LO QUE LE ACONSEJÓ PEDRO ARRIOLA AL CHÓFER DE SU MUJER
Leía el otro día en El País acerca del gurú del PP, su estratega en la sombra, el fino ajedrecista que mueve las piezas de la derecha desde los tiempos de Aznar el Leporino. Pedro Arriola. El terror de la izquierda y el mentor de los conservadores cuya principal aportación a la dialéctica parlamentaria parece ser la doctrina de "Hacerse el Muerto". Todos hemos tenido un primo o un colega de pequeños que nos enseñaba a hacernos el muerto en la playa. Solía ser un tirillas avispado que, de repente, se ponía panza arriba en la orilla y flotaba como un maniquí de corcho. ¿Hacía falta la técnica esa? Para no tener que nadar, te decía. Para no tener que nadar te sales del agua. Bueno, por si te cansas después de mucho nadar. Por si te cansas después de mucho nadar te sales del agua. Joder, por si cruzas el estrecho y tienes que pararte a descansar. Por si cruzas del estrecho, ve tú. Pedro Arriola, el estratega. Hazte el muerto, Mariano. En la orilla. En dos palmos de agua. Mariano y su plan. Flipando con el tema, luego di en la clave. No era un gag de los Simpson eso de hacerse el muerto cuando te preguntan por tu madre. Es que Pedro Arriola está casado con Celia Villalobos y sabe bien de lo que habla... Os Tonechos, ese dúo cómico gallego, sólo tenían un libro en casa. "Drácula", de Bram Stoker. Cuando había alguna duda sobre cualquier asunto, la reparación de una lavadora, una encuesta por teléfono, la mejor cura para un resfriado, consultaban el libro. Invariablemente, después de leer unas líneas, daban con la respuesta que proporcionaba el mito de la letra impresa: "¡Estaca!". Pedro Arriola, marido de Celia Villalobos, también tiene una única respuesta para cualquier caso de corrupción en el que te pillen. O para un grito histérico desde la cocina. Me parto, jefe.
Lo repito: no trago a los conversos.
ResponderEliminarLeche ¡Qué bueno eres!
ResponderEliminarCreo que Pinocho está muerto, pero lo tendrán en formol como a otra persona de cuyo nombre no quiero acordarme.
Yo tampoco me fío de los conversos. Son los peores.
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