MUNILLA Y LOS SINDIÓS
Dos de las personas más malvadas de España han apadrinado la carrera de este licenciado en Teología Espiritual (la otra creo que se vende en los mesones): Rouco Varela y Monseñor Setién. Pederastas, terroristas y psicópatas se encuentran en su círculo de conocidos y escondidos bajo el manto mafioso de la Santa Madre Iglesia, esa cosa nuestra. Hablo de José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, el mismo que después del terremoto de Haití dijo que había males mayores que esas muertes y ese dolor: "Nuestra pobre condición espiritual y el materialismo". Por ejemplo. A un pájaro zumbado como este individuo le dan cancha para que opine sobre la realidad e imponga su criterio de cuervo con gastroenteritis sobre los pirados que le siguen por esos pasillos lúgubres que huelen incienso, policía y orina de niño. Si abortas porque te han violado quinientos zombis con sida eres una asesina. Si no le compras unos zapatos nuevos de Prada a Benedicto XVI eres un repugnante ateo. Y ahora Munilla cree que lo más importante que hay que hacer en este país es combatir la ola de ateísmo en la que surfea alegremente la juventud, ajena a sus erecciones en el púlpito. Ése es el problema de España y de los españoles cachorros. No la educación. No el paro. No el hambre. Comprarle unos zapatitos nuevos al Papa. Cantarle el cumbayá con flores a María. Te lo dice Nacho Muni desde Radio María, tu colega juvenil chipendilerendi. Te lo dice el teólogo José Ignacio Munilla desde las páginas más reveladoras del ABC, las de ese suplemento suyo tan coherente de "Fe y Razón"... Me voy a inventar otro suplemento parecido: "Vudú y Matemáticas", "Sueño y Sintaxis", "Ovíparos y Tetas". Éste último me parece que tendría suscriptores. El propio Munilla. No he visto una represión tan mugrienta en una cara desde que pinté a Rouco Varela. De tal palo tal obispo. Ardo en deseos concupiscentes de ver a esos cientos de mozos alienados que va a soltar por las calles del País Vasco para su nueva tarea de evangelización in situ. Qué tanto por ciento de violados soltará. Qué tanto por ciento de catequistas perturbados. Qué tropa de alienados mandará a pelear contra los sindiós. ¿Cómo se llamaba aquella película tan cojonuda...? Sí. "Billy el niño contra Drácula". Luego hubo otra, más reciente: "Aliens contra Vaqueros". Ahora, la secuela del director Bergman Munilla, "Alienados contra Sindiós". En todas las pantallas del País Vasco. Hay que verla. Los Sindiós no tienen nada que perder y los Alienados ya están perdidos. Una lucha épica. Alguno follará y eso saldremos ganando todos, que ése es precisamente el problema del nacionalismo vasco y el de los radicales descerebrados: que no follan, de independientes que son. ¡Viva Nacho Muni, por la vía de la reducción al absurdo! Si alguna premonja de los aliens se queda embarazada, nacerá el Anticristo de Mondragón. Bailará con los enanos de Gurruchaga. Se integrará.
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