martes, 18 de abril de 2017

COREA DEL NORTE A ESCENA


¿Le queda raro el plátano en la oreja al soldado norcoreano? ¿Verdad que no? A los coreanos del norte no les queda raro ni llorar sin ganas. Da igual cómo les veas. Desfilando, bailando, tirándose al agua para saludar a su líder. Miras sus ciudades funerarias, sus monumentos de fábrica de chocolate, sus abrigos de mi villano favorito... y es todo lo mismo. Un pueblo absurdo con un plátano en la oreja, un presidente infantilizado y una caja llena de petardos gordos. Dan miedo. Lo que ocurre es que estamos tan lejos del tonto mortal que todavía no nos preocupamos como deberíamos. O al menos no demasiado. Sin embargo, en Corea del Sur no les llega la ropa al cuerpo. Bueno, allí es normal. Otra cosa es que nos tomemos a chufla la entrada en escena del payaso de rodeo caminando entre los aplausos y las carcajadas del público hacia el del plátano en la oreja. Por experiencia sé que cuando se juntan dos cómicos de distinto representante o de distinta agencia puede ocurrir cualquier disparate. 

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