BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (37)
Me he reído tanto y con tanto odio, tanto y tan solo
que mi inteligencia es ahora un demonio fulgurante y está loca.
Ahora sueno a lata pateada
cuando me acarician y vivo en una buhardilla
con troneras y vigas como mamparos
de buen barco de guerra.
Dentro uso lápices y vasos. Escribo.
Dentro oigo la luna y me río.
Jamás entraréis en ella.
El hombre que sois muchos se aproxima,
se acerca a Dios en el monedero;
se tiene de cumbre,
de picacho de ideas santas,
dándole frío a las bestias de sólo un abrazo,
una comida y una muerte.
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