MIRA LA BOLITA (y 3)
...Y no
protestes, sans culotte, que el
terror es así. Remember Robespierre. El terror comme ça, sobre todo viniendo de
terroristas electos. ¿Terroristas elegidos por nosotros? ¿Que hemos elegido
democráticamente a terroristas? Técnicamente sí. ¿O no es lo propio de
terroristas propagar el terror entre la población? ¿Qué diferencia hay entre el
atentado de un hombre-bomba que mata in
situ a cien personas y un “imprescindible” recorte en Sanidad que matará a
dos mil quinientas dentro de un año? ¿O acaso es que no hay ministros-bomba?
Seguro que conocen algunos. O ministros-fórceps. Ministros-biblia.
Ministros-puerta giratoria. Ministras-mojama. Presidentes-tic en el ojo
izquierdo cuando miente. La suerte de los políticos-bomba es que es un trabajo
que sólo pueden hacer una vez. La desgracia es que los colocan en el puesto
precisamente para eso y nada más. Estallan en sitios concurridos (el INEM, la
Seguridad Social, la Escuela Pública...) para garantizar la matanza y luego
ellos van directos al cielo usando alguna milagrosa puerta giratoria.
Terroristas, entonces, recorte tras recorte y “ajuste” tras “ajuste”.
Terroristas propagando el terror sin pausa hasta dejar temblando a un país
entero porque han elegido salvar a los bancos antes que salvar a la gente,
porque han elegido la cobardía y la traición de aplacar la voracidad de los
Mercados con paletadas de ciudadanos pobres, débiles y moribundos, antes que
dar la cara y decir Hasta Aquí, Gilipollas. Hasta aquí llegó el Ebro y lo demás
será que me quitéis el rifle de mis manos muertas... Pero no. Dónde va a
parar... Mejor la cobardía, la traición y el terror. Desde Finisterre al Cabo
de Gata, un país atemorizado por sus dirigentes en la campaña más sádica para
anular la voluntad popular (e infantilizarla) que haya concebido jamás un
partido político sin tildarse de nazi o estalinista. Terror al más allá
(Berlín, Bruselas...), miedo a los fantasmas (salida del euro), pánico a la
noche (desahucios), miedo al hambre (paro), miedo a la muerte (farmacias sin
medicamentos), miedo al caos (Grecia), y hasta miedo a pensar libremente, con
claridad, por si el Emperador realmente no estuviera desnudo, el traje no sea
una filfa, insultar al que te insulta no sea defensa propia, y fuera tan
comprensible, al fin y al cabo, despedir trabajadores masivamente para crear
empleo, destrozar física y moralmente a los maestros para mejorar la enseñanza,
dejar sin medios a los hospitales públicos para mejorar la sanidad, matar al
enfermo para que se recupere a largo plazo, y obligar a nacer a un feto
malformado para garantizar la libertad de la madre...
Este es el
estado mental picudo que decía antes y este es el desolador panorama desde
(bajo) el puente. El 15-M acariciando con su elegante pluma romántica el
cemento armado del búnker de los malos (por si el milagro de la erosión o las
cosquillas) y otro jubilado más quitándose de comer cuatro días a la semana
para poder pagar su pomada contra la artritis. Los mineros paseándose por
Madrid en una exquisita excursión de boyscouts espeleólogos (por el musgo de La
Cibeles sabréis donde está el norte, chicarrones, y ya os estáis volviendo) y
otro trabajador más en el paro porque algún empresario no ha logrado robar lo
suficiente este mes. Los bosques ardiendo por los cuatro puntos cardinales
porque no hay dinero para mantener a las cuadrillas (esos tíos de amarillo que
de vez en cuando también arden ellos mismos por no haber podido practicar
antes, cachis en la mar con la falta de presupuesto) y sesenta mil millones de
húmedos euros alemanes para apagar la chamusquina de Banquia. Los jueces
valientes apartados de su trabajo, cada funcionario un privilegiado sin dinero,
cada maestro de la enseñanza pública un vago, cada médico de la seguridad
social un incompetente, cada parado un estafador, cada casa de jubilado un
albergue de caridad, y cada político corrupto un futuro indultado. A todo esto
sumamos la bochornosa amnistía fiscal para los amigotes llamando festivamente a
las puertas de los paraísos fiscales, pum pum, ¿quién es?, tus amigos del PP, y
no hay megáfono suficiente para explicarles a esos muchachos desesperados de la
valla de Ceuta que no merece la pena entrar aquí, como no sea para ayudarnos a
organizar el 2º Juicio de Nuremberg y encausar al cien por cien de los
políticos que han cometido este genocidio civil en España.
Por lo tanto,
indignación no. Lo siguiente.
Y por lo cual,
“Te lo Juro por la Crisis”.
Hoy entra en
el horno la revista.
Gracias a
todos.
Me alegro de que "Te lo Juro por la Crisis" vea la luz.
ResponderEliminarPor cierto, lo de los juicios de Nuremberg fue otra de las patrañas del sistema, a los chungos de verdad se los repartieron entre rusos y americanos y a los que fue imposible reubicar cara al público los dejaron escapar. Hay quien dice que tal y como están las cosas podría llegar la tercera guerra mundial y no se dan cuenta los muy ingenuos de que hace ya rato que está aquí, solo que ahora nos exterminan con recortes y rescates sin necesidad de hacer una escabechina gore.
Beso sus pies Señor Lowon y comparto por si alguien más desea cabrearse como una mona.
Juás, Sekhmet. Gracias por el apoyo.
ResponderEliminar(Y sí, Nuremberg fue un paripé, pero quiero mi paripé. A los que nos hemos vuelto ceniza nos alegran los paripés una cosa mala, a falta de otra cosa.
Pues es verdad, yo también quiero el paripé, un poquito de bálsamo para tanta ampolla ;)
EliminarSuerte
ResponderEliminarPerfecto salvo unos hilillos como el silencio de la Iglesia que pagamos a escote.l
ResponderEliminarAquí la mona ya cabreada desde antes de leerte, consolada por encontrar palabras como las tuyas, ya sabes, mal de muchos, consuelo de tontos, o de monos... pero al menos que nos permitieran volver a los árboles!
ResponderEliminar¿O eso no depende nada más que de nosotros?
Felicidades por lo de la revista, no tenía ni idea, normal.
Comparto, como siempre suelo hacer ;) (aunque mona, sí sé darle al botoncito XD)
Y así vamos, Noel, María Luisa, Sofía. Del 2010 al 2020 se conocerá este periodo infame como la Década Estupefacta, si no pasa algo antes: un iceberg en el salón de casa, Aznar condenado a cadena perpetua o la propia España liderando repentinamente un nuevo Siglo de las Luces...
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