lunes, 5 de enero de 2015

DOS MOTEROS GORDOS Y UN SUBSAHARIANO


3 comentarios:

  1. Fred (esto escribía en 2012)6 de enero de 2015, 9:53

    Sí, casi nadie lo dice: Alemania no tiene derecho a que se le reintegre ninguna deuda, ni aquí ni en los países que sufrieron el pisotón claveteado de la bota nazi. Alemania ES CULPABLE. Sesenta y cinco millones de muertos -en las dos Guerras- pesan sobre el torvo lomo de la Bestia.
    En la hoy masacrada Grecia, fueron masacrados más de 100.000 griegos a consecuencia de la masacre vesánica de la masacradora Alemania nazi. Hoy, nación de pasado tan odioso, oprime por segunda vez el cuello heleno.
    ¿Y nosotros, triste España? ¿No habríamos de pedir responsabilidades a los germanos por el bombardeo de Gernika, por el de tantas ciudades españolas, por el arsenal mortífero que proporcionaron al vil y sanguinario sayón que asesinó, encarceló y sojuzgó a varias generaciones de españoles?
    Si de veras existiese la justicia universal, si no fuesen una entelequia la ONU y los altísimos tribunales internacionales que nos asquean con su hipócrita falacia y con su servil pleitesía inoperante ante los gigantes de la economía..., Alemania estaría aún hoy desescombrando sus ciudades destruidas por la guerra que ellos provocaron, rehaciendo las achatarradas fábricas de los cómplices del horror (Krupp, Thyssen, Siemens...). Y tendrían que emigrar los teutones a los países que devastaron en el pasado, a ocupar los oficios más ingratos y peor pagados (quizá hubiese que inventar un IVA especial -ya saben, por los desperfectos- para ellos...).
    Pero no; se les han condonado todas las indemnizaciones de la última guerra mundial (55 millones de muertos, mutilados ni se sabe), porque las "democracias" occidentales, las mismas que abandonaron a la República española a su suerte y que apuntalaron a Franco en el poder, entendían que el peligro venía de la URSS..., y que RUSIA ERA CULPABLE. Por lo visto "lo de Alemania" eran descarríos de un pueblo joven e impetuoso que no sabe controlar los impulsos de las hormonas y... que había queperdonarlos, a ver si con este noble ejemplo de magnanimidad no vuelven a cometer trastadas en el futuro. Pero, my friends, Rusia era culpable.

    Y ahora que han conseguido derribar el muro de Berlín (los muros agujereados de las ejecuciones nazis les importaban bien poco), convertida la antigua y temible nación en un burdel mafioso, Europa entera en manos del ultracapitalismo feroz (que ahora no teme mostrar los colmillos de lobo), cautivo y desarmado el ciudadano que vive de su precario trabajo..., pues resulta que la intrépida, laboriosa, formidable, cerebral, ejemplar por tantas cosas, poderosa, rica Alemania, nos vuelve a oprimir y a querernos volver a hacer sangre. Ella, que -pese a la leyenda de su talento para levantarse sola de la adversidad- no hizo sino recibir a espuertas los dineros ajenos para su reconstrucción...
    Lo que decía: sin aquellos estarían aún revolcándose entre escombros.
    Pero -lo que son las cosas- pretenden que nosotros lo hagamos en el fango.
    ¡Que pueblo tan talentoso es el alemán...!

    PD.- Y dicho lo anterior, no dejo de reconocer que muchos alemanes de hoy abominan de un pasado que los abochorna. Nuestros derechosos parece ser que tiene embotado ese reflejo porque, en bastantes sitios en donde mandan, conservan los símbolos del nazismo español.
    Spain is different. Y así nos va.

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    1. Lástima de los alemanes que conocí en Kreuzberg, Berlín. La izquierda buena de toda la vida. Esos no votan a la Merkel ni hartos de cerveza, Fred. Los otros, los herederos neoliberales de los nazis, tan emparentados con nuestros March, por ejemplo, los hay en todas partes, sobre todo en USA. De hijos de puta con carnet de identidad demócrata lavado con perlán está el mundo lleno. Como si la banca suiza o los mismos franceses no estuvieran también en el fregado. Ya puestos, quitarle a Suiza y los suizos su inocencia de "neutralel" y ponerlos donde se debe: con el capitalismo más sanguinario, que es otra forma de llevar el paso de la oca hoy en día.

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    2. Pese a todo soy germanófilo (sé que digo un exabrupto, porque no se puede ser tan categórico): no puedo obviar que casi todos los literatos, filósofos, músicos que más me han abastecido la alacena son de cultura germánica. Algunos no han caído en la cuenta de que la vanguardia de los movimientos revolucionarios se haya dado, antes que en ningún otro lugar, en Alemania. La tragedia del nazismo surgió precisamente como antídoto a la realidad de una izquierda alemana muy potente: no se emplea la cirugía sino cuando algo está en peligro. Y me consta que una buena parte de la juventud más lúcida y progresista de Europa habla en alemán.
      Y en cuanto a Suiza..., he dicho a quien me escuche que es aberrante que un país insolidario, alcahuete de todo crimen, codicioso como pocos..., nos lo ofrezcan como modelo a seguir: un puto lupanar de egoísmo es (y fue siempre) la puta Helvetia.

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