DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (52º DÍA DE CUARENTENA)
Como el Nylon en su momento (el hilo nuevo que unía Nueva York y Londres en su fabricación) o el estraperlo (de los timadores Strauss y Perlo), la pandemia de coronavirus del año 2020 traerá chistes en el futuro con la desescalada (de desesperación y calada, por lo mucho que se fumó en la angustia), el pico de la curva (repitiendo los ya viejos de la "cuadratura del círculo") y las Cuatro Fases del Desconfinamiento (de FAES 0: El gobierno de izquierdas es ilegítimo, FAES 1: El gobierno ilegítimo de izquierdas ha dado un golpe de estado, FAES 2: El gobierno ilegítimo de izquierdas ha dado un golpe de estado y además improvisa malamente, y FAES 3: El gobierno ilegítimo de izquierdas ha dado un golpe de estado, improvisa malamente y tiene la culpa de los miles de muertos que los fascistas provocamos con el saqueo de la Sanidad pública cuando gobernamos por la gracia del Altísimo en los mandatos anteriores). Bromearán sobre nuestros aforos aterrados (como los que pensaban que el cuerpo humano no estaba preparado para soportar los 40 kms/h que alcalzaban los automóviles), nuestras mascarillas de mentira compradas a charlatanes del Este (como las gafas de las azafatas del "1, 2, 3...", para partirse de risa) y el cómico cruce en los carriles bici de señoras con perro, gordos con patinete eléctrico, corredores desfondados, abuelos con Alzheimer y niños perdidos de la mano de Dios y de su padre... A destacar en este último caso las transcripciones que publicaban los diarios digitales de derechas de esos insultos e improperios sin ecualizar, dificultados y distorsionados sobremanera por las mascarillas de mentira y el añadido del 50% del aforo de la terraza más cercana que aplaudía a unos u a otros según indicara el camarero cheerleader con sus bayetas pompones.
Mejor ponerlo en futuro. Porque si pienso que hoy lunes, 4 de mayo, lo que más le preocupa a este bendito país de mierda es el tema de las peluquerías... O hemos alcanzado un punto de histeria colectiva que huele a laca fuerte y rizos a la plancha (como si nos aplicaran un electroshock y nos ardiera el pelo) o es que realmente necesitamos unas mechas y que le vayan dando mucho por saco a Fiodor Dostoievski, caballero...
¡¡Estuvieron a punto de dejar que abrieran las peluquerías durante el estado de alarma!! Las peluquerías, no las librerías. Vale, los dos comercios se dedican al cuidado de la cabeza, pero los calvos pueden seguir leyendo, así que la clientela potencial será siempre mayor del lado del negocio de las cosas que se puedan pasar con un dedo algo húmedo y que no sea una ceja...
¿Quién se puede contagiar antes? ¿Una señora con cardado, que ya tiene pinta de virus, o una señora espeluznada, que también, pero después de leer el Proceso? Las dos. Lo que ocurre es que no tienes que pedir cita para ir a leer el Proceso a una peluquería ni al cardado lo puedes dejar en la mesita de noche con el pasador del pelo de marcapáginas en el capítulo de la nuca...
¿Esto es por motivar la lectura o por motivar un asalto de catedráticos a las peluquerías?
Ayer volvimos a la calle. Subimos la Cuesta de Moyano a saludar a Baroja y en la bajada nos fijamos en la chimenea gigante y con adornitos dentro del recinto enrejado del Ministerio de Agricultura. Los gatos han instaurado la República a sus pies y hasta me dejaron hacer el tonto a través de los barrotes, mitad curiosos, mitad indiferentes. La noche de caza a por ratones se acercaba y aquello era como ver un ratito la televisión con Matías Prats contando chistes en codificado. Al regreso, sorprendimos por la espalda a Don Claudio Moyano meando vengativo sobre los ciclistas, y eso fue todo.
La chimenea está aún en activo (los gatos no son tontos, buscan el calorcito) y pertenece a la Sala de Calderas del ministerio, según Google. Lo que no saben los americanos es que antiguamente esa robusta barra gigante de ladrillo visto la usaba de tampón para latifundios el ministro del ramo, que siendo de Agricultura es lo suyo: "Al tiempo, los mejores ajetes de Antequera", tump, "Con menos riego también me apaño", tump, "Siembra ahora, gañán", tump, "Como no vayas escardando, no sé yo...", tump, "Aceitunas para almazara -barra- Desaconsejadas de aperitivo", y tump.
La ensalada de arriba es por el efecto somnífero, quiero decir saludable, del paseíto de ayer, aunque fueran dos patadas. De Lavapiés a Pío Baroja y de Pío Baroja a Lavapiés... Una distancia relativamente corta, ya, pero llevamos muchos años confinados y le hemos perdido el cálculo locomotor a los trechos... De la tele al balcón y del despacho a la nevera no sé cuantas veces fue eso...
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