miércoles, 5 de mayo de 2021

LA HORA FELIZ


No hay mascarilla que me proteja de la gente con la que me voy a cruzar hoy en la calle. En una proporción aproximada de dos de cada tres serán franquistas, racistas, machistas, homófobos, corruptos, ladrones e hijos de la gran puta, vecinos todos. Nada en las cabezas. Muera la inteligencia. Cáscaras de coco. Política de emociones. Déjate llevar por lo que sientan los cerdos. Ya habló el listo. Razona tú con una retroexcavadora. ¿Para qué quieres razonar con Isabel Ayuso? No han sido suficientes los miles de muertos en las residencias de ancianos por su culpa como para que vengas tú ahora a decirle que toda ella y todo su partido te producen arcadas... Y que no pasarán... La desolación de ver azul el mapa de Madrid y la imagen inmediata de una demografía de zombis levantando sus banderas azules de desalmados contentos consigo mismos. Venceréis, pero no convenceréis. Pobre don Miguel. La vociferación de la estadística bruta por arriba mientras en las catacumbas los solidarios y bien pensantes volvemos a ser los lóbregos mamíferos que se peinan de César Vallejo, los que hoy se van a cruzar con sus futuros asesinos. Perdonadme la tristeza, pero el siguiente bar donde nos confiemos en parar de palabra al fascismo en España será una trinchera con libre acceso a la barra de sacos terreros. Luego vendrá la hora feliz de los fusilamientos. Ya pasó una vez... Estoy tan triste que me hago gracia, que decía alguno por ahí, así que propongo hacer sonar esos cocos vacíos que han ganado las elecciones como los cascos de caballo de los Monty Python. Es otra película, pero es que el Frente Libertario Lista Tripartita por la Democracia en Madrid acaba de suicidarse unánimemente en la Puerta del Sol para que aprendan esos fascistas de una vez por todas. ¿Cuántas veces podemos suicidarnos los de izquierdas sin que nos tiemble demasiado la voz en el próximo aperitivo?

3 comentarios:

  1. Un desastre que se veía venir. Lo bueno es que les votan la llamada clase proletaria, ahí es nada.

    Saludos.

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  2. Tiene usted todo el derecho a cabrearse, pero me llama la atención ese exceso de virulencia.
    En fin, los extremismos no llevan a buen puerto.
    Salu2.

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