pereza congénita... Ese afán metafísico del dónde venimos, del quiénes somos, y del adónde vamos, que lo puede tener cualquier catalán, pero que casi es más propio de un adolescente en general (catalán o no, hormonas comunes), un borracho en general (catalán o no, lengua común) y cualquier protagonista de una pelicula de Walt Disney (catalán o no, final feliz común). Lo mismo que explicarle a una madre por qué te quieres ir con los amigotes, lo que vas a hacer con ellos, y su trascendencia ontológica ese sábado por la tarde en la Historia Universal de las Naciones. Una explicación que a tu madre la va a poner de los nervios, que a ti te acaba volviendo loco, y con la que no vas a pisar los billares en un mes. Por tu sentimiento de culpa y por insolvente. Demasiadas vueltas para un asunto tan sencillo como decirle a tu madre que quieres ser libre, colega, que tienes una edad y que pasas de la familia. Y si la madre patria no te deja hacer lo que te dé la gana con tus amigotes, estás hasta las narices de que te registre los cajones y te dosifica la paga con cuentagotas, pues a independizarse y ya está, tío intrépido. Pero deja de dar el coñazo con el mono, compañero, que no nos importa una leche. A este tenor (primate), el de arriba es el presidente autonómico que no para de hablarle de su mono al presidente nacional, que a su vez tiene otro mono más gordo y más machote que el suyo en su cabeza podrida. Mariano Rajoy y Artur Mas, dos lumbreras de la política y de la economía, las dos mentes geoestratégicas que son la envidia del mundo, enzarzados en esas conversaciones sicalípticas sobre el tamaño del pene de un mono y de otro, y cuya tradición demagógica se remonta en este país a los tiempos de la Mona Isabel y del Mono Fernando. Y ya va oliendo a jaula de zoológico en todos los periódicos, nen. De modo que referendum en Cataluña con las fotos de los dos monos ya. Y si pudiera votar, votaba al supermono catalán. Por dar por saco y por la curiosidad de ver cómo se lo monta el Nuevo Hombre de Mollerusa en los billares sin un euro. Igual aprendíamos todos un poco.
Jamás votaría por D. Arturo el torpe, retrógrado y provinciano donde los haya. Con él se acabaría el esplendor de esta Catalunya que hemos levantado entre TODOS. Las puertas del mundo las quiero abiertas y con los corruptos que amasaron fortunas y utilizan la independencia para huir de la quema, en manos de la justicia.
ResponderEliminarAhora los monos montan quioscos o boutiques, según sus posibilidades. Ya no es la nación-economato lo que prima y otorga carácter, es la marca, de ahí que los vetustos símbolos patrios se hayan tornado desenfadados logos comerciales y los políticos promotores comerciales. La queen II de la pérfida salta en paracaídas desde un helicóptero bailando el hula hoop con los aros olímpicos, Rajoy se estrella en el anillo taurino, Artur Mas se enreda con una ristra de butifarra. ¡Cómo está el mercado!
ResponderEliminarEs muy fácil....... un referéndum y punto.
ResponderEliminarY hasta luego, Lucas.....
No sé si te has dejado a propósito en el tintero al mono con grandeza, el actual conde de Barcelona. Qué moni-cacos.
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