El viejo Paulino me ha regalado un libro que se ha encontrado por ahí, en los contenedores: "Poemas No Olvidados", de una tal Pilar Pombo. Una autoedición de 1978, y una mierda sin el más mínimo interés literario. Pero sí... biográfico. Dedica el libro a sus sobrinos, que la odian. En concreto su sobrina Elena, a la que dedica un poema entre lésbico, maternal y estúpido. La poetisa fuma demasiado, hace demasiadas horas extras en la oficina (una funcionaria) y a la vanidad y la apariencia de la vida cotidiana las llama "farándula". El libro está lleno de sonrisas, lágrimas y cielos, con lo cual la tal Pilar Pombo debe de ser una rana de fea. Y por los títulos de los poemas ("Volar", "Confesión", "Pensamiento", "Flor inalcanzable"), llevaba sin follar un montón de tiempo. Calculando desde 1978 hasta ahora, 31 años ya, la mujer debe de ser una ancianita jubilada lesbiana de las que leen al ancianito mariquita Antonio Gala. El último verso de su libro: "Porque el amor es otra cosa, es el verte... y que se me llenen los ojos de lágrimas"... Tela. Eso no es amor, Pilar, ese verte es una cebolla. Ah, y el dibujo de arriba antes era un negro tocando una tambora, pero me puse a enredar y salió eso. Lo mismo que el libro que digo. Dos contraproducencias...
El viejo Paulino me ha regalado un libro que se ha encontrado por ahí, en los contenedores: "Poemas No Olvidados", de una tal Pilar Pombo. Una autoedición de 1978, y una mierda sin el más mínimo interés literario. Pero sí... biográfico. Dedica el libro a sus sobrinos, que la odian. En concreto su sobrina Elena, a la que dedica un poema entre lésbico, maternal y estúpido. La poetisa fuma demasiado, hace demasiadas horas extras en la oficina (una funcionaria) y a la vanidad y la apariencia de la vida cotidiana las llama "farándula". El libro está lleno de sonrisas, lágrimas y cielos, con lo cual la tal Pilar Pombo debe de ser una rana de fea. Y por los títulos de los poemas ("Volar", "Confesión", "Pensamiento", "Flor inalcanzable"), llevaba sin follar un montón de tiempo. Calculando desde 1978 hasta ahora, 31 años ya, la mujer debe de ser una ancianita jubilada lesbiana de las que leen al ancianito mariquita Antonio Gala. El último verso de su libro: "Porque el amor es otra cosa, es el verte... y que se me llenen los ojos de lágrimas"... Tela. Eso no es amor, Pilar, ese verte es una cebolla. Ah, y el dibujo de arriba antes era un negro tocando una tambora, pero me puse a enredar y salió eso. Lo mismo que el libro que digo. Dos contraproducencias...
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Hace falta ser borde, misogeno y patán para escribir o vomitar esa sarta de ordinarieces gratuitas sobre los escritos de una persona, que ya no está entre nosotros y a la que no se puede negar una gran sensibilidad y bien hacer en la obra que ha dejado.
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