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En mi barrio la música en la calle la pone casi siempre el ayuntamiento y cuando no es una sirena de la policía es una sirena de los bomberos o es una sirena de una ambulancia o es una sirena con corsé y es que han mandado a la banda municipal a que inaugure una placa de Albéniz o a que albenice una procesión y entonces son tambores en do sostenido, sí señor y cagarruta de caballo. A lo mejor un día sí viene un hombre flauta con su perro músico pero sólo es para que el perro coma y nosotros nos acordemos del triunfo de la confederación o de lo borrachos que eran los celtas o de lo bien que se llevan las tamboras de los senegaleses con los botellines en cuarteto, lo cual es decir que en la ruta de los músicos callejeros buenos mi barrio queda a la misma distancia que un pistacho de una cebolla, por eso se van a los barrios pro limosna, con otras orejas y otra paciencia para los violonchelos o los propios Art y Garfunkel, que en mi barrio no cantan The Boxer diez segundos y ya les están preguntando si quieren costo.
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