sábado, 17 de septiembre de 2011

CUADERNO DE ROMA (16)

Al Papa lo protege un minúsculo y vistoso ejército de oximorones en el Vaticano. Un oxímoron, como soldado o como figura retórica, es temible en lo que tiene de desconcertante. "Viento parado", "salitre dulce", "guardia suiza"... Y en la Piazza Navona, aparte de los encontronazos de piedra entre Bernini y Borromini, la desembocadura de un millón de acuarelas al caer la noche, que es el vender. También un esforzado retratista que lo intentaba con un niño de unos tres años y que no llevaba bien la fase previa del posado, que es el sentado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario