VOTAR CONTRA EL HORROR

Gracias, Malagón. Gracias, El País. Ridículo, sí. Tirando por lo bajo, pero también vergüenza ajena, y bochorno, y asco, y vómitos... Pero, sobre todo, la perplejidad inconsolable de contar actualmente con la clase política más zafia, lerda, gañana y maleducada, cuando no malnacida, de toda nuestra historia, salvo escasas y honrosas excepciones tales como Mortadelo y Filemón (Errejón y Gabilondo) y acaso Mafalda (una emigrante argentina procedente de la judicatura como Manuela Carmena). Porque hay que bajar de noche las escaleras al sótano y votar sí o sí contra el horror, pero yo declararía el concurso desierto.