sábado, 21 de marzo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (8º DÍA DE CUARENTENA)


Iba a poner el dibujillo /ilustración del coronavirus de siempre, pero en la ventana de "añadir archivos" me ha aparecido también mi Huevo Frito Pomposo, recién usado en otra entrada de hoy. Me ha parecido más irónico e icónico que el puto bichito con ojos. Pero lo dejo en las entradas anteriores, a fuer de consecuentes y por dejar constancia. Anda y que no he dejado yo la constancia veces.

El miserable de Rafael Hernando ha llamado por ahí a Fernando Simón "Presunto experto". Y luego algo así como que se "fuera a casa, sinvergüenza". No sé si se puede ser más bocas o más desagradable, pero entiendo que está en la naturaleza del matón cobarde y malnacido decir esas cosas. Pobre pedo flojo con corbata ya sin poder alguno para hacer daño.

Me enveneno. Me envenenan. La diferencia está en uno. Lo decía José María Álvarez: "No haber tenido con la Barbarie ningún otro contacto que el estrictamente policial". Unos benditos los policías al lado de los cachorros de asesinos de Fuerza Nueva como Hernando cuando iban por Argüelles intentando matar rojos con sus cadenas y sus puños americanos.

Me vuelvo a envenenar.

Anoche escuchamos un chunda-chunda, creíamos que procedente de la calle. ¡Viernes in the night! Y Lavapiés siempre ha sido muy fiestero los fines de semana... Incluso veíamos luces intermitentes de colores en la calle. Me asomé a la terraza con ilusión... Era mi vecino de piso, que le acababa de dar un corto avenate musical con subida de volumen. Y las luces de discoteca en la calle eran las de un coche patrulla parado en medio y disuadiendo a la peña de cualquier conato de fin de semana "normal". Covid-19, tu pinchadiscos de moda.

Curiosa la sensación que me viene con la situación actual de Alemania y sus medidas contra el coronavirus, probablemente influido por el extraño tonito de las noticias que me llegan de allí. ¡No tienen suficientes muertos a estas alturas, comparados con Italia, Inglaterra o nosotros! Algo hacen o algo han dejado de hacer, pero no es justo que a esos alemanes les vaya distinto, parecen contarme... O es una sensación mía o realmente a los medios españoles les da envidia Alemania, o rencor... Incluso cuando se comunicó que Ángela Merkel le había dicho a su gente que era un trago muy malo, casi tan malo como el que pasaron después de la Segunda Guerra Mundial, había en el tonito algo así como un "¡La Segunda Guerra Mundial la provocasteis vosotros, cabrones! ¡Ahora os jodéis como todo el mundo!". Y no, por ahora no se joden... Cosa de la que me alegro mucho. ¿Por lo bien que me lo pasé en Kreuzberg, Berlín? También. Y por Rilke y por Nietzsche y por Zweig y por las bradwurst...

Otra cosa son los ingleses, que van a caer los pobres como chinches por culpa del descerebrado de su primer ministro, Boris Johnson. Más listo que Trump, casi de su misma peluquería, pero listo en el sentido chungo de la palabra "listo". De modo que le van a dar la del pulpo a su demografía a causa de un corte de pelo y de unas maneras. En momentos así, cuánto se echa de menos un tecnócrata al frente del sistema, aunque sea malo. Podrá equivocarse con las medidas, pero está obligado a tomarlas independientemente de su ideología, o de su chulería. Que el bicho no se ensañe demasiado con su poblado ahora que los centinelas están todos borrachos.

Tocaría hablar de Francia, pero bastante apurados están intentando no parecerse ni a los italianos ni a nosotros. Ah, la grandeur... No descarto que le estén echando perfume a sus últimas cifras.

¿Qué es esto? ¿Un diario de Europa?  Chaval, ni Napoleón escribía así cuando iba de país en país haciendo turismo con soldados.

No sé si la gente ahora está bebiendo más en sus casas. Puede que estén intentando compensar el déficit del Producto Interior Bruto tras el cierre de los bares. Y hasta puede que lo consigan. Conozco verdaderos atletas. Sin embargo, yo apenas si estoy bebiendo cerveza. Se ve que me falta la barra. Más la barra que la gente, que soy muy de abstraerme de todo. Es la barra que no está presente, ni cerca ni lejos, ni arriba ni debajo (¿nunca os habéis sentado ahí en el suelo con el saliente de la barra a modo de cornisa?) Tampoco la echo de menos como mobiliario, o como objeto, o como soporte del codo, su natural posavasos en los bares. Pero sí que de tarde en tarde siento su ausencia. Ese picor onírico. Y pica en la cabeza y en el recuerdo la barra fantasmagórica como un miembro amputado. Esto último podría haberlo escrito Valle Inclán con la mano que le faltaba. Se la reventó de un bastonazo Miguel Bueno, de Fuengirola, donde tiene calle a su nombre y donde tengo familia, lo que son las cosas de la fantasmagoría.

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