TRAPOS QUE HABLAN Y PUTEAN
Se ha usado la barretina como guiñol de trapo para decir lo que su manipulador ha querido. Y un buen manipulador sabe que entre "La Realidad y el Deseo" no basta un eslogan, más que nada por algún que otro antecedente, y ahí tienes al pobre Cernuda sufriendo una cosa mala durante su exilio en Londres. Nada parecido al exilio que están sufriendo hoy algunos millones de personas sin haberse movido de Lérida, Mollerusa, o de la mismísima Diagonal barcelonesa, pero ya irá llegando la angustia... Así pues, las quejas al manipulador, pero también al empresario que había leído el burdo guión unos años antes y le pareció de perlas para sus putos intereses fascistas. Puigdemont y Rajoy. Ahora, coged al trapo, que no sabe qué hacer ni qué decir. Recogedlo. Y coged también a las banderas, esos otros trapos. Recoged ahora a esos murciélagos de colores idénticos, y hasta identitarios, esos que soltasteis alegremente en su momento y que se están transformando en extraños vampiros a cada minuto que pasa con los románticos segadores cegados cara al sol.
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