MI BARRIO (33)
En la Isla de Pascua hay moais. En mi barrio hay pesados y profetas muy parecidos y también echados de casa. Te cuenten lo que te cuenten, te lo cuentan en piedra, por eso la gente los llama peñazos. Los peñazos de mi barrio pueden ser jóvenes, pero a partir de los sesenta años o más es cuando van teniendo superpoderes. Los peñazos buenos de mi barrio son capaces de arrinconar a una persona hasta al aire libre y pueden simular el ruido de un molinillo de café o el de un calentador de leche a toda potencia en una frase copulativa cortita. Por eso yo creo que son los únicos superhéroes que hay en mi barrio y habría que hacer algo como un tebeo o comprarles una capa o ponerles un nombre secreto que lo sepa todo el mundo. Mucho mejores y más pintones que los de la Isla de Pascua. Dónde va a parar. Eso sí. Si te los encuentras y estás solo, date por salvado. Pero si te los encuentras con más gente, lo mejor para que no te salven es bailarles un sirtaki con sombrero, como hacía toda la gente con Supermán, aunque nadie se atreviera a pintar lo del sirtaki defensivo en el cómic.
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